(¿Qué es el Islam? 
- Los pilares de la Fe - Los actos de adoración - El Islam: modo de vida.)
En el nombre de 
Al·lâh([1]), 
el Todo Misericordioso, el Muy Misericordioso
Las alabanzas son 
para Al·lâh, Señor de los mundos y los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre Su 
mensajero (SAAWS) 
[2]
 
Primero: 
¿Qué es el Islam? 
El 
Islam consiste en someterse a la voluntad de Al·lâh -Enaltecido Sea- y seguir Su 
Ley. Todo elemento o fenómeno existente en este universo, a excepción del ser 
humano, se somete de modo espontáneo a las Leyes establecidas por Al·lâh. Es 
decir que dichos elementos y fenómenos obedecen a Al·lâh y funcionan en 
consonancia con sus leyes. Y ese es el verdadero significado del Islam. La 
palabra "Islam" en árabe deriva de la raíz "Salama", de la cual provienen las 
palabras paz, pureza, sometimiento y acatamiento. 
A diferencia del 
resto de criaturas, el ser humano se caracteriza por el uso de la inteligencia y 
del libre albedrío. Por eso, el Islam le pide al ser humano, una vez convencido 
por juicio propio y tras haber elegido voluntariamente, que siga la Guía de 
Al·lâh, que se someta a sus órdenes y que, en definitiva, abrace esta religión.
Así, el hecho de 
seguir la Guía divina y cumplir las órdenes de Al·lâh es lo que mejor garantiza 
al ser humano su seguridad y equilibrio personal.
El Islam es la 
esencia de todos los mensajes divinos enviados por Al·lâh a los hijos de Adán 
por medio de todos sus profetas y mensajeros. El Islam es mismo mensaje que 
descendió a Abraham (Ibrâhîm), a Moisés (Mûsâ), a Jesús (‘Isâ) y a Mohammad 
(SAAWS) y ha venido, en su forma definitiva revelada al último de los 
mensajeros, Mohammad, para perfeccionar, complementar y dar por 
finalizados todos los mensajes precedentes. 
"Al·lâh" es el 
término de Majestad para designar a Dios. Significa en lengua árabe "El Dios" y 
más en concreto "El Dios Único y Eterno, el Creador del universo, el que Manda 
sobre quienes mandan, el Supremo Soberano, el Más Misericordioso y el Muy 
Compasivo". Ésta es la acepción que del vocablo entienden todas las personas de 
habla árabe, incluyendo a judíos y cristianos. 
 
Segundo: Los 
pilares de la Fe 
1/ El musulmán 
cree en El Dios, Uno y Único, El Inmensamente Sublime, El Eterno, El Más Grande, 
El Omnipotente, el Más Compasivo y El Muy Misericordioso, El Creador y El 
Sustentador de sus criaturas. 
Al·lâh no tiene 
padre ni madre, ni hijos, ni hijas. No ha engendrado, ni ha sido engendrado. No 
hay nada que se Le pueda comparar. Es el Señor de toda la humanidad, sin ser 
exclusivo de una secta, género o raza determinados. 
Al·lâh, con Su 
Grandeza y Sublimidad, se halla muy cerca de todo creyente que Le teme y Le 
recuerda continuamente. De este modo, Al·lâh atiende a sus ruegos y le ayuda 
cuando se lo pide. Al·lâh ama a quien Le ama, les perdona los pecados y concede 
a sus siervos los dones de Paz, Satisfacción, Guía y Triunfo.
Al·lâh es El 
Sustentador, El Generoso, el Autosuficiente, El que Enriquece, El Indulgente, El 
Más Perdonador, El Muy Paciente, El Muy Agradecido, El Señor Absoluto, El que 
oculta los defectos y pecados de sus siervos, El que juzga, La Fuente de Paz. En 
Al-Qor´ân (El Corán) vienen citadas otras muchas cualidades de Al·lâh, 
Enaltecido Sea. 
Al·lâh dotó al ser 
humano de razón, para que entienda y se percate de lo que le rodea. Le dotó 
asimismo de espíritu y conciencia a fin de que halle el bien y la verdad. 
Además, creó en él sentimiento y sensibilidad para que sea cariñoso. Si 
pretendiéramos enumerar los dones que Al·lâh nos ha otorgado, nos veríamos 
incapaces de hacerlo, ya que son innumerables. 
En cambio, a pesar 
de todos los dones que nos otorga y Su misericordia con nosotros, Al·lâh no nos 
necesita porque es El Auto-Suficiente, El que está por encima de toda 
Supremacía. Lo único que nos pide es que le conozcamos como es debido y, 
consecuentemente, le amemos y guardemos sus preceptos de modo que todo ello 
redunde en beneficio nuestro.
2/ El musulmán 
cree en todos los profetas y mensajeros enviados por Al·lâh, sin excepción 
alguna y sin que prefiera a ninguno en especial. Todos los profetas y mensajeros 
enviados por Al·lâh son hombres selectos que recibieron la revelación y el 
mensaje de Al·lâh para guiar a la gente por el camino del Bien.
El Corán menciona 
a veinticinco de esos profetas y mensajeros y nos informa de que hubo muchos 
más. 
Entre los profetas 
y mensajeros que menciona Al-Qor´ân (El Corán) hallamos a: Noé (Nûh), 
Abraham (Ibrâhîm), Ismael (Ismâ’îl), Isaac (Ishâq), Moisés (Mûsâ), Jesús 
(‘Isâ) y Mohammad. Todos y cada uno de ellos hicieron llegar el mismo 
mensaje del Islam revelado por Al·lâh para que todos los habitantes del planeta 
se sometan a Su voluntad y cumplan Sus órdenes.
3/ El musulmán 
cree en todas y cada una de las Escrituras divinas tal como aparecieron en su 
versión original y completa, que fueron reveladas para guiar a la gente hacia el 
camino recto. En este sentido, El Corán hizo referencia a las Escrituras 
reveladas a Abraham, Moisés, David, Jesús y Mohammad. 
De todas las 
Escrituras reveladas previamente a El Corán no se conserva ninguna versión 
original, pues algunas se perdieron, y otras fueron ocultadas adrede. Esto fue 
debido, por una parte, a las discrepancias que surgieron entre los seguidores 
del Cristianismo y del Judaísmo en los siglos inmediatamente posteriores a la 
revelación, y por otra, porque se dejaron llevar por sus caprichos. 
Hasta el día de 
hoy, el único Libro divino que se ha conservado intacto e íntegro es Al-Qor´ân 
(El Corán). Ningún erudito, sea musulmán o no, discute ni pone en duda que Al 
Qor´ân que podemos leer hoy en día es exactamente el mismo de hace catorce 
siglos, y que todos los musulmanes lo repiten sin que haya una diferencia de una 
palabra, ni siquiera de una sola letra. 
Al·lâh, que hizo 
descender Al-Qor´ân, prometió preservarlo. Así, está protegido de cualquier 
adulteración, pérdida u omisión. 
4/ El musulmán 
cree en los ángeles de Al·lâh, que son seres extraordinarios que Al·lâh creó a 
partir de la luz. Los ángeles no necesitan comer, beber ni dormir. Están exentos 
de placeres corporales o intereses materiales. 
Los ángeles están 
sujetos a la obediencia a Al·lâh en todo momento. Cada uno de ellos tiene una 
función determinada.
Las personas no 
pueden ver a los ángeles debido a la limitación de nuestros sentidos. Solamente 
con los sentidos no podemos percibir todo lo que nos rodea. Así, nuestros ojos 
únicamente ven en una extensión de rayos que va de los rojos a los violetas -no 
vemos ni los infla-rojos ni los ultra-violetas, al igual que ocurre con el oído 
y con otros sentidos.
5/ El musulmán 
cree en el Día de la Retribución. Cree en que el mundo terrenal que conocemos se 
acabará en un tiempo delimitado y que los muertos serán resucitados para 
someterse al Juicio último y justo.
Todo lo que surge 
de la persona, ya sean palabras o hechos, pensamientos o intenciones se le 
contabiliza y será juzgado teniéndolo en cuenta el Día del Levantamiento, en que 
cada uno de nosotros encontrará su libro extendido. Aquél cuyo libro esté 
radiante por el bien será retribuido con la mejor recompensa y Al·lâh lo 
recibirá con el mejor de los recibimientos en Su Paraíso. Por el contrario, 
aquellos cuyos libros estén repletos de maldad recibirán el justo castigo y 
serán arrojados al Infierno.
La realidad del 
Paraíso y el Infierno únicamente la conoce Al·lâh, Ensalzado Sea, que los 
describió en una sura de Al-Qor´ân, de modo que los acerca a la mente de las 
personas. 
Quien de nosotros 
piense que en esta vida no recibe la justa recompensa, ni la justicia ni la 
valoración que se merece por lo que hace de bien, puede estar completamente 
seguro de que obtendrá la recompensa más completa y un noble elogio el Día de la 
Retribución.
Del mismo modo, 
aunque a simple vista nos parezca que algunas personas que cometen pecados y que 
llevan a cabo acciones viles, distraídos de Al·lâh y de Su mensaje, consiguen 
todo tipo de placeres y satisfacciones mundanales, triunfan y obtienen un gran 
reconocimiento, irremediablemente tendrán que someterse al juicio justo e 
implacable que tendrá lugar el Día de la Retribución. 
El Único que 
conoce la cita de La Hora (El Día del Juicio Final) es Al·lâh, y nadie más que 
Él.
6/ El musulmán 
cree en el destino, en que todo sucede por decreto divino.
El decreto divino, 
el destino (qadâ´ wa qadar), viene dado por el conocimiento eterno 
de Al·lâh y Su capacidad de evaluar y hacer que Su voluntad se cumpla. 
Verdaderamente, Al·lâh no ha creado el Universo vanamente, ni lo ha dejado 
abandonado o descuidado.
Al·lâh es 
Sapientísimo, Justo y Muy Amable. Todo lo que Él ha decretado para nosotros es 
bueno, aunque a veces no llegamos a entender la razón de algo que nos ha 
predestinado.
Debemos confiar 
plenamente en Al·lâh y aceptar todo lo que decida hacer con nosotros ya que 
nuestro entendimiento es limitado y nuestro pensamiento no traspasa la propia 
visión de las cosas. En cambio, el saber de Al·lâh es ilimitado y Su sabiduría 
abarca el universo en su totalidad. 
El ser humano debe 
pensar, planear y organizar sus asuntos mundanos con razonamiento y, después, 
debe dejar el asunto en manos de Al·lâh. Y si la vida no le va como desearía, su 
fe no debe tambalear, ni debe permitir que le invadan las obsesiones ni la 
preocupación destructiva. 
7/ El musulmán 
cree en que el objetivo de esta vida es adorar y venerar a Al·lâh. 
En el Islam, 
"adoración" no significa dedicación completa al recogimiento y a la meditación, 
ni se trata de una mera realización de ritos. Antes al contrario, adorar a 
Al·lâh es precisamente llevar una vida conforme a Su Ley y no apartarse de ella.
Adorar a Al·lâh es 
conocerLe, amarLe, obedecerLe y cumplir Su Ley día a día. Es, igualmente, vivir 
en Su camino, buscando concienzudamente dónde está el bien y evitando el mal, 
cumpliendo con nuestros deberes hacia Él, hacia nosotros mismos y hacia las 
demás personas en tanto que hermanos nuestros. 
8/ El musulmán 
cree que Al·lâh ha privilegiado al ser humano con respecto al resto de las 
criaturas que conocemos. 
Dicho privilegio 
consiste en que le ha dotado de unas capacidades mentales y unas tendencias 
espirituales así como de numerosas habilidades prácticas y talentos. 
El hombre no es un 
ser maldito desde su nacimiento hasta su muerte sino, al contrario, un ente 
honrado por Al·lâh y capaz de obrar buena y noblemente. 
9/ El musulmán 
cree que todo ser humano nace con una disposición natural para aceptar el Islam. 
Al·lâh ha dotado a todas las personas de una predisposición espiritual y mental 
para ser un musulmán bueno. 
Todo ser humano 
nace como Al·lâh quiere y dispone para él. 
10/ El musulmán 
cree en que cualquier ser humano nace libre de cualquier pecado. Después, cuando 
alcanza la madurez (en la pubertad) y se vuelve consciente y juicioso, 
automáticamente se hace responsable de todos sus actos e intenciones. El ser 
humano no tiene culpa de ningún pecado mientras no lo haya cometido. 
En el Islam no 
existe ningún pecado por herencia, ni lo que se conoce como pecado 
original. Es cierto que nuestro padre Âdam (Adán) cometió el primer pecado, 
pero pidió perdón a Al·lâh y Él le perdonó. 
11/ El musulmán 
cree en que debe procurar su propia salvación guiándose por la Ley de Al·lâh.
Nadie puede ser 
intermediario entre la persona y su Creador. La salvación sólo se consigue 
mediante la fe y las buenas acciones, a través de la creencia y la práctica. Por 
consiguiente, la fe sin buenas acciones que la corroboren no tiene ningún valor 
y viceversa, las buenas acciones no sirven para nada si no van acompañadas de la 
fe. 
12/ El musulmán 
cree en que Al·lâh nunca castiga a nadie sin haberle señalado de antemano el 
camino correcto. 
En cuanto a los 
que no saben nada sobre el Islam, ni nunca han tenido la posibilidad de conocer 
esta religión, no son responsables de estar alejados de ella.
Es una obligación 
para cualquier musulmán invitar a los demás al Islam tanto "de obra" (mediante 
buenas acciones y comportamiento ejemplar) como "de palabra". 
13/ El musulmán 
cree en que su fe no será correcta ni completa si cree a ciegas sin tener 
fundamento alguno en el que base su creencia. 
El musulmán debe 
fundar su fe en una convicción firme, carente de la menor duda o escepticismo.
El Islam defiende 
la libertad de creencias, así pues nadie está obligado a abrazar ninguna 
religión contra su voluntad. Prueba de ello es que hasta hoy en día siguen en 
pie algunas de las más antiguas sinagogas e iglesias en todo el mundo islámico.
14/ El musulmán 
cree en que Al-Qor´ân (El Corán) es la Palabra de Al·lâh, revelada al Profeta Mohammad 
a través del arcángel Gabriel. 
El Corán no fue 
revelado de una vez sino gradualmente, en función de las circunstancias que se 
daban. Y ello para contestar a los interrogantes que surgían, resolver los 
problemas, zanjar las diferencias y guiar al hombre en todos los aspectos de su 
vida hacia el camino de la verdad. 
El Corán fue 
revelado en árabe y sigue siendo hasta hoy día completo y correcto (en su 
versión árabe) y millones de personas lo memorizan. 
15/ El musulmán 
cree y diferencia entre Al-Qor´ân y la tradición del Profeta Mohammad 
(Sunna). Así, mientras que El Corán es la Palabra de Al·lâh, la función de 
la tradición del Profeta (los dichos del mensajero, sus instrucciones y sus 
acciones) consiste en la explicación y puesta en práctica de lo que viene en El 
Corán. 
El Corán y la 
Sunna (tradición del Profeta Mohammad) son las principales fuentes de 
conocimiento del Islam. 
Tercero: Los actos 
de adoración
Al·lâh decretó 
para el musulmán cuatro actos de adoración que son la puesta en práctica de la 
fe que profesa. Algunos han de realizarse diariamente, otros semanalmente, otros 
mensualmente, otros anualmente, y el último como mínimo una vez en la vida, si 
se tiene posibilidad de llevarlo a cabo. 
Esos actos de 
adoración son: 
1- La oración.
2- El ayuno.
3- Azaque o 
limosna obligatoria. 
4- La 
peregrinación a la Meca. 
1/ La oración (As-Salâ(t)):
Rezar al Creador 
diariamente es el mejor camino para formar en el ser humano una personalidad 
equilibrada y conseguir un buen desarrollo afectivo. 
Al·lâh no precisa 
de nuestras oraciones, ya que está exento de toda índole de necesidad. El 
beneficio de la oración recae en la propia persona. Rezar nos reporta a los 
humanos beneficios ilimitados y tiene para nosotros un provecho inimaginable.
Durante la 
oración, cada uno de los músculos del musulmán coinciden con su espíritu y su 
mente en la adoración y glorificación de Al·lâh. 
La oración 
constituye el núcleo de la adoración. 
Ningún otro 
procedimiento supera ni iguala a la oración en el sentido de que reúne la 
contemplación mental y la entrega espiritual, la sublimidad moral y la actividad 
corporal, todo ello en un solo acto. 
Establecer la 
oración es una obligación para todo musulmán, hombre o mujer, que haya alcanzado 
la edad de la razón y la pubertad. Tan sólo quedan exentas de esta obligación 
las mujeres durante el periodo de menstruación y en el post-parto. 
Los requisitos de 
la oración: 
Los requisitos de 
la oración se resumen en: la ablución (wudû´), la purificación de la 
vestimenta y del lugar donde se realiza la oración. Es menester también llevar 
una prenda decente (que cubra las partes pudendas), tener la "intención" 
(nîa) de rezar y dirigirse a la alquibla, que es la dirección de la Ka’aba 
en la Meca. 
Oraciones 
obligatorias: 
Las cinco 
oraciones que se realizan cada día, la oración del viernes que se realiza hacia 
el mediodía una vez a la semana y la oración por el difunto. 
Oraciones de la 
sunna fijas (confirmadas): 
Son unas oraciones 
extras, muy recomendables, que se realizan al lado de las obligatorias, además 
de las oraciones de las dos Fiestas (‘Aidain): la Fiesta del fin de 
Ramadán y la Fiesta del sacrificio del cordero. 
Oraciones de 
Nawâfel (voluntarias) 
Son numerosas 
oraciones realizadas de manera voluntaria durante el día o la noche. 
Horario de las 
oraciones obligatorias: 
- Oración del Faÿr (alba): 
Su tiempo es desde el alba hasta antes de la salida del sol. 
- Oración del
Dhohr (mediodía): Se realiza al medio día, cuando el sol está 
en una posición vertical llegando a la mitad de su recorrido (relativo) con 
dirección a poniente. 
- Oración del
‘Asr (la tarde): Su cita es desde que termina el tiempo de la 
oración del mediodía hasta la puesta del sol. 
- Oración del
Maghreb (atardecer): Se realiza después de la puesta del sol cuando 
desaparece el crepúsculo rojo en el horizonte occidental. 
- Oración del
‘Aishâ´(´(la noche): Su cita es una vez terminado el tiempo de la 
oración del atardecer hasta el alba. 
Todas las 
oraciones han de realizarse en su tiempo determinado a menos que se tenga una 
disculpa razonable. Quien no realiza la oración obligada en su tiempo la tiene 
que hacer lo más pronto posible. 
La oración se 
establece por medio de movimientos corporales que van acompañados de expresiones 
precisas y recitación de aleyas o versículos de Al-Qor´ân (El Corán). 
Además de las 
oraciones obligatorias y las establecidas por la sunna, el musulmán debe 
recordar a Dios (Al·lâh) en todo momento, expresándole agradecimiento y 
gratitud por los dones que le ofrece y suplicando Su perdón e indulgencia en 
todo momento. Todo buen musulmán aprovecha cualquier ocasión para recordar mucho 
a Dios: el nacimiento de un hijo, la celebración de un matrimonio, al acostarse 
o despertarse, al salir o volver a casa, al ir de viaje o llegar a una ciudad, 
al ir al volante, antes de comer o beber, en el tiempo de la cosecha, al visitar 
los cementerios o cuando está triste o enfermo. 
2/ El ayuno (As-Saum):
Ayunar es 
abstenerse totalmente de comer, beber, mantener relaciones sexuales y fumar 
desde el alba hasta la puesta del sol. El ayuno es un rito islámico sin parangón 
encaminado a educar al ser humano en la paciencia, el autentico amor y la 
lealtad a Al·lâh, Enaltecido Sea. 
El musulmán 
aprende del ayuno, entre otras cosas: a tener un sentimiento creativo de 
esperanza, ser leal, tener paciencia, ser altruista, ahorrar con moderación, 
gastar de modo equilibrado, tener fuerza de voluntad, ser equilibrado y 
juicioso, llevar una vida sana, la disciplina, tener espíritu de pertenencia a 
la sociedad, de unidad y fraternidad. 
El ayuno obligado:
Se guarda 
anualmente a lo largo del mes de Ramadán, que es el noveno mes del calendario 
islámico (año lunar). 
El ayuno 
recomendado: 
Consiste en ayunar 
los lunes y jueves de cada semana, así como los tres días que coinciden con la 
mitad del mes islámico (13-14-15 de cada mes lunar); También se recomienda 
ayunar seis días una vez terminado el mes de Ramadán y celebrado ‘Aîd El Fitr 
y algunos días en los meses de Raÿab y Sha’abân, que preceden al mes de Ramadán.
Ayunar durante el 
mes de Ramadán es obligatorio para todo musulmán o musulmana que ha llegado a la 
edad adulta (en la pubertad), que poseen juicio y gozan de buena salud, y están 
residentes, es decir, que no están de viaje.
Están exentas del 
ayuno las mujeres durante la menstruación y el post-parto y durante el periodo 
de lactancia, así como los viajeros y los enfermos.
3-/ Azaque (Az-zakâ(t)):
		    
  
		    
  
												
												
												El azaque es adoración y una 
												especie de inversión espiritual.
												
El azaque 
significa literalmente en árabe " purificación", eso es purificar los bienes. El 
azaque consiste en que el musulmán pudiente pague una cantidad determinada -el 
dos y medio por ciento anual- de la riqueza que exceda de sus propias 
necesidades, ya sean bienes monetarios, agrícolas o ganaderos. Dicha cantidad se 
reparte entre los más necesitados. 
El azaque no sólo 
purifica los bienes de la persona que lo paga, sino que purifica también su 
corazón del egoísmo y la codicia. Igualmente purifica el corazón del que lo 
recibe de la envidia, los celos, el rencor y el odio, que se sustituyen a su vez 
por el afecto y las bendiciones hacia la persona que lo ha pagado. 
El azaque encierra 
asimismo un profundo valor humano, social y político. Libra, por ejemplo, a la 
sociedad del conflicto de clases, de los sentimientos de envidia, rencor, de las 
malas interpretaciones y de la corrupción. 
Todo musulmán o 
musulmana ha de pagar al menos el 2,5% de azaque si sus bienes sobrepasan al 
cabo del año el equivalente a 85 gramos de oro ( lo que equivale a 820 dólares 
aproximadamente en el año 1997), sean dichos bienes ahorros monetarios o 
mercancías. 
El azaque es 
aplicado a las riquezas netas, una vez hecha la deducción de gastos personales, 
familiares, deudas pendientes, impuestos....etc. 
Las personas 
dignas de recibir azaque son: los pobres, los mendigos, los recién convertidos 
al Islam, los presos musulmanes (el azaque aquí se paga como rescate) y los 
deudores (aquellos que tienen pendiente una deuda). También reciben azaque los 
que se encargan de recaudarlo, los que dedicaron su vida a la investigación, a 
los estudios o a la difusión del Islam. Son merecedores del azaque también los 
viajeros emigrantes que pasan necesidad. 
Los impuestos 
recaudados por los gobiernos no reemplazan en modo alguno la obligación de 
azaque. El que paga el azaque no ha de buscar vanagloriarse con ello, recibir 
agradecimientos o tener buena reputación, a menos que lo haga públicamente con 
miras a incentivar al prójimo a imitarle. 
 
4/ La 
peregrinación (Al-Haÿÿ): 
Todo musulmán o 
musulmana que esté sano, mental y físicamente, y pudiente materialmente tiene la 
obligación de peregrinar a la Meca, al menos una vez en su vida. 
La peregrinación 
es la mayor agrupación humana de fieles que tiene lugar anualmente y de manera 
simultánea sobre la faz de la tierra (el número de peregrinos llegó a 2,5 
millones en 1989). 
La paz constituye 
el lema de dicha agrupación: una paz con Al·lâh, consigo mismo, con los demás y 
con todas las criaturas vivientes. Está terminentemente prohibido violar aquella 
paz con cualquier tipo de agresión contra personas, seres vivos y hasta plantas.
En la Meca se 
agrupan los musulmanes procedentes de diferentes partes del planeta para 
responder a la llamada de Al·lâh. Todos acuden a la Meca glorificando sólo a 
Al·lâh y a nadie más. 
La peregrinación 
es una agrupación que recuerda a la gran concentración de personas que tendrá 
lugar el Día del Juicio Final, cuando todos los hombres se personarán iguales 
ante Al·lâh. 
La peregrinación 
es también una conmemoración de los ritos celebrados por el Profeta Abraham (Ibrâhîm) 
y su hijo mayor Ismael (Ismâ’îl) que fueron los primeros en peregrinar a la 
Ka’aba, la primera casa de Al·lâh establecida sobre la faz de la tierra. 
Es muy 
recomendable hacer una visita a la Mezquita del Profeta Mohammad, en 
Medina, aunque el hacerlo no es un requisito para que la peregrinación sea 
correcta y completa. 
Cuarto: El Islam: 
modo de vida. 
1- La vida moral.
2- La vida 
espiritual.
3- La vida 
personal.
4- La vida 
familiar. 
5- La vida social.
6- La vida 
económica. 
7- La vida 
política. 
8- La vida 
internacional. 
1/ La vida 
moral en el Islam: 
A lo largo de su 
predicación, que duró veintitrés años, el Mensajero de Al·lâh fue un vivo modelo 
humano del Islam. Sus enseñanzas bien detalladas en su tradición (Sunna) 
constituyen asimismo un método íntegro que abarca todos los aspectos del 
comportamiento moral. 
El Islam enseña al 
musulmán a ser leal, veraz, fiel, benévolo, humilde, cariñoso, justo, honesto, 
afable y cumplidor. 
Por otro lado el 
Islam desaprueba cuantas cualidades contradicen las anteriores. Así desaprueba 
la envidia, la hipocresía, la falsedad, la burla, el desenfreno, el chismorreo 
la maledicencia y la altivez. 
2/ La vida 
espiritual en el Islam:
En el Islam, las 
fuentes del saber radican en las pruebas claras y los argumentos contundentes a 
los que se llega por medio de la experimentación o la experiencia, o ambas a la 
vez. 
El Sagrado Corán 
incita a los musulmanes a adquirir el saber del universo en su extensión. 
La creencia del 
musulmán en Al·lâh se fundamenta en el conocimiento racional y la investigación 
analítica, dejando abiertas las puertas de par en par para que se profundice en 
todas las ramas del saber. 
En el Islam no 
existe ningún tipo de institución eclesiástica u organismo análogo, por lo cual 
el saber no es privativo de unos sacerdotes o monjes. 
Todo musulmán 
tiene la obligación de aprender el Islam para que lo practique en su vida 
cotidiana. 
3/ La vida 
personal en el Islam: 
El Islam subraya 
la trascendencia de la purificación y el aseo para el ser humano, la comida 
sana, la vestimenta decente, el comportamiento recto y las relaciones sexuales 
honestas, mantenidas dentro de la institución matrimonial. 
El Islam prohibió 
al ser humano todo tipo de comida o bebida que se consideran dañinas para su 
cuerpo. Así que está prohibido tomar alcohol y drogas análogas, carne de 
animales muertos, animales no degollados debidamente, fieras, carne de cerdo y 
sangre. 
El Islam recomendó 
asimismo preocuparse por las medidas sanitarias adoptadas en la conservación y 
distribución de comida, por la limpieza de la boca y manos, por la moderación a 
la hora de comer y demás recomendaciones sanitarias saludables. 
4/ La vida 
familiar: 
La familia 
constituye el cimiento de toda la sociedad entre cuyos miembros existen fuertes 
lazos de parentesco y vínculos matrimoniales, y en la que se rechaza totalmente 
las relaciones anómalas (la adopción, matrimonios entre homosexuales, 
matrimonios experimentales... etc). 
Al·lâh ha otorgado 
a los padres, y especialmente a la madre, un sumo respeto aunque profesen otra 
religión que no sea el Islam. 
El Islam 
estableció el matrimonio en tanto que un deber religioso que han de cumplir 
cuantos se consideren capaces de asumir sus responsabilidades a este respecto. 
Todo miembro de la familia tiene derechos y deberes. 
El acta 
matrimonial se considera inválida sin el previo, libre y pleno consentimiento de 
los cónyuges. 
En el marido recae 
la total responsabilidad de cuidar a su esposa, aunque ésta sea adinerada, y no 
tiene derecho alguno a inmiscuirse en asuntos relativos a sus propiedades.
El Islam permitió 
la poligamia - cuatro mujeres como máximo- sólo en casos de especial necesidad, 
supeditándola a la capacidad del marido de satisfacer todas y cada una de las 
necesidades de sus mujeres y a medirlas por el mismo rasero, requisito que 
resulta difícil de cumplir por la mayoría de los hombres. 
No se recurre al 
divorcio como última solución, hasta que se agoten todos los intentos de 
reconciliación y mediación llevados a cabo por los familiares de ambas partes.
 
5/ La vida 
social en el Islam: 
Al·lâh ordenó a 
todo individuo que preste la máxima ayuda y muestre la mayor benevolencia hacia 
los miembros de su familia, parientes, sirvientes y vecinos. 
En el Islam se 
privilegia a los individuos única y exclusivamente en razón a su devoción o 
temor de Al·lâh (taqwa) y sus buenos actos, y no atendiendo a su clase 
social, color, linaje o pertenencias. 
Todos los hijos de 
Adán constituyen una sola familia, puesto que todos descienden del mismo padre y 
de la misma madre y la humanidad en su totalidad es en realidad una y unitaria, 
no sólo en lo tocante al linaje sino también a los motivos de su creación.
 
6/ La vida 
económica en el Islam: 
El ser humano ha 
de procurarse el sustento por medios lícitos, lo cual no sólo constituye una 
obligación sino también una gran virtud. 
Todo lo que gana 
el ser humano por medio de su trabajo es propiedad exclusiva suya, aunque ello 
no quita que tenga obligaciones hacia la nación (Umma). Ésta, por su 
parte, asume la responsabilidad de proteger a sus ciudadanos de la penuria.
El sistema 
económico islámico no estriba únicamente en cálculos matemáticos concretos, sino 
también en modales y principios. El azaque (Az-Zakâ(t) y la 
limosna voluntaria (As-Sadaqa) constituyen la columna 
vertebral de este sistema. 
El ser humano 
viene al mundo con una mano detrás y otra delante y de la misma manera se 
despide de él, así que el auténtico dueño de todo lo que se halla en este mundo 
es Al·lâh, mientras que el ser humano es un simple encargado de estos bienes. 
Aunque el Islam no prohíbe los proyectos privados ni la propiedad privada, 
niega, eso sí, el egoísmo y la codicia del capitalismo. 
El Islam adopta un 
camino intermedio y positivo entre el individuo y la sociedad, el ciudadano y el 
Estado, el socialismo y el capitalismo y entre el capitalismo y el 
espiritualismo.
El Islam 
estableció una normativa bien detallada de tratos comerciales para garantizar 
justicia entre el vendedor y el comprador. 
En el Islam sólo 
se consiguen ganancias por medio de la auténtica inversión de los recursos, del 
trabajo, o de las ideas, ya que el dinero por sí solo no ofrece beneficios. Lo 
que sustituye en el Islam al interés estable que se cobra por los depósitos 
pecuniarios es la participación, cuyas normas dispuso el Islam en diversas 
ocasiones. 
El Islam anima a 
ofrecer el buen préstamo (el préstamo libre de interés o contrapartida) para 
ayudar a terceros. 
 
7/ La vida 
política: 
En el Estado 
islámico la soberanía es propiedad de Al·lâh y la gente está encargada de ella 
para llevar a la práctica Su Ley. 
El primordial 
cometido de la comunidad musulmana es asentar las bases de la sociedad islámica 
y comunicar el mensaje del Islam a toda la humanidad en todas partes del mundo. 
Todo musulmán, dependiendo del puesto que ocupa y su capacidad, asume un papel 
en ordenar hacer lo correcto y prohibir hacer lo reprobable. 
El gobernante es 
un mero responsable ejecutivo elegido por la gente para que se encargue de ella 
conforme a la Ley divina. El papel del Estado se resume en establecer la 
justicia y mantener la seguridad de todos los ciudadanos. 
Es menester elegir 
a los responsables y gobernantes de entre los ciudadanos más capacitados y 
habilitados. Si los responsables defraudan la confianza de Al·lâh y las 
esperanzas que en ellos depositan los ciudadanos se hace necesario cesarlos y 
sustituirlos por otros mejores. 
El Islam impuso 
penas correspondientes a todos los delitos que atentan contra la seguridad del 
individuo y de la sociedad. Entre otros delitos pueden citarse: el asesinato, el 
terrorismo, el robo, la fornicación, la homosexualidad, el tomar alcohol y 
drogas análogas y la calumnia. 
En lo que se 
refiere a los no musulmanes, deben dirigir sus asuntos particulares así como el 
matrimonio, el divorcio, la comida o la herencia atendiendo ya sea a las 
enseñanzas de su religión o conforme a la Ley islámica, si así lo desean. 
Asimismo pueden 
elegir entre pagar el azaque, que pagan todos los musulmanes, o pagar un 
impuesto llamado "tributo" (ÿezia), a cambio del cual el Estado 
islámico se promete velar por la protección, cuidado y plena libertad de 
creencia de los no musulmanes. 
 
8/ La vida 
internacional en el Islam: 
Todos los hombres 
son hijos de Adán y son iguales en lo referente a su categoría humana y al 
motivo de su creación. 
Los musulmanes 
respetan los intereses de los demás y su derecho a vivir y cuidan de sus bienes 
y honor siempre y cuando no atenten contra los derechos de los musulmanes. El 
Islam reprueba toda índole de violencia. 
Yihad en 
Islam significa prestar ayuda a los pueblos oprimidos e indefensos para que 
recuperen su libertad y derechos legítimos y para que elijan convencidos y con 
plena libertad su creencia y doctrina en la vida. El Islam no permite ni 
permitió jamás obligar, chantajear o sobornar a nadie para que se convierta a la 
religión islámica. 
Lo que sucede es 
lo contrario, ya que vemos que son los musulmanes quienes padecieron y siguen 
padeciendo todo tipo de injusticias, presiones económicas y chantaje para que 
dejen de ser musulmanes. Al-Andalus (España), Palestina, la India, 
Birmania y Bosnia no son más que una gota en ese océano de crímenes cometidos en 
el pasado y el presente contra los musulmanes. En cambio, las comunidades judías 
y cristianas instaladas en las sociedades musulmanas, por ejemplo, disfrutan 
siempre de su seguridad y plenos derechos. 
Los musulmanes 
recurren a la guerra cuando la seguridad del país se ve en peligro. Durante la 
guerra se prohíbe contundentemente destrozar frutos y matar animales. Se prohíbe 
igualmente matar a los no combatientes como las mujeres, los niños y los 
ancianos. 
Los tratados 
internacionales deben ser respetados al pie de la letra, a no ser que la otra 
parte empiece por transgredirlos. No es tolerable incumplir un pacto con el 
objetivo de conseguir unos beneficios políticos o económicos transitorios.
________________
[1] Al∙lâh= significa 
Dios. Es el Nombre Más Grande que ostenta el Único Creador que posee todos los 
atributos propios de la divinidad, tal como fue revelado en el Qor´ân. 
[2] (SAAWS): Sal·la
Al·lâhu Alayhi Wa Sal·lam: Los Rezos y la Paz de Al∙lâh 
sean sobre él, que es explicada por los ulemas como sigue: