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				Los 
				Funerales en el Islam 
				  
				  
  
INDICE 
		
		
		Introducción   
		
		
		Las 
		honras fúnebres en el Islam    
		
		
		Legados
		
		 
		
		El 
		Testamento  
		    
  
		
		(Uasíia) 
                                              
		
		
		El 
		momento de la muerte  
		    
  
		
		(Óbito) 
                                              
		
		
		La 
		ablución funeral  
		    
  
		
		(Ghúsul) 
                                              
		
		El 
		amortajamiento    
		
		La 
		plegaria fúnebre  
		
		(Salat ul Yanasa) 
		
		
		La inhumación   
		  
  
Hadices sobre la Muerte 
		  
 
  
				
				
				INTRODUCCION
				
				 
				  
				
				La Oficina de Cultura y Difusión Islámica de Argentina considera 
				un alto honor el poder presentar esta obra a los hermanos y 
				hermanas musulmanes de habla hispana, con la única finalidad de 
				intentar clarificar ciertas reglas, enseñanzas y prácticas 
				rituales de nuestra Religión.   
 
				La finalidad de este libro es explicar, en la forma más 
				detallada posible, las Reglas del Funeral en el Islam, alertando 
				a los musulmanes sobre costumbres no islámicas las que, en el 
				transcurso del tiempo, tienden a desvirtuar totalmente lo 
				establecido en nuestra Legislación.   
 
				Podemos atribuir esta situación a la falta de conocimiento de 
				muchos y a la influencia de vivir en países occidentales, donde 
				las costumbres son totalmente distintas a las nuestras, a tal 
				punto de vernos absorbidos día a día en una profunda crisis 
				espiritual, de la que saldremos únicamente si nos aferramos 
				nuevamente a nuestra Religión y a los preceptos del Generoso 
				Corán y a la Sunna de nuestro Profeta Muhammad (PyB).   
 
				El Islam no está reducido a un simple concepto ritual o moral, 
				sino que supone un completo sistema social, una constitución 
				legislativa y una normativa de vida.   
 
				Deseamos que esta obra aporte el conocimiento a quienes tengan 
				la responsabilidad de dirigir, colaborar o asistir a un funeral 
				Islámico.   
 
				Nuestro agradecimiento al Dr. Bahiy Mulla, a los hermanos Sheij 
				Yusuf Taha, Kamal Bakri, Munif Al Sukaría, Nayem Al Hasan, Lic. 
				Abdallah Desuque, y al hermano Sirhán Ali, por el apoyo brindado 
				a este libro.   
				  
				 INDICE DEL 
				LIBRO 
   
				
				  
				
				LAS HONRAS FUNEBRES 
				EN EL ISLAM    
  
				
				Glorificado sea Dios, Creador del universo, Amo y Señor absoluto 
				de este mundo y del mundo de la eternidad. A Él damos las 
				gracias por habernos hecho musulmanes, y hacer de los musulmanes 
				una comunidad coherente.   
  
				
				Las normas que seguimos, los modelos que proponemos y 
				ejecutamos, y los ritos que practicamos, son elementos que nos 
				distinguen y dotan de una personalidad  propia, por lo 
				tanto, conocerlas es un deber y practicarlas es la forma más 
				sincera y amena de exteriorizar nuestro convencimiento absoluto 
				de esta gran Doctrina y de nuestra pertenencia a la  Umma 
				Islámica (Comunidad Islámica).   
  
				
				El Islam, dada su condición de religión universal y misionera, 
				no omite facetas de la vida sin tratar y legisla preceptos para 
				desarrollar nuestra actitud ante ella, sin dejar librado ningún 
				vacío legislativo, ni  permite copiar legislaciones ajenas.   
  
				
				El hecho de nacer y el hecho de morir, son dos facetas 
				vinculadas. Una trae la felicidad, mientras la otra, deja tras 
				de sí tristeza y dolor.   
  
				
				El comienzo de la vida, para un musulmán, es la difusión del 
				alma en el embrión humano. Desde ese preciso momento, la vida 
				terrenal transcurre en etapas, teniendo cada cual su mundo, sus 
				vivencias, sus goces y sufrimientos. El paso de un mundo a otro 
				siempre va acompañado de una sensación de temor, temor a lo 
				desconocido, lo incierto y lo inusitado.   
  
				
				El recién nacido deja el claustro materno en pos de nuestro 
				mundo con un grito, el que no sabemos si es un grito de socorro, 
				por haberlo extraído de un mundo donde disfrutaba de toda clase 
				de protección y  bienestar, o es un grito de alegría por 
				haberlo liberado de un mundo limitado hacia otro más amplio y 
				mas variado.   
  
				
				El Islam, dada su condición de religión natural (Din al Fitra), 
				permite expresar  estados de ánimo, siempre que sean en 
				forma moderada, pero advierte contra los excesos.   
 
				El realismo que caracteriza a la Doctrina Islámica hace de la 
				muerte un escalón difícil, una especie de sendero que conduce 
				hacia la gloria, en otras palabras, la muerte para un musulmán 
				es un suceso triste y penoso, pero no catastrófico.   
  
				
				El llanto por la muerte de un ser querido es una manifestación 
				sincera  e innata de nuestros sentimientos, por lo tanto es 
				imposible contenerlo totalmente, pero si es posible aliviarlo y 
				moderarlo. Por otra parte, el Islam, dada su condición de 
				Doctrina basada en la justicia y la equidad, condiciona la 
				salvación a la obra y actitud personal de cada ser viviente que 
				es, en definitiva, la suma del bien y del mal, realizada a lo 
				largo de su vida mundana. Ser musulmán no es un salvoconducto 
				hacia el paraíso.   
  
				
				Después de la muerte física, habrá un juicio y un veredicto, 
				luego una condena justa o un premio merecido, y en último caso 
				el Soberano tendrá la última palabra, confirmar la condena, 
				rebajarla, u otorgar su amnistía a quién Él designe.   
  
				
				En este breve compendio trataremos de exponer, muy sucintamente, 
				el comportamiento posible en estos casos, como asimismo las 
				actitudes por parte de sus familiares, seres queridos y del 
				resto de la comunidad.   
				
				Es necesario que cada uno de nosotros “programe” su propia 
				muerte en la mejor escena posible, para que ésta sea lo menos 
				traumática, para nosotros mismos como para nuestros allegados, 
				herederos y seres queridos. Es algo así como 
				prepararse para realizar el largo viaje; saldar las deudas, 
				despedirse de los seres queridos, documentar nuestro testamento, 
				recomendar y aconsejar  a nuestros descendientes, etc. 
				  
				
				Todo el equipaje permitido será solamente las obra personal, 
				todo lo que pueda ser una obra benéfica, un legado cultural o un 
				hijo virtuoso que implore la clemencia divina para con sus 
				padres.   
  
				
				Sabemos que “toda alma probará el sabor de la muerte” y también 
				que la comunidad musulmana se distingue de las demás por sus 
				normas de vida específicas, que cada uno de nosotros tiene la 
				obligación de conocer y de obrar en consecuencia; ya sea en los 
				momentos difíciles como en los de felicidad.   
  
				
				Ciertamente hay normas y formalidades propias de nuestra 
				tradición para con el musulmán fallecido. Bañarlo, amortajarlo, 
				rezar por él y finalmente sepultarlo según las enseñanzas del 
				Corán y de la Sunna (tradición de nuestro Profeta Muhammad).
				  
  
				
				Es nuestro propósito en este trabajo hacer conocer a nuestra 
				comunidad  todo cuanto rodea a estas  normas y 
				advertirle contra innovaciones y supersticiones que muchas veces 
				prevalecen y distorsionan nuestra tradición.  
				También aludiremos a la ética y al sentido del pésame, a las 
				visitas a los cementerios, al testamento etc, intentando con 
				ello resumir lo esencial que debe conocer un miembro de nuestra 
				comunidad.   
  
				
				Esta comunidad, en el lugar del mundo donde se encuentre, tiene 
				la obligación colectiva de despedir ritualmente a quienes se nos 
				anticiparon hacia la otra vida. Este adiós debe abarcar el 
				tiempo anterior, durante y posterior al hecho de la muerte. Es 
				nuestra responsabilidad dar testimonio de este acto con respeto, 
				solemnidad  y condolencia.   
  
				
				Apelamos a los guías religiosos y a los responsables de las 
				respectivas Entidades Islámicas, para que a través de sus 
				encuentros con la comunidad, difundan estas normas con 
				explicaciones detalladas, y con la mayor claridad posible. 
				  
  
				
				Recordemos que todo proceso en las honras fúnebres está muy 
				relacionado con la existencia de funerarias musulmanas y de 
				cementerios para nuestra comunidad.   
  
				
				Anhelamos y alentamos la creación de estas funerarias y 
				cementerios, cumpliendo al mismo tiempo  con los requisitos 
				necesarios. Ambas cosas pueden ser posibles, con una labor de 
				solidaridad intercomunitaria y  la planificación de 
				nuestras Entidades Islámicas y colaboración entre ellas, además 
				de la relación con los municipios de cada región.   
  
				
				Esperamos que ésto sea de utilidad, y que Allah -Subhanahu ua 
				Ta‘ala- dispense nuestros errores.   
				    
				
				
				LEGADOS
				
				 
				  
				
				Como hemos mencionado anteriormente, la única posibilidad de 
				tener un saldo a nuestro favor en el momento de la muerte es, 
				según el Profeta Muhammad (PyB):  
				   
				- Dejar una obra piadosa en funcionamiento, a título individual 
				o comunitario, por ejemplo: un asilo de ancianos, una escuela, 
				una mezquita (masyid), etc.   
  
				
				- Legar una obra científico-educativa, por ejemplo: un invento 
				al servicio del bien común, una obra en pro de la ciencia y del 
				progreso humano, etc.   
  
				
				- Un hijo virtuoso, que no dejará de implorar el perdón divino 
				para sus padres, y al mismo tiempo, el hacerse cargo de sus 
				deudas económicas.   
  
				
				Estos son los únicos legados que pueden seguir beneficiando al 
				fallecido en la otra vida.   
				
				Además, deberá existir un hecho documental de trascendencia que 
				el musulmán debe realizar, su “Testamento”. Este documento debe 
				comprender dos hechos importantes, las deudas en favor y en 
				contra, así como la división de su herencia, garantizando la 
				equidad entre sus herederos, de acuerdo a los preceptos 
				islámicos establecidos.  
				  
  
				
				
				EL 
				TESTAMENTO (Uasíia) 
				
				 
				  
				
				
				LEGISLACIÓN   
				
				La legislación islámica nos indica que, en ausencia de un 
				registro de última voluntad o de un escribano o notario,  
				podremos redactar nuestro testamento de puño y letra, y  
				atestiguar delante de quienes merecen nuestra confianza el 
				contenido del mismo.   
  
				
				En nuestro caso, el ser una minoría, en países no islámicos, nos 
				impone la responsabilidad de equiparar en lo posible  entre 
				lo establecido en nuestra  Legislación (Sharia), con lo 
				establecido en el código civil vigente del país en que vivimos. 
				En ausencia de un tratado entre la Comunidad Islámica y ese 
				país, tendremos que ajustar lo establecido en la Jurisprudencia 
				Islámica, con lo establecido en nuestro testamento.   
  
				
				La división de los bienes que dejamos, la designación e 
				identificación de herederos,  
				la  liquidación de deudas y la concesión de donaciones  
				y usufructos, son temas que atañen tanto al muerto como a los 
				vivos y, por lo tanto, pueden ser motivo de discrepancias entre 
				sus herederos.   
  
				
				Mencionaremos los puntos más significativos del testamento en la 
				Jurisprudencia Islámica:   
				
					- 
					
					Padres y cónyuges son 
					herederos forzosos, contrariamente a lo establecido en 
					algunos códigos civiles, es decir son herederos legítimos: 
					esposa/o, padre, madre e hijos ó nietos en ausencia de sus 
					padres.    
				 
				
					- 
					
					La distinción de uno o más 
					herederos es nula en el Islam, o sea, no hay privilegios  
					para algunos en la herencia, aún siendo mencionado y 
					confirmada en el testamento.    
				 
				
				
				Relató el Imám Ahmad, Dios se complazca de él, que el Profeta 
				Muhammad (PyB) dijo: El alma del creyente fallecido, permanecerá 
				encadenada, hasta que sus deudas económicas sean saldadas.   
  
				
				Pagar las deudas del fallecido, descontándola de su herencia o 
				bien cargándola a cuenta de sus hijos, tiene prioridad y 
				supremacía en el Islam.   
  
				
				La división de libre disposición (dedicar parte de la herencia a 
				donaciones, a personas ajenas y/o a instituciones benéficas o 
				culturales)  es posible, siempre y cuando no supere un 
				tercio de la herencia.   
  
				
				El derecho de usufructo no tiene validez después de la muerte 
				del testador. Ninguna persona puede disfrutar de un derecho en 
				detrimento de los intereses de los demás  herederos.   
  
				
				En ausencia de los padres del fallecido, los abuelos del mismo 
				heredan la cuota de sus hijos, y en ausencia de un hijo 
				heredarán los nietos (hijos del desaparecido) la cuota de su 
				padre (la que no excederá de 1/3 de la herencia).   
				
				La mujer heredará 1/8 de la herencia y, en caso de no existir 
				otros herederos ascenderá  
				la misma a 1/4.   
  
				
				La misión fundamental de los amigos y allegados es advertir a 
				los familiares de la importancia del testamento en caso de 
				existir éste y de la importancia de dividir la herencia cuanto 
				antes, para evitar cualquier discrepancia entre los 
				beneficiarios.   
 
				Aclararles que repartir la herencia de acuerdo a los preceptos 
				islámicos es en beneficio de todos, conservando la unidad de la 
				familia.   
 
				La esposa del fallecido deberá aguardar inexorablemente un 
				período de espera (‘Idda), antes de volver a casarse, con el fin 
				de asegurarse no estar embarazada.   
  
				
				En caso de estarlo y,  si llegare a dar a luz, tendrá 
				idéntico derecho que sus hermanos en la herencia de su padre. 
				Además, este período de tiempo le servirá para meditar su futuro 
				y el de su familia.  
				El período de espera antes de contraer matrimonio, fue 
				establecido en el Generoso Corán 2/24 y, es de cuatro meses y 
				diez días, a contar desde la muerte de su esposo.   
  
				
				
				
				EL AGONIZANTE 
				  
				  
				
				Es preferible  que el agonizante esté rodeado de sus 
				parientes más cercanos y queridos, con el fin de escuchar sus 
				últimos deseos y recomendaciones,  tranquilizándolo y 
				animándolo.   
  
				
				La enseñanza islámica en ningún caso acepta  gestos por 
				parte de los asistentes, que motive el desánimo del moribundo. 
				Cualquier acto, o simplemente una frase, deberá ser lo más 
				disimulado posible, puesto que nadie conoce si este enfermo 
				morirá o, por el contrario, se recuperará de acuerdo a los 
				designios, infundidos en él por el Todopoderoso.   
  
				
				El cambio de postura del agonizante, o sea orientarlo hacia la 
				Qibla (Meca), o recitar versículos del Generoso Corán ante él, 
				no tienen apoyo en la Jurisprudencia Islámica (Sharía), aunque 
				no es reprochable hacerlo.  
				Mencionar la Profesión de Fe  (Shahada) en voz baja, es un 
				hecho permitido ante el moribundo.   
				  
				
				
				
				EL MOMENTO DE LA MUERTE (Óbito)   
				  
				
				 En el momento inmediatamente posterior al óbito (o sea el 
				último suspiro, que es cuando el alma abandona al cuerpo), 
				después de pasados los primeros minutos de dolor por parte de 
				los presentes, alguien de sus allegados deberá subir la 
				mandíbula del fallecido, luego pasar la mano de arriba hacia 
				abajo sobre sus ojos para cerrar sus párpados, y cubrir el 
				cadáver con una prenda o trozo de tela.   
  
				
				Informar de su muerte. 
				  
				
				Anunciarla lo más rápido posible de acuerdo a las formas y 
				circunstancias del medio en que se vive, a través de diarios, 
				radios o simplemente por medio de los miembros de la comunidad. 
				Además, comunicar la muerte de manera oficial a las autoridades 
				competentes  para así preservar los derechos del fallecido 
				y  de sus herederos.   
  
				
				Es necesario conocer si el fallecido habría comunicado sus 
				últimos deseos a su cónyuge o a sus hijos o a cualquier otra 
				persona de su conocimiento, referente  a su entierro o a 
				cualquier otra diligencia  a realizar. Todo tipo de deseo 
				factible de cumplir no estando en contra de los principios 
				islámicos, deberá intentar realizarse, por ejemplo ser enterrado 
				al lado de sus parientes, si ellos están inhumados en el 
				cementerio de la ciudad donde este murió. Trasladar el féretro 
				hasta otra ciudad, va en contra  de nuestros preceptos,  
				por lo tanto es aconsejable enterrar a un musulmán en el 
				cementerio de la localidad donde murió. Hacer de su tumba un 
				monumento tampoco es aprobado, ni construir una mezquita  o 
				algo fastuoso sobre ella.   
  
				
				
				
				PREPARATIVOS PARA EL ENTIERRO 
				
				  
				
				Obtenido el certificado de defunción y el permiso de inhumación, 
				se procederá a preparar al fallecido según el ritual islámico, 
				que consiste en:   
				
				
				
				
				  
				
				
				
				LA ABLUCIÓN FUNERAL (GUSUL)
				   
				  
				Bañar al fallecido antes de proceder a amortajarlo y enterrarlo 
				es un precepto islámico, y el realizarlo es una obligación de la 
				comunidad (Fard Kifaia), es decir, si alguien de la comunidad lo 
				cumple, el resto quedará exento.   
				
				El objetivo del baño es hacerlo presentable ante aquellos que lo 
				despedirán. No obstante, siendo un hecho ritual, tendrá que 
				seguir las reglas islámicas que se enumeran a continuación. 
				  
  
				
				
				¿Quién deberá ocuparse del bañado?
				  
				
				Es preferible que la comunidad musulmana tenga su funeraria 
				propia, así pues, encomendar el proceso del entierro a una 
				entidad conocedora de las reglas del bañado, del amortajamiento, 
				y del entierro, evita las iniciativas inadecuadas e inoportunas. 
				No obstante, dada la simplicidad de la tarea, cualquier musulmán 
				puede hacerse cargo del funeral, siempre y cuando reúna las 
				siguientes condiciones:   
				
				
				
				
				Si  esta persona es de los familiares más cercanos tendrá 
				prioridad sobre los demás. En todo caso quien baña a un difunto 
				será bien remunerado por Dios. Así el Profeta Muhammad (PyB) 
				dijo:  
				Quién bañe a un difunto y guarde sus secretos, Dios le perdonará 
				y bendecirá.   
  
				
				
				¿Cómo se realiza el baño ritual? 
				  
				
				Es preferible que la persona encargada de la ablución fúnebre, 
				se haya hecho una ablución previa, así estará física y 
				psíquicamente en condiciones de realizar el baño.   
  
Se comienza 
diciendo:    
	
		
			| 
			En el nombre de 
			Dios, y acorde a las enseñanzas de Su Mensajero | 
			
			BISMILLAH UA 
			‘ALA MILLATI  RASULILLAH | 
			
  
                                              
				 بسم الله 
				وعلى مِلّةِ رسول الله 
		    
  
  
			 | 
		 
	 
 
				
		    
  
				  
				
				Luego se cubrirá el cadáver con una prenda o trozo de tela y se 
				lo despojará de sus ropas.   
				
				Durante todo el proceso del lavado, quién bañe, procurará no 
				dejar al descubierto ninguna parte del cadáver, si no fuese 
				necesario, para cumplir con la tarea.   
  
				
				El baño consiste en duchar y limpiar el cadáver, hacerle la 
				ablución menor (Udú) y secarlo con una tohalla limpia.   
				
				Se procede al baño propiamente dicho, comenzando con un presión 
				con las palmas de las manos (enguantadas) sobre el estómago del 
				fallecido, para provocar la evacuación de los excrementos 
				retenidos en el último tramo del intestino. Se limpia la zona 
				con agua y jabón, luego se limpia todo el cuerpo (con agua y 
				jabón) como en cualquier baño. Se podrá repetir este 
				procedimiento tantas veces sea necesario, para la buena 
				limpieza.   
  
				
				Luego se procede al Udú - ablución normal - ( es la ablución que 
				se realiza antes de las oraciones), pero sin necesidad de 
				enjuagar la boca ni la nariz.   
  
				
				Por último se ducha el cadáver con agua de arriba hacia abajo, 
				comenzando con dejar escurrir abundante agua sobre la cabeza, 
				luego sobre el lado derecho del cuerpo y por último sobre el 
				lado izquierdo. Se seca el cuerpo, se peina el cabello y se 
				perfuman ambos.  
				    
				
				
				
				¿QUÉ HACER ANTE LA IMPOSIBILIDAD DEL BAÑAR AL DIFUNTO?
				 
				     
				
				En caso de falta de agua, o si se temiera destrozar aún más el 
				cuerpo del difunto en caso de grandes quemaduras o accidentes o, 
				en ausencia del cónyuge del fallecido y de otra persona de su 
				sexo, entonces se recurre al  “Taiammum” (mundificación 
				alternativa, o ablución seca), es decir, quién baña pondrá sus 
				manos (palma abajo) sobre cualquier superficie seca, 
				preferentemente suelo arenoso, tierra o simplemente sobre una 
				alfombra o algo similar y las frotará sobre la cara y las manos 
				del fallecido.   
  
				
				Por último, puede darse el caso de no encontrarse más que una 
				parte del cuerpo del fallecido (un brazo o parte de algún 
				miembro), por ejemplo: en el caso de explosiones, terremotos, 
				bombardeos, etc. Si esto sucede, se le dará el mismo tratamiento 
				del cadáver normal.  
				    
				
				EL  AMORTAJAMIENTO  
 
				
				 
				Recordemos que amortajar a un musulmán es Fard Kifaia (deber de 
				la comunidad).  
				Quien lo realiza exime al resto de hacerlo.   
				  
				
				La mortaja es simplemente una prenda o trozo de tela de 
				extensión suficiente para envolver todo el cadáver, 
				preferentemente de color blanco.   
  
				
				La Tradición Profética, recomienda utilizar tres paños blancos 
				(sudarios), uno tras otro, para el hombre y, dos paños más tres 
				elementos complementarios para la mujer (que veremos más 
				adelante). Pero advierte contra el encarecimiento y la 
				ornamentación. Estos paños, además de ser nuevos, serán de tela 
				normal y corriente (no serán de seda ni cualquier otro tejido 
				costoso).   
  
				
				
				
				CÓMO DEBERÁ AMORTAJARSE A UN HOMBRE
				   
				
				a) Se extienden los paños o sudarios unos sobre el otro, de modo 
				que el primero en extenderse de ellos, sea el más amplio.
				
				 
  
				
				b) Se traslada el cadáver (recién bañado) cubierto con una tela, 
				hasta donde están extendidos los paños y se lo deposita sobre 
				ellos.   
  
				
				c) Se comienza doblando el paño superior, cubriendo la parte del 
				cuerpo del lado derecho, luego se dobla el resto del paño sobre 
				la izquierda del cuerpo, de modo que éste quede cubierto con el 
				primer paño. Se realiza el mismo procedimiento con los restantes 
				paños, hasta completar los tres.  
				De acuerdo a la figura:   
				
				
				
				  
				
				d) Completado esto, deberán ajustarse estos sudarios al cuerpo 
				con trozos de tela en forma de hilos. Los que se soltarán al ser 
				depositado el cuerpo en la tumba.  
				Completado esto, se perfuman los sudarios.   
  
				
				
				
				CÓMO DEBE SER EL AMORTAJAMIENTO DE UNA MUJER
				   
				
				Recordemos que deberán usarse en la medida posible cinco 
				elementos, para el caso de una mujer, que están compuestos por:
				
				 
				
					- 
					
					Una pollera o trozo de tela 
					que ceñirá sus muslos. 
					 
					  
					- 
					
					Una camisa larga o camisola. 
					 
					  
					- 
					
					Un velo que cubrirá su cabeza 
					y dos paños que cubrirán el cadáver, los que se atarán al 
					cuerpo, y  soltarán sus ataduras en la tumba (de forma 
					similar a la del hombre). 
					 
					  
				 
Terminada la 
tarea, se deposita el cadáver dentro de un féretro, para facilitar su traslado 
hasta el cementerio. Es aconsejable que el ataúd sea simple, con el fin de no 
agobiar a los familiares del fallecido con gastos innecesarios, y al mismo 
tiempo, sea lo suficientemente fuerte para ser reutilizado con otros fallecidos. 
				 
  
				
				Estando en países no islámicos, donde existen normas y 
				legislaciones que obligan a mantener el cadáver 24 horas antes 
				de sepultarlo (por ejemplo Argentina), no es  impedimento 
				aprovechar la ocasión para escuchar un sermón, o un comentario 
				que nos haga recordar sobre los deberes ante Allah y ante el 
				prójimo. Tampoco es desaconsejable leer ó escuchar la recitación 
				del Sagrado Corán. Es decir, aprovechar el tiempo comprendido 
				entre el amortajamiento y el entierro, (si bien no es ningún 
				precepto ni tradición islámica, simplemente es llenar un tiempo 
				obligado con algo útil)
				en  lugar de dar rienda suelta a bullicios o conversaciones 
				impropias  del momento.  
				  
				
				Nota: en el caso de muertes a raíz de grandes catástrofes, 
				epidemias, etc. y no disponerse de sudarios suficientes, se 
				amortajarán dos o más muertos con un solo sudario y se podrán 
				también enterrar en una misma tumba. Tal lo ocurrido con los 
				creyentes caídos en la batalla de Uhud -Allah se complazca de 
				ellos-.   
				
				Antes de finalizar, advertimos sobre el uso de velas o cirios 
				alrededor del cadáver, ya que esto no es costumbre islámica. 
				  
				    
				
				
				LA PLEGARIA FÚNEBRE 
				
				(SALAT ul Yanasa) 
				  
				
				Se define la plegaria fúnebre como un  FARD KIFAIA   
				“deber colectivo” hecho por algunos, quedando los demás miembros 
				de la comunidad exentos.   
				
				La misma consiste en los siguientes pasos sucesivos:  
				    
				
				1- Takbirat ul Ihrám (de apertura) ALLAHU AKBAR, seguida por la 
				recitación de Al Fátiha.  
				    
				
				2- La 2da Takbira, luego seguida por Salatul Ibrahimía.  
				    
				
				3- La 3ra Takbira, seguida por una súplica por el difunto.
				 
				    
				
				4- La 4ta y última Takbira, seguida por una súplica general o 
				amplia. Y finaliza la plegaria con una o dos Taslima (Assalamu ‘aleikum).  
				    
				
				La manera de realizar esta plegaria es muy peculiar, se hace de 
				pie (calzado, si no se estuviese en un piso alfombrado), sin 
				Ruku’ (inclinación) ni Suyud (prosternación).  
				Puede realizarse en una mezquita, en un salón, o bien en el 
				solar del cementerio (dedicado a la oración funeraria o Musalla) 
				o en su defecto, en cualquier lugar antes de proceder al 
				entierro, e incluso después de éste, si por algún motivo no se 
				hubiere podido realizar la plegaria.   
				
				
				   
				CÓMO SE 
				REALIZA SALAT UL YANAZA
				   
				
				Se coloca el féretro en el suelo, en sentido perpendicular a la 
				Qibla (dirección hacia la Meca) y el Imám (ó quien oficie de 
				guía religioso),  se sitúa detrás del féretro 
				(preferiblemente detrás de la cabeza del difunto si es varón o 
				detrás de la parte media del cuerpo, si es mujer).  
				Ver figura:   
				
				  
				
				Los demás se ponen de pie, en hileras detrás del Imám.  
				La condición exigible es que todos los que hagan esta oración 
				deberán tener la ablución, (como se realiza para las oraciones 
				tradicionales). En  caso de no tenerla hecha, y que el 
				tiempo apremie  hacerla, entonces se sustituye por el 
				TAIAMMUM (ablución alternativa, explicada anteriormente). El 
				Taiammum es válido, tanto para la ablución mayor como para la 
				menor.   
  
				
				Cumplidos estos requisitos indispensables, y: 
				  
				
				a) Ordenados los participantes para la plegaria, el Imám antes 
				de dar comienzo a la misma, suele explicar en voz alta la manera 
				de realizar esta oración. Luego expresa la intención (Níia) de 
				efectuarla, y exclama la llamada de apertura: Allahu Akbar (Takbirat 
				ul Ihrám), elevando las manos hasta la altura de sus orejas.  
				Los seguidores del Imám (Ma'mumún) lo seguirán paso por paso.   
				
				b)  Todos recitarán susurrando el pasaje de la apertura del 
				Corán: Surat ul Fátiha:  
  
	
		
			| 
			En el nombre de 
			Dios, Clemente, Misericordioso | 
			
			
			Bismillahi Rahmáni Rahím | 
			
  
                                              
 
بسم الله الرحمن الرحيم 
		    
  
  
												 | 
		 
		
			| 
			Alabado sea 
			Dios, Creador del Universo | 
			
			
			Alhamdulillahi Rabbil ‘Alamín | 
			
  
                                              
 الحمدُ للهِ ربِّ العالمين 
		    
  
  
												 | 
		 
		
			| 
			Clemente, 
			Misericordioso | 
			
			
			Arrahmánir Rahím | 
			
  
                                              
 الرحمن الرحيم 
		    
  
  
												 | 
		 
		
			| 
			Soberano en el 
			Día del Juicio | 
			
			
			Máliki Iaumiddín | 
			
  
                                              
 مالكِ يومِ الدين 
		    
  
  
												 | 
		 
		
			| 
			Solo a Tí 
			adoramos y de Tí imploramos ayuda | 
			
			
			Iiáka Na‘budu Ua Iiáka Nasta‘ín | 
			
  
                                              
 إياكَ نعبدُ وإياكَ نستعين 
		    
  
  
												 | 
		 
		
			| 
			Guíanos por el 
			sendero recto | 
			
			
			Ihdinas Sirátal Mustaqím | 
			
  
                                              
 اهدنا الصراطَ المستقيم 
		    
  
  
												 | 
		 
		
			| 
			El sendero de 
			quienes agraciaste, no el de los execrados ni el de los desviados | 
			
			
			Sirátal Ladhína An‘amta ‘Aleihim Gairil Magdúbi ‘Aleihim Ualad dalím | 
			
  
                                              
 صراط الذين 
أنعمت عليهم غيرِ المغضوبِ 
عليهم ولا الضالين 
		    
  
  
												 | 
		 
		
			| 
			Amén | 
			
			
			Amín | 
			
  
                                              
				آمين | 
		 
	 
 
  
Esta sura es la 
única de obligada recitación en el idioma litúrgico musulmán, o sea el idioma 
árabe. 
  
c) Terminada Al 
Fátiha, exclama el Imám otra Takbira (ALLAHU AKBAR) como en el paso anterior, 
luego pronuncia en voz baja As Salauát ul Ibrahimía en árabe, o en su defecto en 
castellano o cualquier otro idioma:  
  
	
		
			| 
			 
			
			Señor nuestro, colma con tu gracia a Muhammad y a la familia de Muhammad, como colmaste con tu 
gracia a  Abrahám  y a la familia de Abraham. Y bendice a Muhammad y a 
la familia de Muhammad como bendeciste a Abraham y a la familia de Abraham. 
			Ciertamente Tú eres Loable, Majestuoso  | 
			
			 
			Allahuma sal-li ‘Ala Muhammadin Ua ‘Ala ali 
Muhammadin, Kama Sal-laita ‘Ala Ibrahima  Ua ‘Ala ali Ibrahima. Ua Barik 
‘Ala Muhammadin Ua ‘Ala ali Muhammadin, Kama Barakta ‘Ala Ibrahima Ua ‘Ala ali 
Ibrahima Fil ‘alamina Innaka Hamidun Mayid.  | 
		    
  
  
			
 الَّلهمَّ 
صلِّ على محمدٍ وعلى آلِ محمّد كما صلّيتَ على إبراهيم وعلى آلِ إبراهيم, وبارك على 
محمّدٍ وعلى آلِ محمّد كما باركت على إبراهيم وعلى آلِ إبراهيم في العالمينَ إنَّكَ 
حميدُ مجيّد 
			 | 
		 
	 
 
  
Este pasaje de 
oraciones, se recita al final de cualquier plegaria, antes de finalizar
con At Taslima: 
  
	
		
			| 
		    
  
			 
			Assalamu Alaikum ua Rahmatullah  | 
  
			
 السلامُ عليكم 
ورحمة الله 
			 | 
		 
	 
 
  
d) Finalizada la 
recitación de las oraciones mencionadas en el párrafo anterior, exclama el Imám 
otra vez: Allahu Akbar, luego cada participante de la oración realizará para sí, 
una súplica por el difunto en árabe o en otro idioma, por ejemplo: 
	  
	
		
			| 
			 
			Señor nuestro,  
			ten misericordia con él y perdónalo, sálvalo del castigo de la tumba 
			Perdónale sus pecados y multiplica sus buenas obras. Indúltalo, haz 
			de su tumba un 
			refugio feliz. Ingrésalo a Tu divino paraíso  | 
			
			 
			Allahummagfir 
			lahu Uarhamhu Ua nayyihi min ‘Adhábil Qabr, Uamhu Jataiáhu Ua Da‘if 
			Fi Hasanatihi, Ua‘fu ‘anhu, Ua uassi‘ Fi Qabrihi, Ua Adjilhu Fasíha 
			Yannátik.  | 
			
			 
			اللَّهُمَّ اغفر 
			لهُ وارحمهُ ونجِّهِ من عذابِ القبر, وامحُ خطاياهُ وضاعف في حسناتِهِ 
			واعفُ عنهُ ووسّع في قبره وأدخلهُ فسيحَ جنّاتك  | 
		 
	 
 
  
Si el difunto es 
de corta edad se puede añadir: 
  
	
		
			| 
			 
			Señor consuela 
			a sus padres, recompénsales y haz de su hijo un intercesor para 
			ellos ante Ti  | 
			
			 
			Allahumma 
			y‘alhu Rahmatan li abauaihi,  Ua Salafan Ua Dhujran, Ua Shafi‘an Ua  
			Zaqqil  Bihi Mauazinahuma.  | 
  
			
			 
			الَّلهُمَّ 
			اجعلهُ رحمةً لأبويهِ وسَلَفاً وذِخراً وشفيعاً وثَقّل به موازينهما  | 
		 
	 
 
  
e)  La cuarta 
fase de esta plegaria, comienza con una cuarta y última exclamación (Takbir) por 
parte del Imám, seguido siempre por los demás  participantes, luego cada uno 
hará un súplica general por breves momentos, por ejemplo: 
  
	
		
			| 
			 
			¡Señor! Ilumina 
			nuestro pensamiento y guíanos por el sendero recto. Haznos morir  
			como musulmanes, e ingrésanos en Tu paraíso  | 
			
			 
			Allahumma 
			Nauuir ‘Uqulana, Uahdina ‘ilas Sirátil Mustaqím 
			Ua tauaffana Muslimin, Ua adjilna Fi Yannatik  | 
  
			
			 
			الَّلهُمَّ نوّر 
			عقولنا واهدنا إلى الصراط المستقيم وتوفَّنا مُسلمين وأدخلنا في جنّاتك  | 
		 
	 
 
		    
  
  
Luego el Imám 
finaliza la plegaria con At Taslima de Clausura (Assalamu ‘Aleikum ua 
Rahmatullah) girando su cabeza hacia la derecha, o bien hacia la derecha y luego 
hacia la izquierda. 
  
Quien haya 
perdido parte de la plegaria fúnebre, podrá seguir al Imám en lo que resta de la 
misma, y cuando el Imám finaliza, el participante completará la Takbiras no 
realizadas, es decir al final debe completar las cuatro Takbiras. En  caso de 
temerse por falta de tiempo, y que el féretro sea trasladado antes de 
recuperarse la Takbira faltante, no será necesario completarla siendo suficiente 
lo realizado hasta el momento, es decir, se termina la plegaria con el Imám. 
  
EL CORTEJO FUNEBRE (Tashií al  Yanaza) 
  
El cortejo 
fúnebre es una manifestación de despedida digna a un miembro de la comunidad 
islámica, cualquier cortejo fúnebre sea de un musulmán o de cualquier seguidor 
de otra religión, es digno de rendir homenaje  ante su desaparición. 
  
Algunos 
Compañeros del Profeta (PyB) se ponían de pie  y guardaban silencio, al pasar un 
cortejo delante de ellos, fuese o no un musulmán. 
  
Es recomendable 
acompañar al difunto hasta que sea enterrado y rezar por su alma. Es digno de 
quienes acompañan al cortejo hacer un examen de conciencia ante el significado 
de la muerte y el destino final de todo ser viviente. Deberán recordar que algún 
día ellos serán los trasladados y rendirán cuentas de su obra en este mundo ante 
Allah -Subhanahu ua Ta‘ala- 
  
TRASLADO DEL FÉRETRO 
El traslado de los restos de un fallecido de una ciudad a otra es un hecho 
reprobable. 
El traslado debe efectuarse cuanto antes hacia la mezquita, la funeraria o hacia 
el cementerio donde se realizará la oración fúnebre. 
  
LA 
INHUMACIÓN 
  
El suelo o 
tierra del cementerio es la morada natural de nuestros fallecidos. En la tierra 
se completa el ciclo vital del hombre, al que el Corán cita en el versículo 
20/55: 
  
	
		
			| 
			“De ella (LA TIERRA) os creamos, a ella  os retornaremos y de ella os 
haremos surgir otra vez”. | 
			
		    
  
  
												 
												
												منها خلقناكم وفيها نُعيدُكم 
												ومنها نُخرِجُكم تارةً أُخرى 
  
  
												 | 
		 
	 
 
  
		    
  
La incineración 
del cadáver no es aprobada por ninguna escuela jurídica islámica. 
 
Las bóvedas, mezquitas-tumbas, tumbas monumentales, son desaprobadas en el 
Islam. 
  
Asimismo, 
enterrar a un musulmán con ataúd o con elementos de valor es reprobable. 
 
La filosofía que hay detrás de todas las limitaciones mencionadas anteriormente,  
evidencia que el Islam nos orienta siempre hacia lo práctico y útil, y que los 
recursos de la tierra deberán ser destinados al bien común, es decir a los 
vivos, a los que la necesitan para seguir en el camino de la supervivencia. Todo 
gasto innecesario para los muertos perjudica a los vivos. Cada palmo de tierra 
dedicado innecesariamente a un muerto perjudica a los vivos. Donde 
encontraríamos un lugar en la tierra para vivir, si hubiésemos hecho de la 
superficie de la tierra un bosque de tumbas monumentales. 
  
La tumba para 
los musulmanes es una morada funcional, en ella se protege al cadáver de toda 
agresión externa, hasta que sea absorbido  por la misma tierra. 
  
MODO DE EFECTUAR 
LA INHUMACIÓN 
Trasladado hasta 
el borde de la tumba, se retira del ataud el cadáver amortajado   y se 
procede al entierro propiamente dicho. 
 
La tumba será abierta en sentido perpendicular a la Qibla, con una profundidad 
suficiente para proteger al cuerpo de cualquier intento de profanación o 
exhumación criminal. 
Ver figura: 
  
La excavación 
deberá tener por lo menos una profundidad de 1,45 metros, y un ancho y largo lo 
suficiente para que el cadáver quede extendido horizontalmente  e inclinado 
levemente, sobre la pared más cercana a la Qibla. Esta es la forma tradicional y 
más utilizada en Occidente (figura a). También se puede realizar un corte (Shaq) 
longitudinal en el fondo de la tumba sobre la pared más cercana a la Qibla, 
según muestra la figura b, tal lo realizado en la tumba del Profeta Muhammad (PyB) 
debiéndose  reforzar estas paredes para evitar su derrumbe. 
Retirado el cadáver del ataúd y recogido por uno o dos hombres que hayan bajado 
previamente  en ella, se introduce en la tumba o en la hendidura, de la 
forma más conveniente, haciendo que su cabeza quede inclinada a la derecha 
mirando hacia la Qibla. Luego de depositarlo, se soltarán los nudos de las 
cintas que ataban los sudarios, especialmente los que están a la altura de los 
pies. 
  
Quien oriente el 
cadáver en ese momento, es aconsejable  que exprese. 
  
	
		
			| 
			
			En el nombre de Dios y acorde a las enseñanzas de su Mensajero | 
			
			 
			BISMILLAH UA ‘ALA 
MILLATI RASULILLAH  | 
		    
  
			
 بسمِ اللهِ وعلى مِلَّةِ رسولِ الله 
			 | 
		 
	 
 
  
 
Luego, se 
procede a tapar o cerrar con piedras o ladrillo. Se vierte la tierra hasta un 
palmo  sobre el nivel del suelo del cementerio. 
  
Poner una lápida 
sobre la tumba no es reprobable si el propósito es marcar el lugar de la misma. 
Es preferible que las personas encargadas de depositar el cadáver en la tumba 
sean 
los amigos o familiares del fallecido. 
  
Una vez 
finalizado el entierro se hace súplica por el difunto y por todos los difuntos 
de los presentes. Es preferible que uno de los hijos anunciare la disposición de 
responder ante cualquier deuda documentada que su padre haya contraído en vida. 
Luego se dispone  junto con sus familiares más inmediatos a recibir el 
pésame de los asistentes (antes de salir el cementerio). 
  
AT TA‘ZIA
(EL PÉSAME) 
  
El pésame es una 
muestra de solidaridad con los familiares del difunto. 
Su objetivo fundamental es cumplir con un precepto del Profeta Muhammad (PyB), 
cuyo fin es consolar a los familiares y amigos del fallecido, hacerles 
comprender que la muerte es el destino inevitable e irremediable de todo ser. Es  
como elegir frases elocuentes para elevar el ánimo y el umbral del dolor 
emocional, y aislar al familiar de su tormento. 
 
El Profeta (PyB) solía consolar a los familiares del fallecido diciendo: 
  
	
		
			| 
			
			“Todo está predestinado, entereza y sosiego” | 
  
			
 كلُّ شىءٍ مقدّرُ ولكمُ الصَبرُ والسلوان 
			 | 
		 
	 
 
  
 
Llevar una 
vestimenta de luto, conmemorar los cuarenta días del fallecimiento o el 
aniversario en memoria del fallecido, reunir a la gente para recitar el Corán 
durante tres noches después de un fallecimiento, puede ser una forma de 
recuerdo, aunque no
está establecido en la Jurisprudencia Islámica, siendo evidente en estas 
costumbres,
la gran influencia occidental que nos ha absorbido a muchos musulmanes. 
 
Rogamos al Todopoderoso volver a los preceptos del Corán y a la Sunna de nuestro 
Profeta Muhammad (PyB). 
El  Islám nos enseña que  respetar la vida tiene prioridad sobre la 
memoria del fallecido, por lo tanto tendríamos que evitar todo acto 
conmemorativo innecesario. 
  
LA VISITA A LOS 
CEMENTERIOS 
La visita a los 
cementerios no es un acto protocolar que se haga en fechas determinadas, sino 
más bien es un acto recordatorio tanto en honor del difunto como en beneficio 
propio. 
  
Demostrar el 
cariño y el afecto hacia los seres  queridos que nos han dejado es digno de 
alabanza y muestra de fidelidad y nobleza. 
  
Pero lo más 
importante en tales visitas es aislarse durante breve tiempo del mundo material, 
reflexionar sobre nuestro destino final, meditar en las buenas acciones que nos 
beneficiarán el Día del Juicio, recuperar tiempo perdido e intentar siempre 
mejorar nuestra conducta personal en lo que resta de nuestras vidas. 
El Profeta 
Muhammad (PyB) decía:  
  
	
		
			| 
			“Visitad a las 
			tumbas para rememorar la muerte”. | 
  
			
                                              
				 
				زوروا القبور فإنها 
				تذكركم بالموت 
		    
  
			 | 
		 
	 
 
  
 
Al entrar a un 
cementerio es aconsejable saludar a sus moradores. 
El Profeta 
Muhammad (PyB), al pasar por un cementerio solía decir:   
  
	
		
			| 
			Assalamu ‘Aleikum 
creyentes, habitantes de la morada de la Paz, vosotros nos habéis precedido, y 
nosotros os seguiremos. Que Dios nos salvaguarde. | 
  
			
                                              
				 
				السلام عليكم أهلَ 
				الديار من المؤمنينَ أنتم السابقون وإنّا إن شاء الله بكم لاحقون 
				ونسألُ الله لنا ولكم العافية 
		    
  
			 | 
		 
	 
 
		    
  
  
La tumba no es 
lugar de reverencias, ni para hacer de ella un lugar de reunión, ni para pedir 
del muerto intercesiones o ayudas para resolver nuestros problemas en este 
tránsito terrenal. 
 
Solamente Allah -Subhanahu ua Ta‘ala- escuchará nuestros ruegos. Él es quien oye 
las súplicas y es el Señor de las respuestas. 
 
  
Hadices sobre la Muerte 
  
La Prohibición 
de Desear la Muerte   
  
1. 
Abu Huraira 
narró que el Profeta(l. p. b. e.) dijo: 
Ninguno desee la muerte, ni la invoque antes de que le llegue; porque cuando uno 
muere, sus acciones se acaban, y ciertamente la edad de un creyente no agrega 
nada sino virtudes. 
Muslim  
  
Estado Mental 
antes de Morir  
  
2. 
Anas ibn 
Malik reportó que el Profeta (l. p. b. e.) visitó a un joven mientras se cernía 
la muerte. Él le preguntó como se sentía y el joven contestó que esperaba la 
misericordia de Allah y que estaba temeroso por sus pecados. El bendito Profeta 
dijo entonces: 
Éstas dos cosas no vienen juntas al mismo tiempo en el corazón de un siervo como 
éste (cuando se acerca la muerte) a menos que Allah le conceda sus expectativas y 
le dé certeza de lo que él teme. 
Ibn Maya, Tirmídi  
  
[Si la esperanza 
de la misericordia de Allah y el temor a Su castigo se encuentran en el corazón de 
un moribundo, Allah hace realidad la esperanza y elimina el miedo. Nadie conoce la 
hora de su muerte, por lo tanto debemos tener estos dos sentimientos en el 
corazón]  
  
Las Cosas que 
Deben Recitarse a un Moribundo  
  
3. Abu Saíd 
Judri reportó que el Profeta (l. p. b. e.) dijo: 
Instruíd a un moribundo a decir: "Testifico que no hay Dios sino Allah y Mohámed 
es Su Profeta." 
Muslim  
  
4. Máquil ibn 
Yasir relató que el Profeta (l. p. b. e.) dijo: 
Recitad el capítulo de Ya-Sin ante un moribundo. 
Ahmed, Abu Daud, Ibn Maya  
  
Las Cosas que 
Ayudan a un Muerto  
  
5. 
Abu Huraira 
reportó que el Profeta (l. p. b. e.) dijo: 
Cuando un hombre muere, todas sus acciones se desprenden de él, exceptuando 
tres: la caridad (continua), el conocimiento del cual hay beneficios y los hijos 
virtuosos que rezan por él. 
Muslim  
  
El Entierro
 
  
6. 
Alí ibn Abi 
Talib narró que el Profeta (l. p. b. e.) dijo: 
No gasten mucho para la manta del funeral, porque ciertamente se destruye 
pronto. 
Abu Daud  
  
7. 
Abu Huraira 
reportó que el Profeta (l. p. b. e.) dijo: 
Apresuráos a enterrar el muerto. Si era una persona pía, lo haréis rápidamente 
por su bien (el bien que le espera en el Más allá), pero si era lo contrario, 
estaréis apartando de vosotros el mal de vuestros hombros. 
Bujari, Muslim  
  
Oración Funeraria 
 
8. Abu Huraira relató que el Profeta (l. p. b. e.) dijo: 
Cuando ofrezcáis la oración funeraria para alguien, rezad por él afanosamente. 
Abu Daud, Ibn Maya  
  
Recompensa por 
Acompañar en la Procesión Funeraria.  
  
9. 
Abu Huraira 
relató que el Profeta (l. p. b. e.) dijo: 
Quien sea que atiende la procesión funeral hasta que ofrece la oración funeraria 
obtendrá la riqueza de un quirate, y quien sea que lo acompañe hasta su 
entierro, obtendrá una recompensa igual a dos quirates. 
Se le preguntó: ¿Qué son los quirates? Y él respondió: 
Son como dos grandes montañas. 
Bujari, Muslim, Nasái, Tirmídi  
  
10. Abdulá ibn 
Omar relató que el Profeta(l. p. b. e.) dijo: 
Cuando alguien muere, no tengáis el cuerpo esperando, más bien llévenlo 
rápidamente a su tumba. Cuando lo hayan enterrado, recitad la primera de sura la 
Vaca en su cabecera y la parte final a sus pies. 
Baijaqui  
  
La Oración tras 
el entierro  
  
11. Otman ibn 
Affan relató que el Profeta (l. p. b. e.) se incorporó por un rato en el sitio 
de entierro de una persona y dijo: 
Buscad el perdón de vuestros hermanos y rezad por su firmeza, ya que él ahora 
está siendo interrogado. 
Abu Daud  
  
[De acuerdo a 
otro jadiz, cuando una persona es enterrada, dos ángeles vienen y le hacen 
preguntas concernientes a su fe, sobre Allah y del bendito Profeta Mohámed (l. p. 
b. e.). Si sus respuestas son las correctas, una ventana en el Paraíso se abre 
para él, de otro modo, una ventana del Infierno se abrirá para él]  
  
Prohibición de 
Lamentarse por el Muerto  
  
12. 
Ibn Masúd 
narró que el Profeta dijo: 
Aquél que golpea su rostro y desgarra sus ropas y se lamenta de su fe por el 
infortunio, como se hizo en tiempos preislámicos, no es uno de nosotros. 
Bujari, Muslim  
  
Recompensa por 
la Paciencia  
  
13. 
Abu Saíd 
Judri narró que el Profeta dijo: 
Cuando el hijo de un creyente muere, Allah pregunta a sus ángeles: ¿Habéis tomado 
la custodia del alma del hijo de mi siervo? Ellos contestarán: Sí. Entonces Él 
les preguntará: ¿Habéis tomado la custodia del alma floral de su corazón? Ellos 
contestarán: Sí. Entonces Dios les preguntará: ¿Qué es lo que mi siervo dice? 
Los ángeles contestarán: Él te alaba diciendo: De Allah somos y a Él regresamos 
(Corán 2:156) al oír esto, Allah dice: Construíd a mi siervo una mansión en el 
Paraíso y nombradla: La Casa de Alabanza. 
Tirmídi  
  
[El Corán 
establece: Vamos a probaros con algo de miedo, de hambre, de pérdida de vuestra 
hacienda, de vuestra vida, de vuestros frutos. Pero ¡Anuncia buenas nuevas a los 
que tienen paciencia, que cuando les acaece una desgracia, dicen SOMOS DE Allah Y 
A ÉL VOLVEMOS! (2:155-156)]  
  
Las Tumbas
 
  
14. Yabir 
reportó que el bendito Profeta prohibió el enlucido de las tumbas y ponerles 
inscripciones o señalamientos de alguna clase sobre ellas. 
Tirmídi  
  
[Este jadiz nos 
enseña que las tumbas no deben tener algún signo conmemorativo (lápidas, 
estatuas) y que no deben tener inscripciones con versos coránicos]  
  
Prohibición de 
Hablar Mal del Muerto  
  
15. Ibn Omar 
narró que el Profeta dijo: 
Narrad las virtudes de vuestros muertos y absteneros de revelar sus pecados. 
Abu Daud, Tirmídi  
  
[Hablar mal de 
un muerto es peor que difamarlo en vida, porque nosotros podemos encontrar el 
perdón de aquellos que aún están vivos y no de aquellos que están muertos]
 
  
Oración por el 
Muerto  
  
16. 
Abdulá ibn 
Abás reportó que el Profeta dijo: 
Un muerto en la tumba se asemeja a un hombre que se está ahogando y busca 
auxilio de otros y espera que su padre, madre, hermanos u amigos recen por él. 
Cuando ésta (la oración) le llega, él (quien rezó por él) se vuelve más querido 
a éste que todo el mundo y su contenido. En verdad Allah el Todopoderoso otorga 
recompensas del tamaño de las montañas a los habitantes de las tumbas, más allá 
de las invocaciones de los habitantes de éste mundo, y de verdad el regalo del 
vivo al muerto es buscar el perdón de éste último. 
Baijaqui  
  
Pago Puntual de 
las Deudas del Muerto  
  
17. Abu Huraira 
narró que el Profeta dijo: 
El alma de un creyente es retenida por sus deudas hasta que son saldadas. 
Tirmídi  
  
[Los parientes 
de los muertos deben tener conocimiento de las deudas del muerto, porque de 
tenerlas, éstas deben terminarse lo más pronto posible]  
  
EL TESTAMENTO
 
  
Su Importancia
 
  
18. 
Abdulá ibn 
Omar narró que el Profeta dijo: 
No es correcto que un musulmán que tenga algo por lo cual haya que hacer un 
testamento (Uasíya)y deje pasar dos noches en tal condición que el testamento no 
se ha preparado y no esté con él  
  
La herencia no 
es Necesaria a los Legítimos Herederos  
  
19. 
Abu Umama 
narró que escuchó al bendito Profeta dar un sermón en el año de la Peregrinación 
de Despedida, donde decía: 
El Señor ha determinado (en Su libro sagrado)la porción a cada uno con su 
reclamo legal. Por lo tanto no es permitido hacer un testamento aparte con 
respecto algún heredero. 
Abu Daud, Ibn Maya  
  
[Para más 
detalles véanse los versos coránicos 2:180-181, 240, 4:7-9, 11-14, 176, y 
5:109-110]  
  
Sobre la Debida 
Porción a los Herederos  
  
20. Sád ibn 
Uacas relató que una vez se sintió seriamente enfermo y el Profeta vino a él. 
Sád le preguntó: ¿Qué dirías si legara toda mi hacienda por Allah? Él contestó 
"No". De nuevo le volví a preguntar: "¿Y si fuese la mitad?" Entonces dijo "No". 
"¿Y si fuese un tercio?" Le volví a cuestionar, a lo que me contestó: 
Debes dejar un tercio de ella en tu testamento como deseas, pero aún así es 
mucho. 
Bujari, Muslim  
  
Castigo por 
Privar al Legítimo Heredero  
  
21. Abu Huraira 
reportó que el Profeta dijo: 
A menudo una persona lleva una vida de obediencia a Dios por 60 años, entonces 
cuando le sorprende la muerte, actúa injustamente en su testamento, y por ende 
el Infierno se hace inevitable para ésta (persona).  
Abu Daud, Ahmed, 
Ibn Maya, Tirmídi  
  
[Puesto que los 
herederos legítimos están totalmente contemplados en las aleyas coránicas de 
sura Las Mujeres, un testamento puede hacerse para aquellos que no son herederos 
legales, es decir, para parientes tanto musulmanes como no musulmanes. Un 
testamento puede hacerse para causas de caridad o causas islámicas que pueden 
llegar hasta la mitad de lo restante por repartir]  
  
EL MARTIRIO
 
  
22. 
Anas ibn 
Malik narró que el Profeta dijo: 
Nadie que entre al Paraíso querrá regresar a éste mundo, aunque le fuera dado 
todo lo que hay en él, exceptuando el martirio. Desearía regresar al mundo y 
morir diez veces más por la causa de Allah. Esto es porque el honor que recibiese 
sería el de un mártir. 
Bujari, Muslim  
  
23. 
Micdam ibn 
Mád Yaqurib relató que el Profeta dijo: 
Un mártir no sentirá el dolor de su muerte excepto como el que se siente por la 
mordedura (de una hormiga). 
Nasái, Tirmídi   
  
24. 
Sajl ibn 
Hunaif reportó que el Profeta dijo: 
Aquél que reza a Dios con sinceridad por el martirio, será llevado por Allah a la 
morada de los mártires, aunque éste muera sobre su lecho. 
Muslim  
  
25. 
Saíd ibn 
Zubeir ibn Amer ibn Nufail reportó que él escuchó del Profeta decir: 
Aquél que muere defendiendo su propiedad es un mártir. Aquel que muere 
defendiéndose es un mártir. Aquél que muere defendiendo su fe es un mártir y 
aquél que muere defendiendo a su familia es también mártir. 
Abu Daud, Tirmídi  
  
26. Fuzala ibn 
Obeid narró que el Profeta dijo: 
Un sello es puesto sobre las acciones de cada muerto, excepto aquel que por la 
causa de Allah murió. En verdad sus acciones se incrementaran hasta el Día de la 
Resurrección y será protegido de las pruebas de la tumba. 
Abu Daud, Tirmídi  
		    
  
												
  
		    
  
												
                                              
														
  
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