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Tras los pasos del Bien-amado

 

Episodio 6: La primera semana después de la Revelación

 

Antes de seguir con la biografía del Profeta (Sira), me gustaría preguntarte cómo te va Ramadán. ¿Estás contento? ¿Te sientes más próximo a Al·lâh? ¿Cómo van tus oraciones nocturnas y cómo va tu súplica? ¿Cómo va la lectura del Corán?  ¿Cuántas veces piensas completar su lectura? Estamos ahora en el sexto día de Ramadán, lo que significa que casi la cuarta parte del mes ha pasado. 

Puedo imaginar a Ramadán diciéndonos: "Vendré y me iré, tanto si te gusta como si no, tanto si has adorado a Al·lâh como si Le has desobedecido. Pero cuando me vaya, tomaré una parte de tu vida conmigo. Vendré todos los años y tomaré una parte de tu vida y así hasta que te mueras.  Entonces, seré una de las razones de tu éxito o de tu remordimiento." 

Un joven me conmovió cuando me escribió diciendo que se había imaginado que Ramadán era para él como una última oportunidad, que había hablado con Al·lâh y le había dicho que reconocía que era malo y le pedía una última oportunidad… Entonces, Al·lâh le había dado el mes de Ramadán como su última oportunidad".  ¿Por qué no imaginamos que Al·lâh nos ha dado también esta última oportunidad para adorarLe como nunca lo habíamos hecho antes?

Ahora permitidme volver a nuestro episodio. Hoy, nuestro episodio consta de un solo tema: "La primera semana después de la revelación".

Me gustaría pedirte hoy que utilizaras tu imaginación, y visualizaras qué hizo el Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, en esa primera semana. Quiero que le veas correr bajando de la montaña, sintiendo miedo, temblando de frío. Volvió a casa cansado y sudoroso, diciendo a su esposa, ¡"Cúbreme, cúbreme"! ¿Puedes imaginar lo que el Profeta estaba sintiendo? Quiero que sigas visualizando su estado. Sentía frío y miedo. Este hecho demuestra  por sí solo que no sabía todavía que él era un Profeta o que la criatura que le había visitado era el ángel Gabriel. Ni siquiera sabía si lo que le había pasado era bueno o malo. Estaba asustado porque Gabriel se le apareció en su forma  de ángel y no en su forma humana.  Eso debe haber sido verdaderamente sobrecogedor para el Profeta, sobre todo cuando recordamos la aleya en que Al·lâh Dice lo que se puede traducir como: " Si hubiéramos hecho descender este Corán a una montaña, la habrías visto humillada y partida en dos, por temor de Al·lâh. Estos son los ejemplos con los que llamamos la atención de los hombres para que puedan reflexionar."; (Sura59, aleya 21)  [1]

Cuando su esposa le preguntó qué había pasado, le dijo: "Temí por mi propia vida” y empezó a narrarle la extraordinaria experiencia que había vivido. ¿Cómo respondió la Señora Jadiya? Su respuesta fue rápida y firme. Ella dijo, "¡No, Por Al·lâh! ¡Al·lâh nunca te deshonraría! Mantienes la relación con tus familiares; apoyas y ayudas al débil; ayudas al pobre y al necesitado; eres generoso con los invitados y soportas las injurias en el camino de la Verdad”.[2]. Fue reportado que el Profeta al oír sus palabras se relajó y se tranquilizó.  

Estas palabras contienen un significado precioso. Quiero aconsejar a las mujeres una fórmula que consta de tres habilidades que les ayudaran a  conservar a sus maridos a su lado. Como sabéis, hay numerosas tentaciones en este mundo y la vida es difícil. Por consiguiente, si quieres conservar a tu marido, y hacer que nunca desee abandonarte, haz como tu madre Jadiya hizo. 

¿Qué hizo la señora Jadiya, aunque no tenía una solución para él? 

1-      Le dio firmeza y levantó su moral. Los hombres son fuertes como norma general, pero cuando un hombre encuentra algunos problemas o algo le sale mal, necesita que su esposa le conforte, incluso aunque ella misma se sienta débil en esa situación. Entonces, ella será los brazos que siempre le amparan y en los que puede refugiarse. Cuando un hombre siente el apoyo de su esposa, no te puedes imaginar la enorme energía que adquiere. Glorificado Sea Al·lâh que ha creado al hombre y a la mujer complementarios el uno con respecto del otro.  Al·âh Dice lo que puede traducirse como: "¡Hombres! Temed a vuestro Señor, que os creó a partir de un solo ser, creando de él a su pareja y generando a partir de ambos muchos hombres y mujeres. Y temed a Al·lâh, por Quien os pedís unos a otros, y respetad los lazos de sangre. Realmente Al·lâh os está observando", Sura de las Mujeres, aleya 1.

2-     La segunda cosa que hizo la señora Jadiya, después de darle ánimo y de recordarle sus grandes cualidades fue escucharle.   Daos cuenta de que muchas mujeres cuando se encuentran en esta situación lloran y lamentan el infortunio de sus maridos, lo cual aumenta aún más su preocupación. No, primero debes tranquilizarlo, y después, escucharlo. La señora Jadiya le escuchó. Sabéis, un hombre cuando llega el final del día está cansado del trabajo y desea hablar con alguien íntimo a él.  ¿Quién es más íntimo al hombre que su esposa? Él desea hablar contigo, y tú debes escuchar atentamente sin hacerle reproches. Si el hombre siente que cada vez que habla con su esposa ésta le critica, dejará de explicarle sus problemas o sus sentimientos, y buscará a alguien fuera de casa para hablarle; y ya sabes a donde puede llevar eso.  La señora Jadiya solía escucharle sin reprocharle nunca nada. Por eso el Profeta se dirigió a ella, en vez de buscar a su tío o a su mejor amigo, como hacen tantos hombres hoy. Estos hombres están equivocados. No dan a su esposa la oportunidad de estar a su lado, no hablan con ella.

3-     Compartir sus intereses.  ¿Cómo puedes acercarte a tu marido si no tenéis nada en común, si no compartís vuestros intereses? Cuando el Profeta estaba en la Cueva de Hira', la señora Jadiya hubiera podido perfectamente enviarle la comida por medio de los criados en lugar de ir ella misma. Sin embargo, prefirió compartir esta experiencia con su marido. Así, cada diez días iba hasta la cueva y se quedaba allí con él durante dos o tres días.  No quería que aquella separación temporal supusiera una brecha más grande entre ella y su marido. Pero observa que la señora Jadiya solía quedarse sólo dos o tres días, y no todo el periodo, porque lo que quería era compartir su experiencia, acercarse más a él, pero sin estorbarle.

 

Algunas mujeres continúan tratando a sus maridos de la misma manera que solían hacer durante los primeros días del matrimonio. No comprenden que sus maridos van evolucionando. De esta manera, el hueco se va ensanchando hasta que desaparece la comunicación entre los dos.

Éstos son los tres rasgos de la fórmula que te aconsejo seguir. Creo firmemente que si te propones imitar a tu madre Jadiya, puedes comportarte como ella: primero, dando ánimo y apoyo a tu marido; segundo,  escuchándole y tercero,  compartiendo con él sus intereses. 

Compara la postura que adoptó la señora Jadiya  en esa difícil situación con respecto a su marido, y tu reacción en un caso parecido. ¿Cuál sería tu posición con respecto a la señora Jadiya? Podrías decir: "¡Pero el marido de Jadiya era el Profeta!". Te contestaré diciendo: compórtate con tu marido como ella lo hacía con el Profeta, para que tu marido intente seguir los pasos del Profeta. Sólo pruébalo y verás que tu marido, al fin y al cabo, te necesita. Él necesita hablar contigo y necesita que le escuches.  

Observa que el Profeta amó a la señora Jadiya hasta después de su muerte y eso debido a su noble conducta.  Fíjate en qué se concentró la señora Jadiya cuando alabó las cualidades del Profeta. No insistió en el hecho de que era religioso, sino en su buena moral. Las virtudes morales son muy importantes. 

Actualmente, la gente en el mundo árabe es de dos tipos:

1-      Religiosos con una baja moral.

2-      Personas con una noble moral pero que no son religiosos.

 Ninguno de los dos es aceptable. El religioso con malos modales hará que la gente se aleje de la religión a causa de su mal comportamiento. El segundo dará a la gente una impresión errónea, es decir, les confundirá, les hará creer que la religión no es importante con tal de que los modales sean buenos. ¿Por qué no podemos ser las dos cosas: religiosos y con buenas maneras?   

Hay muchos Hadices que invitan a adoptar las virtudes morales. En uno de ellos, el Profeta dijo, "El hecho más pesado en la balanza del creyente en el Día de Juicio es su buena moral". [3] En otro dijo, "Los más perfectos en la fe, entre vosotros, son aquéllos que tienen la mejor moral". [4] En otro dijo, "La cosa más común que lleva la gente al Paraíso es la piedad y la buena moral " (Tirmidhi) y todavía en otro dijo, "El más querido y más íntimo a mí en el Día de Juicio será aquél de entre vosotros, que tiene la mejor moral". [5]   

Ahora, Mira la confianza que tenía la Señora Jadiya en Al·lâh. Dijo: "No, por Al·lâh, Al·lâh nunca te deshonrará". ¿De dónde le vino esa confianza? Se dio cuenta de que las buenas acciones nunca se pierden. Si alguna vez pasas por tiempos duros en tu vida, recuerda las palabras de tu madre Jadiya, y sabrás que Al·lâh nunca te deshonrará si haces buenas acciones. Haz todas las cosas buenas que puedas, y puedes estar seguro de que Él nunca te deshonrará. 

El profeta dijo a la señora Jadiya: "Temí por mi propia vida", le contestó "No, por Al·lâh, Al·lâh nunca te deshonrará". ¿Por qué? Porque el profeta tiene buenas cualidades. 

¿Sabes ahora quién era la señora Jadiya? 

¿Qué hizo más tarde? ¿Lo tranquilizó y ya está?  No, una narración nos dice que le tomó de la mano, y dijo: "Vamos a consultar esto con alguien". ¿Ves qué positiva era? 

¿Pero a dónde lo llevó? Le dijo: "Tengo un primo cuyo nombre es Waraqa Ibn Nawfal. Se trata de un hombre muy anciano, tiene casi noventa años, pero es un hombre sabio que ha estudiado la Torá y el Evangelio muy bien". La señora Jadiya quiso consultarle.  

Waraqa Ibn Nawfal era un hombre muy anciano que había perdido la vista a causa de su dedicación exhaustiva a la lectura de la Torá y el Evangelio. Era el único cristiano en Meca. No se interesaba por los ídolos de Quraysh. Creyó en el verdadero Cristianismo. Es posible que Al·lâh le hiciera llegar hasta esa avanzada edad sólo para decir al Profeta estas palabras. ¡Glorificado Sea Al·lâh Quien le hizo estudiar tanto, saber la verdad y decirla! ¡Glorificado Sea Al·lâh Quien hizo que el primer hombre que dio al profeta la buena nueva de la profecía fuera un cristiano!  

Permitidme que me detenga aquí un momento para ver a quien ha ido a ver la Señora Jadiya: ha ido a ver a un experto que era fidedigno. Me gustaría decir eso a los jóvenes que piden el consejo a personas que no son fidedignas; personas que pueden llevarlos al camino de la pérdida y la violencia. Me gustaría decírselo a los jóvenes que hacen las cosas sin saber si son buenas o malas. ¿Has consultado a una persona fidedigna? 

Aprende a consultar, aprende de tu madre Jadiya. 

La señora Jadiya fue con el Profeta a casa de su primo Waraqa Ibn Nawfal y le dijo: "primo, escucha a tu sobrino". El Profeta empezó a contar lo que le había sucedido, que había visto una criatura extraordinaria - no le dijo que era un ángel porque todavía no lo sabía. El Profeta estaba hablando y Waraqa escuchaba atentamente. Waraqa a veces se asombraba y a veces sonreía. Estaba escuchando lo que los Libros Sagrados explicaban sobre el último profeta  que había de llegar. Cuando el Profeta acabó de explicarle todo lo que le había sucedido, Waraqa respondió sólo con cuatro frases. La reunión duró aproximadamente 20 minutos, y no más. Era una reunión corta para que nadie dijera que el Profeta había aprendido la religión de Waraqa.

Escuchemos lo que le contestó.  Quiero que te imagines cómo se sentía el Profeta mientras lo escuchaba. Dijo lo siguiente:

1-     Tú eres el profeta del Final de los Tiempos, eres el profeta de esta nación. 

2-      Te ha visitado el mismo que guarda los secretos (el ángel Gabriel) que Al·lâh había enviado a Moisés (Musa).

3-      Tu gente te tratará de mentiroso, te herirá, te golpeará, luchará contra ti y te expulsará.

4-      Me gustaría ser joven para llegar a la época en que tu pueblo te expulsará de tu tierra.

El Profeta en ese momento le interrumpió por primera vez para decirle: "¿Mi pueblo me expulsará?" Waraqa dijo: “Sí. Cualquier hombre que ha venido antes de ti con algo similar a lo que se te ha dado, ha sido tratado con hostilidad.  Si yo veo ese día, te ayudaré íntegra y sinceramente”. 

Analicemos lo que Waraqa Ibn Nawfal dijo. Sus palabras son extraordinarias, y merecen escribirse con oro, como dice el refrán. 

La primera frase: “Eres el Profeta de la última era. Eres el Profeta de esta nación”. Quiero que imagines cómo se sentía el Profeta al oír estas palabras: "¿Yo? ¿Yo? ¿Yo soy el que Al·lâh ha escogido para ser profeta? ¿Soy el último de los profetas, y por consiguiente el mejor? ¿Yo seré el responsable de reformar la tierra?" 

¿Por qué? Seguro que el Profeta se hizo esta pregunta: "¿por qué yo?" La respuesta vendría pronto en la aleya en la que Al·lâh Dice lo que se puede traducir como: "Pero Al·lâh sabe mejor donde pone Su mensaje”, Sura de los Rebaños, aleya 124. 

Fíjate que nuestro señor Gabriel todavía no le había dicho que él sería un profeta. ¿Por qué? Porque el Profeta no habría podido asimilarlo viniendo de un ángel. En cambio, si es un humano como él quien se lo dice, le es más fácil de absorber.  Si alguna vez encuentras que alguien consigue un trabajo u otra cosa en tu lugar, no te sientas enfadado o frustrado, simplemente recuerda esta aleya. 

La segunda frase: "El que has visto es Gabriel”. "¿El que he visto y me ha sostenido tan fuerte era un ángel?” Sí, es un ángel, y se quedará contigo durante 23 años en los que estaréis comunicados.  

La tercera frase: "Tu pueblo te tratará de mentiroso, te herirá, te golpeará,  luchará contra ti y te expulsará”. Te hará daño e intentará asesinarte varias veces. ¿Sabes cuántas veces intentaron matar al Profeta? ¡9 veces! ¿Pero cómo Waraqa pudo afirmar eso con tal certeza? Él sabía que el camino de la verdad es así. El camino de la verdad se cruza con los intereses de los opresores. Ellos no permitirán que la verdad y lo bueno prevalezcan. Estás trayendo la verdad, entonces, ellos no te dejarán.  La cuarta frase: "Me gustaría ser joven para llegar a la época en que tu pueblo te expulsará de tu tierra”. El Profeta le preguntó: “¿Es que ellos me expulsarán'?, ¿por qué me expulsarían de mi tierra natal? ¿Qué habría hecho? ¿Qué mal habría hecho? Waraqa contestó: " Cualquier hombre que ha venido con algo similar a lo que se te ha entregado a ti ha sido tratado con hostilidad". Y esto sirve para los jóvenes que dicen que desean que suceda el Renacimiento de la Nación Musulmana: el camino de la reforma está lleno de sacrificio, paciencia y entrega. Esa es la regla, y eso es exactamente lo que dijo Waraqa Ibn Nawfal al Profeta. Pero ¿cómo sabía que sucedería todo eso? Porque sabía que la historia de todos los profetas había sido así. También comprendía cómo funcionaba la política. Entendió perfectamente la política de Quraysh.

Él sabía que Quraysh había colocado 360 ídolos alrededor de la Ka'aba, no por razones religiosas sino para beneficiar sus propios intereses con las diferentes tribus. Quraysh tenía intereses económicos con las tribus de Yemen y del Sham (actualmente Siria y Líbano).  Por eso trajeron sus ídolos y los colocaron alrededor de la Ka'aba, para que sus caravanas fuesen protegidas por esas tribus situadas en el camino hacia El Sham y Yemen. Si quitaran esos ídolos, Quraysh perdería su liderazgo religioso y, por ende, sus alianzas y los caminos dejarían de ser seguros. La respuesta a la llamada del Profeta por supuesto sería negar “que no hay más dios que Al·lâh” y Waraqa entendía todas esas dimensiones. Por esa razón, él dijo al Profeta lo que sucedería. El profeta dejó a Waraqa y se fue.

Ahora quiero que imagines los pensamientos que pasaban por su mente. Me dañarán, lucharán contra mí, y me expulsarán. El profeta se fue primero, y Waraqa dijó a la señora Jadiya algo extraño. Le dijo: "dile que se mantenga firme". Habló con ella y no con él porque sabía que ella era capaz de ayudarle y hacerle permanecer firme. Además, él sabía que el camino que debía recorrer necesitaba paciencia y sacrificio. Hoy, tengo un mensaje para ti similar al de Waraqa.

Observa que Waraqa Ibn Nawfal dijo eso al profeta en un momento en el que el mundo vivía en oscuridad; yo creo que hoy estamos viviendo en una situación similar a la época de Waraqa Ibn Nawfal. Vosotros habéis oído hablar de la Primera y Segunda Guerra Mundial… ¿Creéis que la gente que vivía en esos días era consciente de que estaba sucediendo una Guerra Mundial?  No, sabía que había guerras aquí y allí, pero no llamaron explícitamente a esos períodos Primera y Segunda Guerra Mundial.

¿Quién entonces las llamó así?  Fueron después los historiadores los que las llamaron así. Cuando todo había terminado, las llamaron “Guerras Mundiales”.  ¿No piensas que estamos viviendo la Tercera Guerra Mundial sin darnos cuenta? Puede que alguien venga de aquí a veinte años y califique este período así, partiendo del 11 de septiembre, pasando por la Guerra de Irak…, etc.  Estamos pasando por una época difícil.  Tenemos que trabajar duro para conseguir un Renacimiento. Estamos viviendo un tiempo anormal.  Necesitamos despertarnos; es la hora de despertar.

Debes saber que el camino de la reforma requiere sacrificio y paciencia. Éstas son las mismas palabras que Waraqa dijo. Debes saber que Al·lâh te ha elegido para realizarlo.  Quiero que te des cuenta de que estás viviendo en un tiempo similar a aquél en que vivía el profeta.

Tenemos un grave problema. Por favor, ¡siente que tú eres responsable de reformar la tierra! Aprende cómo puedes hacer el bien, aunque sea mínimo.  Eso permitirá que cuando te halles de pie ante Al·lâh puedas decirLe que has hecho lo que podías.

Debemos saber cómo hacerlo lo mejor posible.

Ese era el mismo mensaje que Waraqa aconsejó para el profeta. "¡dile que se mantenga firme!" Por favor manteneos firmes, todos vosotros, hombres, mujeres, y jóvenes. Haced todo lo que podáis por vuestra religión y vuestro país. En nuestros días necesitamos recordar las palabras de Waraqa: "¡díle que se mantenga firme", “Tu gente te hará daño y luchará contra ti!".

"¡Desearía ser joven y fuerte! ¿Has notado algo en estas palabras?  Parece como si Waraqa dijera al profeta que el Mensaje necesita a la gente joven.

“¡Desearía ser joven y fuerte!”

Observa una cosa más. Waraqa dijo: "¡Desearía ser joven y fuerte!” Sus palabras significan que esta misión necesita jóvenes que se mantengan firmes junto a Mohammad, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, y apoyen su causa. Pero lo más sorprendente es que Waraqa murió sólo unos días más tarde, como si Al·lâh le hubiera hecho vivir 90 años con el único fin de explicar a Mohammad lo qué le había ocurrido. Él cumplió el propósito para el que Al·lâh le había creado y su muerte en aquel preciso momento era necesaria para que nadie dijera que él había enseñado a Mohammad cualquier cosa de la religión.

Se encontraron sólo durante algunos minutos. Sin embargo, no debemos olvidar que Waraqa tenía intenciones sinceras de apoyar el mensaje de Mohammad, como le dijo, "si yo veo ese día, te ayudaré íntegra y sinceramente". Esta sincera intención colocó a Waraqa al nivel de los Compañeros del Profeta y de los mártires musulmanes. Una palabra sincera era todo lo que necesitó para alcanzar ese nivel. Así, si emprendes esta intención sincera ahora para ayudar a la Umma –la Nación Musulmana-, tu país, y el Islam lo máximo posible, de la misma manera que hicieron los Compañeros, alcanzarás su nivel aunque murieses mañana. Di estas palabras con tus labios mientras que Al·lâh está atestiguando la sinceridad en tu corazón. Di: "Seguiré con constancia el camino recto y viviré para él”. Pero, recuerda, si vives después, tienes que demostrar lo que has afirmado a Al·lâh.

Fíjate en otra cosa. Waraqa pasó toda su vida estudiando y buscando la Verdad, y la primera palabra revelada a Muhammad fue "¡Lee!"  Esto indica claramente que el  Saber tiene un gran valor  en el Islam.

Después de la muerte de Waraqa, Mohammad esperaba que el ángel Gabriel descendiera otra vez para confirmar lo que le había dicho Waraqa, pues no estaba todavía seguro de que él tuviera razón en su explicación de lo ocurrido.  Sin embargo, Gabriel no descendió durante algunos días…  Al·lâh quería dejar que Mohammad pensara primero y decidiera si estaba dispuesto o no a asumir esa difícil misión. Mohammad lo vio una semana más tarde sentado en un trono entre la tierra y los cielos llenando el horizonte entero, diciéndole: "Mohammad, tú eres el Mensajero de Al·lâh y yo soy Gabriel de los cielos."

¡Has observado cómo Al·lâh lo preparó gradualmente para recibir el Mensaje! ¡Glorificado Sea!

Gabriel descendió a la tierra y llevó a Mohammad fuera de La Meca para darle la primera lección. Golpeó la tierra con su ala y apareció un manantial. Después, comenzó a realizar la ablución y las oraciones mientras que Mohammad lo miraba e imitaba.  Luego, Gabriel le dijo que rezara dos Raka'as (unidades de oración) por la mañana y dos Raka'as por la tarde.

Así comenzaron las oraciones, basadas en el método de imitación, antes de que se le diera cualquier otra teoría al respeto. Después de al-Israa y al-Míraj (el Viaje Nocturno del profeta Mohammad, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, de La Meca a Jerusalén y su ascensión al séptimo cielo), Al·lâh impuso definitivamente a los musulmanes rezar cinco veces al día, pero aún en la forma de dos Raka'as cada vez. Solamente después del Hijrah (la inmigración de La Meca a Medina), el número de Raka'as se ajustó a lo que ahora conocemos (dos, cuatro, cuatro, tres, y cuatro).

¿Te das cuenta ahora de la importancia de las oraciones?  Es un pilar muy significativo en el Islam, como el profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él,  ha dicho en los siguientes Hadices:

“El Islam es el núcleo del asunto, y la oración es su pilar”.[6]

"Narró Ibn Omar, que Mohammad dijo: "El Islam se basa en cinco pilares:

1-      Atestiguar que no hay  más dios que Al·lâh y que Mohammad es el Mensajero de Al·lâh.

2-      Hacer las oraciones (las obligatorias) siempre y perfectamente.

3-      Pagar el Zakat (limosna anual obligatoria)[7]

4-      Realizar el Hayy (Peregrinaje a La Meca).

5-      Ayunar durante el mes de Ramadán.”

Digo eso para que sepáis que quien no reza tiene que saber que está golpeando el pilar de la casa que le conecta con Al·lâh.  Imagínate que alguien entra en tu casa y rompe  algunas cosas o la ventana… Todo eso se lo puedes perdonar. Sin embargo, si se dirige al muro maestro y comienza a golpearlo, ¿se lo dejarías pasar?  Por lo tanto, aunque Al·lâh Sea el Más Misericordioso, sin embargo, hay una línea que nadie debería sobrepasar, ya que desataría la cólera de Al·lâh. Sobrepasar esta línea incluye dos puntos básicos: 

1- Abandonar las oraciones prescritas.

2-  desobedecer a los padres.

Así, aunque cometas otros pecados mayores, ¡por favor, no cruces jamás esta línea! No realizar las oraciones significa simplemente que adorar a Al·lâh algunos minutos cada día es una tarea que te resulta muy pesada, sin embargo, tienes tiempo de ver la televisión, salir con los amigos, o hablar por teléfono. Si no realizas las oraciones, o si desobedeces a tus padres, y mueres antes de arrepentirte sinceramente, estarás en una posición muy difícil cuando te encuentres delante de Al·lâh. Por lo tanto, lleva a cabo la oración nada más oír el Adhan –llamada a la oración-.

El profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, dijo en un hadiz narrado por Abdul·lâh: Pregunté al profeta:"¿Qué acción es la más apreciada por Al·lâh?" Él contestó: "Realizar las oraciones en el tiempo prescrito”. Pregunté: "¿Y después?" Contestó: "Hacer el bien a tus padres". Pregunté otra vez, "¿Y después?" Contestó: "Participar en el Yihad  por la causa de Al·lâh". Abdul·lâh agregó: "Pregunté solamente estas cosas y si hubiera preguntado más, el Profeta me habría dicho más". [9]

Además, las primeras tres suras que fueron reveladas al Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, después de "Lee" nos permiten comprobar la importancia y el significado de las oraciones:

Sura del Envuelto en el Manto: Oh tú que te envuelves en el manto! ¡Permanece rezando por la noche a excepción de un poco! La mitad o algo menos, o algo más. Y recita el Corán pausadamente”. Sura 73, aleyas 1-3.

Sura del Arropado: Oh tú que te arropas! ¡Levántate y advierte! Y a tu señor engrandece. Y tu vestido, purifícalo. De lo abominable aléjate. No dés esperando recibir más. Y sé constante con tu Señor.” Sura del Arropado, aleyas 1-7.

Sura que abre el libro: "En el nombre de Al·lâh, El Más Compasivo, el Muy Misericordioso. Las alabanzas a Al·lâh, Señor de los mundos. El Más Compasivo, el Muy Misericordioso. Rey del Día de la Retribución. Sólo a Ti te adoramos, sólo en Ti buscamos ayuda. Guíanos por el camino recto, el camino de los que has favorecido, no el de los que son motivo de ira, ni el de los extraviados.” Sura que abre el Libro.

Las primeras suras que se revelaron a Mohammad indican los requisitos de la gran reforma que  Muhammad iba a hacer: 

1- Adquirir conocimiento (“Lee”).

2- Energía espiritual (El envuelto en el manto).

3- Trabajo y actividad (El arropado).

4- El camino que debe seguir, siendo constante, para  obtener la salvación en los dos mundos (La que abre el Libro).

Tras informar a Mohammad sobre estos requisitos, la revelación se detuvo durante dos meses para que Mohammad estableciera un plan para su misión puesto que ésta era su tarea y no la del ángel Gabriel.  Durante estos dos meses, el profeta estaba realmente preocupado, pensando que había hecho algo incorrecto y que Al·lâh lo había abandonado. Por eso, Al·lâh hizo descender palabras cariñosas para confortarlo en la Sura de la claridad de la mañana, en la cual Al·lâh Dice lo que se puede traducir como:

"¡Por la luz de la mañana! ¡Por la noche cuando está en calma! Que tu Señor no ha prescindido de ti ni te desdeña. La última vida será mejor para ti que la primera. Tu señor te dará y quedarás satisfecho. ¿Acaso no te halló huérfano y te amparó? ¿Y no te halló perdido y te guió? ¿Y no te halló pobre y te enriqueció? Por eso, no abuses del huérfano. Ni ahuyentes al mendigo. Y habla del favor que tu Señor te ha dado”. Surat Al Duha “La claridad de la mañana”

El profeta rezaba toda la noche hasta el punto de que sus pies se hinchaban. Aprovecho esta ocasión para pedirte que intentes leer el Corán entero al menos una vez durante las oración del Taraweeh en este Ramadán. Intenta seguir los pasos del Profeta y concentrarte en los mismos cuatro requisitos: 1) Adquirir conocimiento,  2) Llevar a cabo las oraciones, 3) Trabajar duro, 4) Seguir el camino recto. Sin estos requisitos, nunca habrá un Renacimiento en la nación. Pues éstos son los pilares esenciales a través de los cuales Mohammad pudo llevar a cabo su plan. Siguiendo sus pasos, si no tienes ningún conocimiento, ve y aprende;  planea bien y esfuérzate en trabajar.

¿Sabes cómo comenzó el Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él? Él no comenzó destruyendo los ídolos que Quraysh había puesto alrededor de la Ka'aba, ya que sabía que se retirarían pacíficamente cuando se estableciera el Islam. Él no comenzó explicando el Mensaje en lo alto de una montaña., pues nadie lo habría escuchado. Su plan era elegir de entre cada familia de Quraysh los que tenían éxito en su vida práctica (gente comprometida en su sociedad pero sin ser necesariamente rica o descendiente de grandes familias) y conocido por su excelente moral. Aquí, quiero que cada uno se haga a sí mismo esta pregunta: ¿si hubieras estado allí en aquella época, te habría elegido el Profeta?  Si fallas en tus estudios, si obtienes malas notas, no te habría escogido. En pocas palabras, su plan era constituir un grupo de gente distinguida que se comprometiesen a apoyar y hacer llegar el Mensaje.

 Uno de ellos fue Abu-Bakr: 38 años, comerciante famoso, apreciado por Quraysh y  experto y gran conocedor de la genealogía de los árabes que habitaban la península arábiga.

Otra persona era Jadiya, no simplemente porque fuera su esposa, sino porque era distinguida.

 La tercera persona era Ali Ibn Abi Taleb, que Al·lâh esté complacido de él. Tenía 10 años, era un muchacho reflexivo y vivía en la casa de Mohammad en aquella época. Cuando vio rezar al Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, le preguntó acerca de esa religión. Después,  pidió tiempo para reflexionar sobre el asunto. Al día siguiente, cuando el profeta le preguntó si adoptaría la nueva religión o no, Ali contestó: "repíteme lo que me dijiste ayer". Reflexionó unos segundos y abrazó el Islam y pronunció la declaración de fe (As-Shahada).  ¡Observa la diferencia entre este muchacho distinguido de 10 años y muchos hombres jóvenes de 20 años hoy en día, que todavía no saben qué meta tienen en vida! Dos días más tarde, Abu-Taleb vio a Ali rezando y le preguntó acerca de ello. Ali contestó, "He seguido a Mohammad y me he comprometido con el camino verdadero. Éste es el camino verdadero." Abu-Taleb dijo, "Sigue así, pues  Mohammad sólo te mandará hacer lo correcto".

Ten esto muy en cuenta: El Islam comenzó con Mohammad, un hombre, una mujer, y un muchacho. Cuatro personas son el núcleo de todo este éxito. Mañana, hablaremos de todo el sufrimiento y las dificultades que tuvieron que soportar de Quraysh.

Ahora, quiero repetir las dos preguntas que he formulado anteriormente y te pido que grabes tus respuestas sinceras en mi web sitio:

1) ¿Puedes comprometerte como hizo Waraqa a apoyar al Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, si Al·lâh te permite vivir?

2) Si hubieras estado allí, cuando Mohammad constituyó el grupo, ¿te habría elegido?  ¿Serías lo suficientemente distinguido como para que te escogieran en esos primeros tres años de la llamada profética? En otras palabras, ¿tienes éxito en tu vida y posees una excelente moral?  Esta pregunta no va dirigida sólo a los jóvenes, sino también a los de mediana edad y a los ancianos.

Fin

 


[1] Leer el significado traducido del Corán no puede reemplazar su lectura árabe, el idioma en que fue revelado. 

[2] Sahih Bujari, Libro 1: Volumen 1, Libro 1, Número 3.  

[3] Reportado por Al-Bujari en Al-Adab Al-Mufrad. También por Al-Tirmidhi, Ibn Hibban y Al-Baihaqi en la narración de Abi Al-Darda ', Sahih Al-jami ' Al-Saghir, No.135.  

[4] Reportado por AI-Tirmidhi en la narración de Abu Huraira y dijo: es un Hadiz auténtico y bueno. 

[5] Reportado por Tirmidhi, 4/249, en Abwab al-birr, 70. Dijo que es un Hadiz bueno. 

[6] Hadiz auténtico, Ibn-Al-Qayem. Al-Salah y Hukm Tarikha (La oración y cómo se juzga el que la abandona), página o numéro 34.   

[7] Proporción de la riqueza (2.5%) que cada musulmán paga anualmente en beneficio del necesitado en la comunidad musulmana. 

[8] Hadiz auténtico, Sahih Al-Bujari. Volumen 1, Libro 2, Número 7. 

[9] Hadiz auténtico, Sahih Al-Bujari, volumen 1, libro 10, número 505.

 Fuente: www.amrkhaled.net

 

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