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				Principios Básicos para la Comprensión del Corán 
				  
  
  
  
Por Abu Al-A'la 
Al-Maududi 
  
 INTRODUCCIÓN 
 
Al escribir esta 
introducción al ‘‘Estudio del Corán’’, me animan dos objetivos.   
Primeramente, 
quiero dar a conocer al lector aquellos elementos que le ayudarán a penetrarse 
en el significado del Corán. Puesto que si no llega a aprender su significado, 
probablemente se convertirá en un obstáculo para profundizar en su significado y 
en su espíritu.   
En segundo 
lugar, quiero responder de antemano a algunas de las cuestiones que surgen a 
menudo durante el estudio del Corán. Me he limitado a cuestiones que afloraron a 
mí propiamente, cuando comencé mi estudio critico del Corán, y a las que fueron 
surgiendo en el curso del mismo.   
El Corán ¡un libro único! 
 
Guía Divina 
 
El tema central 
 
Los antecedentes de la Revelación 
 
Las Suras Mecanas  
Las  Suras Medinenses 
 
El estilo del Corán  
Orden del texto del Corán 
 
La Recopilación  
La lengua del Corán 
Las diferentes maneras de 
recitar el Corán:  
Universalidad del Mensaje 
del Islam  
Código completo de vida  
 
La interpretación del Corán 
 
Sugestiones para el estudio del Corán 
Nota del Traductor  
Introducción 
 
Fonética de Al-Fatihah  
 
  
 
  
  
												
												
												
												EL CORÁN: ¡UN LIBRO ÚNICO! 
												 
  
Antes de empezar el estudio 
del Corán, debemos tener presente que es un libro único (Sin Igual), 
completamente diferente de todos los libros convencionales -información, ideas y 
argumentos sobre temas específicos con arreglo literario. Por ello, un lego en 
la materia se desconcierta al no hallar anunciados los temas, capítulos y 
selecciones conforme a un orden convencional, o tratados separadamente. Por el 
contrario, los diferentes aspectos de la vida son tratados de una manera 
completamente diferente. El Corán trata de creencias, instrucciones morales, 
estatutos y leyes, advierte a los incrédulos, exhorta a los seres humanos a 
abrazar la Fe Islámica.   
Expone enseñanzas de 
eventos históricos, amonesta, anuncia las buenas nuevas, y todo ello mezclado de 
una hermosa manera. El mismo tema se repite de modos diferentes y un asunto 
sigue a otro sin ninguna conexión aparente, A veces un terna nuevo aparece en 
medio de otro sin razón obvia. El orador y el interlocutor y la dirección a que 
se dirigen, cambian inopinadamente. Los sucesos históricos no son presentados 
como en los textos históricos a la manera del humano historiador. El tratamiento 
de los problemas de la Filosofía y la Metafísica difiere de los textos 
consagrados, por el hombre, a estas materias. El ser humano y el universo son 
considerados en un lenguaje diferente del empleado en las ciencias naturales. 
Igualmente es original en su método para resolverlos problemas culturales, 
políticos, sociales y económicos.   
Los principios Y mandatos 
de la ley son tratados de modo totalmente diferente al de los sociólogos, 
legisladores y juristas. La moral es anunciada y predicada de una manera que no 
tiene paralelo en toda la literatura acerca del tema.   
Por ello, el lector 
desprevenido considera el texto coránico con ideas preconcebidas, y al no 
hallarlo convencional, desconcertase y lo juzga incoherente, sin orden en sus 
versículos o continuidad en el tema. Como resultado de esa falta de iniciación 
en el texto del Corán, sus detractores se atreven a elaborar falaces y 
disparatadas objeciones. Ello a veces, llega a perturbar a alguno de sus 
modernos seguidores que, para liberarse de dudas, se amparan en extrañas 
consideraciones. Eluden la elucidación de la cuestión elaborando sorprendentes 
elucubraciones, para tranquilizarse. A veces intentan crear conexiones 
artificiales entre los versículos y llegan a aceptar incluso la concepción 
-forjada por los detractores- de que no hay coherencia ni orden en los temas y, 
por ende, los versículos aislados de su contexto dan lugar a confusión en la 
apreciación de su significado.   
Esto sucede cuando el 
lector inadvertido no toma en consideración el carácter Único y Sin Igual de la 
Revelación de Dios contenida en las Suras y versículos coránicos.   
Para penetrarse en la 
Revelación Coránica, toda idea preconcebida al respecto del estilo, método y 
orden, así como la concepción de lo que debe ser un libró de "religión", deben 
ser desechadas. Sin prejuicios podrá penetrarse en su esencia y aprovechará 
enriqueciendo su alma con un tesoro único e incalculable.   
El lector iniciado en el 
conocimiento del Corán estará a salvo de cualquier apreciación falsa. Pues 
estará advertido de su carácter absolutamente único y original. Sabedor de su 
carácter de guía Sin Igual sin parangón por tanto, como todos los libros, 
prescindirá de las engañosas e insidiosas ideas preconcebidas. Sólo así podrá 
alcanzar él pleno y cabal conocimiento del Corán y penetrarse en el Mensaje 
Luminoso del Islam.   
Preciosos auxiliares para 
desentrañar la Verdad Coránica serán el conocimiento de su auténtica naturaleza, 
su idea central, su meta y tema. Así mismo el estilo, términos y métodos, 
ambiente y circunstancias (o contexto histórico) deben ser tenidos bien 
presentes para penetrarse en sus evidencias.   
  
GUÍA DIVINA   
  
Penetrado en la real 
naturaleza del Corán, independientemente de su creencia, el lector tendrá que 
considerar como punto de partida, la afirmación de que el Corán y su mensajero 
Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) representan la Guía 
Divina.   
El Señor del Universo, su 
Creador, Señor Soberano, creó al hombre y le concedió la facultad del 
conocimiento, de hablar, entender y discernir lo recto de lo errado y lo bueno 
de lo malo. Dotó al hombre de libre albedrío, responsabilidad, libertad de 
acción y le dio autoridad para disponer y utilizar las cosas que lo rodean. o 
sea, le acordó una especie de autonomía, estableciéndolo en la tierra como su 
vicario e instruyéndolo a tal fin para que viva de acuerdo con su Guía.  
 
Al designar al hombre como 
su vicario en la Tierra, Dios le advirtió muy claro y precisamente en cuanto a 
su misión y posición en la vida terrenal y a su relación con El, como si le 
hubiere dicho: -" Yo soy tu Amo, y Soberano y el del Universo. Por tanto sólo a 
Mi debes adoración. Has sido enviado a la Tierra con ciertos poderes y por un 
período determinado de tiempo, y para ser probado. Después regresarás a Mi. 
Entonces juzgaré tus obras. El recto camino es aceptarme y adorarme a Mi y 
comportarte conforme a la Guía que yo concederé.   
Debes vivir en la Tierra 
con la firme convicción que es tan solo el escenario para tu prueba. Tu objetivo 
real en tu vida, mundanal consiste en salir victorioso después de tu muerte y 
resurrección en el Juicio Final, por tanto, cualquier otro camino diferente u 
opuesto a la Guía Divina será errónea. Si adoptas el primer camino (y tienes 
entera libertad para hacerlo) conseguirás paz y tranquilidad en este inundo y 
ganarás la Morada de la dicha y alegría eterna en el Otro Mundo, a donde tendrás 
que regresar, y si sigues cualquier otra dirección y eres completamente libre de 
hacerlo, si lo escoges, incurrirás en Mi desagrado en este mundo y en el 
sufrimiento y aflicción eternas en el Más Allá, en donde serás arrojado al 
abismo del infierno".   
Después de esta 
advertencia, el Señor del Universo envió a Adán y Eva-la paz de Dios sea con 
ellos- a la Tierra y les acordó una Guía de acuerdo con la cual ellos y sus 
descendientes debían vivir en la vida. Esa Guía era el Islam (sumisión a la Ley 
de Dios).   
Mas, la Guía fue 
desvirtuada. La negligencia y la iniquidad asoció al Creador copartícipes y 
atribuyeron a la Divinidad otros atributos. Se hundieron en sectarismos y 
superticiones teorías y falaces filosofías adulterando la Verdad del Creador. La 
corrupción minó sus almas y los cimientos de la sociedad. Descartados, los 
principio de lo Alto, la concupiscencia minó la Tierra sembrando el Caos y la 
iniquidad.   
El manifiesto extravío de 
los humanos es el resultado de su rebeldía ya que Dios los creó dotados. de 
discernimiento y voluntad. En materia de religión, no hay imposición (Dios 
exhorta e insta al hombre a la aceptación voluntaria de la Ley). Su rechazo 
proviene de su libre albedrío. Así como su sumisión. Habiendo creado al hombre 
dotado de discernimiento y libre voluntad. El Creador, en las épocas sucesivas, 
envió a sus Mensajeros para alertar e instar al ser humano a la práctica del 
Bien. Sus sucesivos Enviados creyeron y predicaron en diferentes épocas y 
regiones; miles de ellos Fueron Sus Mensajeros durante milenios. Todos 
predicaron y practicaron una sola Fe basada en la unicidad de Dios, y en la 
aceptación de la Revelación que evidencia y discrimina lo recto de lo errado-, 
el bien del mal: -Los principios fundamentales y eternos. establecidos por el 
Creador del Universo.   
La prédica de los 
mensajeros tenía como misión al hombre para organizarse en el marco de una 
comunidad justa sometida a los mandatos del Creador, condición sine qua non para 
su felicidad en este mundo y su salvación eterna, ya que el hombre fue creado 
perfectible y sólo puede alcanzar la salvación organizando una sociedad que le 
permite hacer vigente la Ley de Dios, y evitando su tergiversación y 
trasgresión. En las épocas más distantes y diversas, los sucesivos Enviados 
trasmitieron la Guía. Mas, lamentablemente, gradualmente todos los valores 
fueron falseados, desacatados o combatidos.   
Como sello de la 
Revelación, el Señor envió al último de sus mensajeros: -el Profeta Muhammad (la 
paz y la bendición de Dios sean con él).   
Muhammad extendió su 
prédica a todos los seres humanos. Instó, exhortó, predicó, organizó y ordenó la 
comunidad de los creyentes que aceptaron su mensaje.   
Esa comunidad se organizó y 
se ordenó estableciendo un sistema u orden de vida conforme a la Guía del 
Señor.   
El Corán, revelado al 
Profeta Muhammad (la paz y bendición sean con él) es el libro que atesora esa 
Exhortación y Guía del Creador del Universo.   
  
EL TEMA CENTRAL   
  
El tema, meta y objetivo 
del Corán es la Revelación Divina para permitir la perfección del ser humano, su 
salvación y su bienaventuranza eterna en la otra vida (después de su muerte y 
resurrección).   
El Tema Central es la 
exhortación al camino Recto. Reitera que su mensaje y Guía es similar al que 
Dios acordó al hombre desde Adán y a sus sucesivos enviados. Delimita de manera 
indudable el camino del Bien y el sendero del Mal. y ejemplariza amonestando al 
hombre para su felicidad y salvación.   
Reiteramos que para el 
estudioso advertido, la meta y objetivo del Corán, es sin duda alguna la 
salvación del ser humano. Inspirada por Dios, así se manifiesta la trabazón 
entre sus diversos asuntos y materias, así como su estilo y el desarrollo del 
tema central y su meta.   
El Corán es Guía para la 
humanidad. Expone la realidad para que el hombre se perfeccione y se salve, 
eliminando los malentendidos y las concepciones erradas. Por ello, al considerar 
la Creación de la tierra, de los cielos, o del hombre, o al mencionar un hecho 
histórico; al criticar credos, reglas morales, acciones y comunidades, lo hace 
teniendo presente el punto que es valioso para alcanzar su Meta y objetivo, 
dejando de lado los detalles irrevelantes o innecesarios.   
El Corán contemplado a la 
luz de tales consideraciones aparece con claridad meridiana como un texto que en 
su totalidad es un argumento rigurosamente razonado cuya continuidad, en su 
contenido, es manifiesta a lo largo de todos sus capítulos y versículos.  
 
  
LOS ANTECEDENTES DE LA REVELACIÓN 
 
  
Es preciso para comprender 
plenamente muchos de los asuntos contemplados en el Corán, tener presente el 
contexto en que fueron revelados: -los acontecimientos, situación social, 
histórica etc. Pues el Corán no es una obra literaria que se desarrolla conforme 
a la "lógica", de los humanos. Tampoco, fue revelado íntegramente de una vez 
para que, como código de vida, le fuese entregado, al Profeta al comienzo de su 
misión.   
La sabiduría Divina reveló 
el Corán paulatinamente según su infinita previsión y sabiduría -en diferentes 
estadios y circunstancias- a lo largo de 23 años.   
  
LAS SURAS MECANAS 
(1)   
  
Cuando el Profeta recibió 
la orden del Altísimo para comenzar su sagrada misión fue aleccionado por la 
Divina Providencia para su trascendental tarea en las primeras suras, la 
Revelación impartía el básico conocimiento de la realidad, daba respuestas a los 
malentendidos que conducen al hombre por el camino del error, y le instaba a 
aceptar las normas de la Moral Islámica, que son garantía de felicidad en esta 
vida y en la Eternidad.   
En un estilo conmovedor 
fueron revelados los primeros mensajes en forma de concisas sentencias para 
adecuarse a la mentalidad de la gente que inicialmente recibieron el mensaje de 
la Revelación. El lenguaje fluido y efectivo, hechizaba al oyente con su belleza 
excelsa e inigualable hasta tal punto que repetían los versículos por su belleza 
y elegancia.   
Las verdades universales 
eran enunciadas con un tinte local y eran explícitamente (*) los capítulos que 
fueron revelados al Profeta Muhammad en la Meca, da con argumentos, ejemplos e 
ilustraciones que se relacionaban con el entorno de los primeros receptores del 
mensaje de Dios. A fin de impresionar efectivamente a los destinatarios, estos 
primeros mensajes se restringían a las creencias, moralidad y a sus errores. 
 
Durante aproximadamente 
cuatro años, el mensaje fue cautivadhondo las almas de los primeros conversos. 
Ellos se transformaron, interiormente, a su influjo y luego se organizaron en un 
núcleo que constituyó la futura comunidad Musulmana. No obstante, una fuerte 
corriente de oposición fue creciendo entre los miembros de los BaniQuraich (Coraichitas) 
que temían por sus egoístas intereses y a sus viejas tradiciones; el Corán 
siguió ganando adeptos fuera de los límites de Meca y entre miembros de otras 
tribus.   
Se vieron obligados a 
emigrar a Medina. Y ahora, en vez de persecución y obstáculos, la comunidad de 
fieles experimentó una creciente expansión. Raras eran las familias y tribus que 
no contaban con algún miembro converso al Islam. Esto exacerbaba el encono de 
los enemigos del Islam. Esto los llevó a perseguir a los musulmanes y la lucha 
volvió encarnizada cuando se sintieron incapaces de contener la expansión de la 
Fe que ya había ganado los corazones de sus propios hijos, hermanos y 
sobrinos... Sobre todo que, al convertirse, se transformaron en los auxiliares 
más fueres y leales dispuestos a defender la comunidad de fieles y a dar la vida 
por la Fe Islámica.   
Paulatinamente, los 
miembros más notables de las grandes familias fueron convirtiéndose. Al engrosar 
las filas del Islam se transformaron en seres dotados de las más elevadas 
virtudes: -Y esta superioridad moral de los musulmanes enfurecía más a los 
adversarios del Islam.   
Fue en el curso de su larga 
lucha para salvaguardar la comunidad musulmana naciente que el Profeta siguió 
recibiendo los mensajes de Dios, según las vicisitudes y necesidades de la 
ocasión, mensajes que influenciaban, inspiraban y transformaban a los creyentes, 
instruyéndolos acerca de sus derechos y deberes esenciales.   
El contenido de la 
Revelación infundía en sus almas piedad, devoción, lealtad. E indicaba les el 
camino de la perfección, elevada Moral y pureza de carácter, preparándolos para 
ser verdaderos prosélitos del Islam.   
Por otra parte, estos 
mensajes consolaban, confortaban y animaban a los musulmanes con la promesa de 
éxito y la bendición eterna en el otro Mundo. El espíritu de sacrificio por esta 
noble causa amargaba sus almas, lo que los fortalecía para soportar las 
aflicciones, luchas y sacrificios inherentes a las defensas de la naciente 
comunidad, y los ataques, encarnizadas persecuciones con que sus enemigos los 
hostigaban.   
La Revelación advertía a 
los musulmanes y a los idólatras que los combatían, citando el ejemplo de la 
historia de otras comunidades vecinas, las ruinas de las moradas de os que 
fueron poderosos pero inocuos -que estaban diseminadas a lo largo de las rutas 
de las caravanas. también- los fenómenos de la naturaleza eran citados para 
instarlos a meditar en la Unicidad de Dios y en la Obra del Creador.  
 
Los idólatras e incrédulos 
eran estigmatizados por sus herejías, blasfemias, tradiciones y creencias 
erradas. Los argumentos eran tan evidentes que toda duda u objeciones eran 
disipadas de manera incontestable.   
Los mensajes de la 
Revelación fueron evidentes y concluyentes al estigmatizar el error y el pecado 
de los incrédulos, que con pertinacia se complacían en el extravío y la barbarie 
que los creyentes execraban. Las primeras revelaciones contenidas en los 
mensajes de Meca configuraron los fundamentos de la cultura y moralidad que son 
el cimiento de la comunidad: cultura de una civilización que nació, se expandió 
y floreció a su influjo.   
Los enemigos de la fe 
Islámica naciente, pertinaces, no cejaban en su combate. Mas, la Revelación, 
ganaba día a día adeptos y los versículos comenzaron a contemplar otros 
problemas; lo que explica la diferencia del estilo con respecto a los primeros. 
Es pues, en ese contexto que las suras fueron reveladas al Profeta (la paz y la 
bendición de Dios sean con él) durante los trece años de su prédica en La Meca. 
 
  
SURAS MEDINENSES (2)
 
  
Así pues, después de haber 
enfrentado, durante trece años, la encarnizada oposición de los enemigos del 
Islam, sobrevino la emigración del Profeta y de la mayoría de los musulmanes a 
Medina. esto marca otra etapa (el tercer estadio de la prédica del Profeta). 
 
La comunidad musulmana 
triunfante se organizaba en un Estado ordenado. Sobrevino, entonces, un 
encuentro armado que los enfrentó a su acérrimos enemigos -en cuyas filas 
también se contaban judíos y cristianos, sin contar los musulmanes "hipócritas" 
los pseudomusulmanes- que se habían infiltrado en su rebaño.   
Al cabo de diez años de 
esfuerzo, finalmente, el Profeta pudo consolidar la comunidad de los creyentes y 
extender su mensaje al resto del mundo.   
Paulatinamente se operaron 
cambios y cada uno traía aparejados sus problemas. Así Dios, en su Infinita 
Sabiduría, revelaba al Profeta (la paz y la bendición sean con él) suras y 
versículos pertinentes al momento, situaciones y problemas. Por ello, algunos 
adquirían el tono de un amonestador y otros la forma de normas o decretos de un 
legislador. Otros adoptaron el tono de un maestro o de un reformador y enseñaban 
los principios y métodos pertinentes a la organización de la comunidad para 
construir un Estado llamado a ser cimiento de cultura y civilización. También 
los versículos guiaban para solucionar los problemas de la vida o impartían 
instrucciones para tratar a los hipócritas e incrédulos infiltrados. Además, 
eran guiados convenientemente para saber comportarse con los monoteístas (a las 
"gentes del libro"), con los poderes beligerantes y con sus propio aliados. 
 
Otros versículos los 
capacitaba para ser justos y dignos vicarios del Creador del Universo. A tal fin 
instaban al creyente a observar los principios de la Moral Islámica para un 
recto actuar -en la paz y en la guerra, en la adversidad y en la prosperidad, en 
la victoria y en la derrota.   
En otras palabras, estas 
aleyas preparaban al creyente para elevarse y perfeccionarse y así ser dignos 
adeptos y prosélitos de las más elevadas virtudes, para proseguir la propagación 
del Islam como sucesores del Profeta (la paz y bendiciones de Dios sean con 
él).   
Para concluir, no debemos 
dejar de citar las aleyas que exhortaban a los monoteístas a convertirse al 
Islam, así como a los incrédulos y a los que se habían desviado del sendero de 
Dios (hipócritas y apostatas, etc.). o los amonestaba, reprendía o estigmatizaba 
por su falta de piedad y dureza de corazón, advirtiéndolos de la suerte que les 
estaba reservando, reprendiéndolos por el olvido de las lecciones de la historia 
y acontecimientos del pasado, a fin de que no tengan la menor duda en cuanto a 
la adopción de los modos errados de vida.  
  
EL ESTILO DEL CORÁN   
  
Hemos dejado bien explícito 
en qué circunstancias el sagrado Corán fue revelado al Profeta (la paz y la 
bendición de Dios sean con él). Es, por ende, obvio que no puede tener 
uniformidad de estilo que caracteriza a otros libros de religión. También 
debemos tener presente que las aleyas de] Corán (tanto extensas como las breves) 
fueron reveladas al Mensajero de Dios para que predicase:- o sea, para que 
exhortase e instase de viva voz. Por lo tanto, no podían tener el estilo de un 
texto escrito. Este texto coránico es de una naturaleza muy peculiar, por 
consiguiente, su estilo había de ser sin igual. Dios confió al Profeta una 
misión sagrada y, para ello, tenía que apelar tanto a los sentimientos como al 
intelecto de las gentes; tenía que dirigirse a las más diferentes mentalidades y 
enfrentarse a situaciones inimaginables durante el transcurso de su misión. 
 
Por ello, es evidente que, 
en tales condiciones, su prédica debía ser transmitida esencialmente de viva voz 
para apelar a los sentimientos y emociones y, así, poder transformar a los 
humanos para que fuese posible la transformación y organización de la comunidad 
islámica al influjo de los principios del Islam, cuyo mensaje está contenido en 
el Corán.   
En su tarea de reformador, 
el profeta preparó, renovó, educó y purificó el alma de sus seguidores al 
transmitirles de viva voz, la palabra del Creador, a él revelada, en suras y 
versículos. A tal fin, también debía inculcarles el sentido del coraje y del 
honor, rebatiendo los argumentos de los opositores evidenciando los vicios y 
flaquezas mortales, etc. Resulta, harto evidente, la pertinencia de las 
repeticiones insistentes de ciertos versículos que son resaltados con especial 
persistencia, aunque a veces de formas diferentes para evitar la monotonía, en 
un lenguaje hermoso y apropiado para el sublime objetivo:- la transformación, 
mejora y perfección del hombre para transformar, promover y perfeccionar la 
comunidad humana.   
Por otra parte, todas las 
suras coránicas contienen referencias a la esencia del Islam: - La Unidad de 
Dios, sus atributos, el Juicio Final, la Eternidad de la otra vida, el castigo y 
la recompensa, la profecía, la creencia en el libro, etc... Todos ellos 
aleccionan instando a la piedad, fortaleza y paciencia; la sumisión, fe y 
confianza en Dios, y otras virtudes esenciales para la perfección y salvación 
del hombre. Sin estas cualidades y virtudes presentes en las diferentes etapas, 
la comunidad musulmana no hubiera podido prosperar en su verdadero espíritu. 
 
  
ORDEN DEL TEXTO DEL CORÁN 
 
  
Una pequeña reflexión -a la 
luz de la diferencia que existe entre las Suras Mecanas (*) y 
las Suras Medinensas (**) -responderá a la cuestión del por 
qué los capítulos (Suras) del Corán no fueron colocados en el orden en que 
fueron revelados. Esta cuestión es importante, pues ha sido empleada por los 
enemigos del Islam para urdir mal entendimientos acerca del Corán y formular 
ridículas conjeturas acerca del orden actual de las Suras. Estos pretenden que 
los adeptos del Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) reunieron 
y publicaron el Corán sin un orden preestablecido, como por ejemplo, en razón 
del tiempo o cualquier otro factor, simplemente tratando de colocar los 
capítulos más largos en el comienzo.   
Estas conjeturas se 
explican por qué desconocen la sabiduría del Corán. No obstante, ser el libro 
perenne, válido para todos los tiempos, tenía que ser revelado gradualmente, en 
el curso de veintitrés años, de acuerdo con las necesidades y requisitos de las 
diferentes etapas de la prédica del profeta. Es obvio que la secuencia de las 
revelaciones durante la prédica, en su inicio no podía se la adecuada al 
completarse la Revelación. En un principio el Corán se dirige a las gentes que 
ignoran todo de la esencia profunda de la Fe Islámica; y por tanto, tenía que 
inculcarles, naturalmente, los principios más elementales. -Tenía que darles a 
conocer sus derechos y deberes para la regulación de sus vidas, por ello el 
orden era diferente. Su preparación para la programación del Mensaje a toda la 
humanidad; la imprescindibilidad de advertirles de los peligros que aparecieron 
entre los seguidores de los primeros Profetas.   
Primeros Profetas -para 
ponerles en guardia- imponían ese orden. Por ello, las Suras: -"ALBAQARA" (la 
Vaca) las Medinensas y no "AL ALAQ" y las Mecanas tenían que encontrarse al 
principio del Corán.   
Además para la finalidad 
del Corán no es pertinente la agrupación por asuntos. A fin de evitar la 
parcialidad en cualquier etapa de su estudio, es esencial que las Suras estén, 
como lo están, intercaladas entre las Suras Reveladas en Medina, y que las Suras 
Reveladas en Medina (medinesas) sigan a las de Meca, y que las Suras reveladas 
en el inicio de la prédica se ordenaron entre las que fueron reveladas en época 
posterior.   
Todo lo expuesto fue así 
dispuesto para que la misión del Islam completo permaneciera siempre ante el 
lector. De ahí la sabiduría del orden actual.   
Cabe resaltar que el orden 
del Corán fue establecido por el mismo Profeta (la paz y las bendiciones de Dios 
sean con él) inspirado por Dios. Cuando una Sura le era revelada, el Profeta la 
dictaba textualmente a uno de sus amanuenses, ordenando en qué lugar de la Sura 
en que debían ser colocadas. Igualmente en el caso de un pasaje o versículo que 
no constituía una Sura independiente, el Profeta daba instrucciones para 
insertarlo en su debido lugar en la Sura de que había de formar parte. 
 
Además el Profeta solía 
siempre recitar el Corán durante la oración (3) y en otras 
ocasiones siempre en el mismo orden y daba instrucciones a sus compañeros para 
que los recitaran en este mismo orden.   
Así pues, es un hecho 
irrefutable que el orden actual del Corán fue establecido por el Profeta, al 
completarse la revelación, bajo la inspiración de Dios Creador del Universo. 
 
  
LA RECOPILACIÓN   
  
Dios -al revelar el Corán- 
decretó las providencias para la preservación del mensaje -de cualquier 
tergiversación- para su perennidad.   
A medida que versículos y 
suras eran revelados al Profeta, eran escritos por los amanuenses en hojas de 
palmeras datileras, cortezas de árboles, huesos, etc., preciosamente guardados. 
Además, innumerables adeptos copiaban esos textos textualmente para su devoción 
y muchos creyentes los aprendían de memoria para recitarlos en sus oraciones. Si 
bien es cierto que muchos compañeros del Profeta sabían de memoria el Corán, su 
recopilación fue llevada a cabo después de la muerte del Profeta. En 
enfrentamientos armados que se produjeron como consecuencia de una furiosa ola 
de apostasías, muchos de los compañeros del Profeta, que habían memorizado el 
Corán, cayeron. Fue así como Omar-sucesor del Profeta-consideró que era 
indispensable para preservar el Corán, consignarlo por escrito en forma de libro 
para preservarlo intacto.   
A tal fin, comunicó su 
opinión a Abou Baker, quien a su vez, convino en la necesidad de hacerlo. A tal 
fin fue Zaid Ibrn Zabit incumbido de la trascendental tarea de copiar la 
Revelación contenida en el Corán. Su idoneidad y competencia ya habían sido 
consagradas por el Profeta ya que frecuentemente actuó como amanuense del 
Profeta, y esa uno de los compañeros del profeta que sabían el Corán de memoria, 
y había presenciado la recitación del Corán por Muhammad ante el Ángel Gabriel 
(la paz y las bendiciones de Dios sean con él).   
La recopilación del texto 
del Sagrado Corán se realizó con la cooperación de los compañeros que habían 
memorizado el Corán entero o fragmentariamente. Esta histórica y Sagrada tarea 
fue celosamente realizada tomando todas las medidas apropiadas para no 
tergiversar la Revelación: -comprobando todas sus partes, palabra por palabra, 
comparándolas y verificando todo el texto para certificarse de su autenticidad, 
ya que toda la Revelación ya había sido escrita bajo el dictado del Profeta y su 
control, por escribientes musulmanes.   
El texto del Sagrado Corán 
compilado en su totalidad fue guardado en la casa de Hafsah, la hija de Omar y 
una de las esposas del Profeta, y se proclamó que todo musulmán podía obtener 
copia fidedigna del Corán o compararlo si el interesado tuviese ya una copia 
manuscrita del texto de su propiedad. En la compilación del Corán se siguió el 
mismo orden que el Profeta había establecido. El orden de los capítulos (Suras) 
es tan fidedigno como el texto que Zaid escribió. No tiene fundamento suponer 
que el orden actual de las Suras es posterior a la muerte del Profeta, y no 
conforme al seguido por Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él). 
Ya nos referimos al hecho de que el Profeta recitaba el Corán completo todos los 
meses de Ramadán ante el Ángel Gabriel; mas, durante el último Ramadán de su 
vida, el Profeta lo recito dos veces íntegramente ante el Ángel Gabriel y Zaid 
asistió a la segunda lectura. Por ello, es evidente que Zaid siguió ese orden 
del Profeta.  
El Imam Malek dice al 
respecto: "El Corán fue recopilado conforme al orden en que los compañeros del 
Profeta lo oían recitarlo". Por otra parte, en distintos párrafos, el Corán es 
calificado de libro en la Revelación. Ejemplo de ello es la Sura "Muzzamil" (una 
de las primeras revelaciones de la Meca), en donde Dios ordena al Profeta: 
"Recita el Corán el Orden" (73-4). esto evidencia que desde el comienzo de la 
revelación, Dios había establecido que estaba destinado a ser un libro con un 
orden preestablecido por el Creador del Universo.   
  
LA LENGUA DEL CORÁN  
 
  
El árabe era la lengua 
común a toda la península Arábiga. Y, como es obvio en las diferentes regiones y 
tribus, se configuraban dialectos.   
El Profeta Muhammad, por lo 
tanto, recibió la revelación en la lengua árabe que hablaban los Bani Quraish de 
la Meca. Los neófitos, al principio, para facilitar la comprensión y propagación 
de la Fe Islámica recitaban el Corán con sus dialectos respectivos. Pero, con la 
propagación del Islam, más allá de las regiones de lengua árabe, la lengua árabe 
fue ganando terreno, y para evitar equívocos y tergiversaciones, el Califa Ozmán, 
en previa consulta con los compañeros del Profeta, decidió que las copias 
auténticas del Corán recopiladas por Abou Baker deberían ser las únicas válidas 
-por ser el texto fiel de la revelación- en la totalidad del Mundo Musulmán. 
 
  
Las diferentes maneras de 
recitar el Corán:   
  
Consideramos, a 
continuación las diferentes maneras de recitar el Corán.   
1) La escritura árabe 
utilizada por los amanuenses del Profeta no tenía ni puntos ni vocales. El mismo 
tipo de escritura fue empleado en la compilación escrita por Zaid, bajo el 
califato de Abou Baker y en los ejemplares distribuidos por el Califa Ozmán. 
 
2) Aunque el Corán 
fidedignamente recopilada, copiado y salvaguardado, debido al analfabetismo 
reinante -en los inicios de la predica- su propagación se realizaba por vía 
oral. Los árabes cultos no tenían dificultades para leerlo. Pero había miles de 
creyentes que habían aprendido el Corán de memoria oyendo al Profeta y a sus 
compañeros recitarlos. Y así siguieron recitándolo y así lo transmitían a otros 
musulmanes.   
3) Ozmán, no sólo envió un 
ejemplar del Corán auténtico a cada región del Mundo Islámico; sino que, para 
preservar su lectura correcta, envió un lector "Qari" (4) a 
cada región, para difundir la correcta recitación enseñada por el Profeta 
mismo.   
4) Con el tiempo se 
consiguió la necesidad del uso de vocales y una puntuación pertinente para la 
preservación de una correcta lectura del Corán.   
Así pues, fue a instancia 
de Zaid (45 a 53 D. Hj.) que se Fijaron los vocales y la puntuación. Después, 
durante el califato de Abdel Malek (65 a 85 D. Hj.), Hadjadj-BinYusuf, algunos 
fueron encargados de asignar nuevos signos para la puntuación. Y vocales para 
una absoluta claridad que preservaría y facilitaría su lectura.   
Consiguientemente, después 
de lo antedicho, es evidente que la recitación del Corán (con las pocas 
variantes sin importancia) es la misma que realizaba y enseñaban al Profeta. 
Ello es afirmado unánimemente por todos los eruditos y recitadores
(5) del Corán que consideran que sólo esta recitación del 
texto del Corán es la auténtica.   
a) Coincide con el texto de 
las copias distribuidas por el Califa Ozmán.   
b) Se ajusta al léxico 
árabe, a sus usos9 su idioma y gramática.   
c) Es absolutamente fiel a 
la Revelación como ya lo probamos. Por ello es que hay tan sólo unas pocas 
variantes en su interpretación y estas no se contradicen en sus significados, 
sino que los hacen más vastos y más amplios. No cabe, pues, ninguna duda en lo 
referente a la recitación del Corán. No hay duda de que el Profeta practicaba 
estos distintos modos de recitación en las pocas variantes que hoy existen, y 
que éstas también hacen los significados más amplios.   
Como ejemplos 
consideraremos las dos auténticas interpretaciones de   
a) el versículo 3 de la 
Sura "Al Fatiha" (apertura)   
b) el versículo 6 de la 
Sura "Al Maida- (La Mesa Servida).   
Una lectura de "Al Fatiha" 
(apertura), ósea, la Sura 1, versículo 3 es:   
Que significa---El Señor 
del Día del Juicio" y la otra es:   
Esta interpretación 
significa: "El Soberano del Día del Juicio".   
Obviamente ambas 
interpretaciones hacen el significado del versículo entero más claro.  
 
Una interpretación de la 
Sura 5 versículo 6 es:   
Significa -"Lavad vuestros 
rostros..., y (lavad) vuestros pies" como se hace en el momento de realizar las 
abluciones con los pies descalzos.   
La segunda interpretación 
es:   
Significa -" Lavad vuestros 
rostros y enjuagad vuestras cabezas y (enjuagad) vuestros pies---, con las manos 
mojadas. La segunda interpretación hace referencia a la ablución de los pies, 
conservando los calcetines siempre que haya una ablución completa previa. 
 
Esta concesión es válida 
durante 24 horas en casa y durante setenta y dos horas estando de viaje. Es 
obvio que en las diferentes interpretaciones de estos dos ejemplos, no hay 
contradicción de esencia en absoluto. Por otra parte, estos hacen el significado 
total más amplio. Y lo mismo sucede con todas las demás variantes de 
interpretación.   
  
UNIVERSALIDAD DEL MENSAJE 
DEL ISLAM   
  
El Corán afirma de forma 
indudable, ser guía para la humanidad entera.   
Todo el Corán se dirige a 
la humanidad entera y si se refiere a elementos locales, autóctonos o propios de 
los habitantes de la Península Arábiga es porque allí en ese entorno, en su 
contexto y en la coyuntura histórica en que el Profeta debía comenzar su 
prédica, era obviamente necesario para formar el primer embrión o la primera 
cédula comunitaria de musulmanes que, al transformarse, transformaría su 
mentalidad y comunidad y, como musulmanes iban a llevar el Mensaje a sus 
hermanos humanos sin discriminación de color, nacionalidad, fronteras, etc. 
 
Es evidente que el hecho de 
que el Corán denuncia credos blasfemos y condene estigmatizando las costumbres 
pervertidas de una comunidad determinada, y presente argumentos apoyándose en el 
material o recursos del entorno de los árabes no puede ser, en absoluto, una 
circunstancia que justifique la pretensión de los que alegan que se trata de una 
prédica local.   
No hay credo, filosofía, ni 
modo de vida ni religión que exponga desde el principio hasta el fin su doctrina 
sin referirse a las circunstancias y ejemplos concretos susceptibles de mover 
las almas de los que reciben el Mensaje.   
Del mismo modo, debería 
escribir, bajo diferentes encabezamientos, la enseñanza e instrucciones del 
Corán sobre los credos, la moralidad, los deberes, las obligaciones, la 
civilización, la cultura, la economía, la política, la ley, el sistema social, 
la paz, la guerra, y otros problemas humanos. Estas notas deberían consolidarse 
hasta formar un completo bosquejo de cada aspecto de las enseñanzas y entonces, 
quedar encajadas en la forma de un sistema de vida completo.   
Si uno desea conocer la 
solución coránica de un cierto problema humano, debería en primer lugar hacer un 
estudio de la literatura referente al tema tanto antigua como moderna, y 
escribir, sus temas básicos. También debería hacer uso de la investigación hecha 
hasta el momento sobre el problema y señalar sus puntos de interés. Después se 
debiera estudiar el Corán con vistas a encontrar las respuestas a esos temas. 
Por mi propia experiencia personal puedo decir cuando uno estudia el Corán con 
el objetivo de investigar cualquier problema, encontrará respuesta para ello 
incluso en aquellos versículos que uno había pasado por alto sin haber imaginado 
nunca que estuviera allí.   
Es conveniente que cada 
capítulo de "El Significado del Corán" sean una unidad de estudio. En primer 
lugar, se debería estudiar el texto original en árabe con la ayuda de alguna 
traducción literal; y entonces, con la ayuda de ''El Significado del Corán'', es 
de esperar que su interpretación se haga clara, con la gracia de Dios. 
 
  
CÓDIGO COMPLETO DE VIDA  
  
Para el lector mal 
informado, la afirmación de que el Corán es un código completo de Vida se presta 
a confusiones. Para el no iniciado resulta difícil desentrañar la esencia o 
realidad profunda que hace del Corán un Código de Vida. Mas Dios, en su infinita 
sabiduría, reveló el Corán a su Mensajero el Profeta Muhammad para evidenciamos 
y elucidarnos las verdades con su prédica.   
La función principal del 
Corán es presentar claramente las bases y principios esenciales de la Fe 
Islámica para permitir al hombre el conocimiento del Sendero del Bien que le 
permitirá perfeccionarse y salvarse.   
Define y delimita los 
contornos de todos los aspectos de la Vida. Fija hitos para la guía y 
orientación que lleva a la salvación. El profeta fue enviado por Dios para 
predicar el mensaje de Dios, guiar y orientar a la humanidad, explicar los 
problemas que son inherentes a la naturaleza humana para establecer un Orden o 
Sistema de vida que garantiza su perfección y salvación.   
La revelación contenida en 
el Corán, señala al hombre, el modelo de vida para el individuo, la sociedad, y 
para el Estado Islámico.   
El Corán es un código 
completo junto con la" Sunna" o Tradición Apostólica del Profeta.   
  
LA INTERPRETACIÓN DEL CORÁN 
 
  
El problema de la 
interpretación del Corán es MUY vasto y obviamente no puede ser considerado aquí 
con el debido detenimiento y profundidad.   
Si bien, es cierto, que el 
Corán condena severamente a aquellos que tergiversan la palabra de Dios, de 
ninguna manera se opone a la sana diferencia de opinión en la interpretación de 
sus mandatos, siempre que:   
a) haya acuerdo en lo que 
se refiere a los principios esenciales del Islam, a pesar de sus opiniones 
divergentes  
y   
b) que permanezcan unidos 
en el seno de la creencia y de la comunidad musulmana.   
El Corán desaprueba toda 
divergencia que lleve o implique endiosamiento o envanecimiento o perversión, o 
que puede llevar a enfrentamientos y al sectarismos, provocando cismas o 
generando sectas.   
Si bien hubo, desde el 
comienzo del Islam, divergencias entre los eruditos que interpretaban los 
principios de la Fe, inclusive entre los compañeros del Profeta y sus seguidores 
que no concordaban de manera unánime con respecto a los mandatos y 
prohibiciones, no sólo entre los intérpretes de los últimos períodos. Debemos 
observar que esa discrepancia proveniente de una crítica e interpretación sana y 
objetiva, es saludable y esencial para el próspero, y fuente de sabiduría y de 
vida de una comunidad inteligente y pensante.  
Hacemos hincapié poniendo 
en relieve que el tipo de divergencia condenado en el Islam es el que destruye 
la comunidad que la nutre, desvirtuando y desintegrando sus valores y, por ende, 
la sociedad musulmana. Esa divergencia es como un elemento patógeno, no es 
síntoma de salud, sino de enfermedad.   
Estas dos clases de 
divergencias de interpretación pueden ser ilustradas más extensamente por lo 
siguiente:   
Supongamos que dos 
eruditos, que están de acuerdo en principio en que solamente Dios y su Mensajero 
merecen obediencia y que el Corán y la "Sunna" son las únicas fuentes de la 
autoridad que determinan todas las leyes y regulaciones; ellos pueden diferir en 
los detalles o en la decisión de un caso siempre que ninguno de ellos haga de su 
decisión un criterio del Islam ni declara que el otro está fuera de la comunidad 
islámica por el hecho de discrepar de su opinión. Pueden presentar sus propios 
argumentos en defensa de su opinión o ante el tribunal, si se trata de un asunto 
judicial, o al consejo de la comunidad, si es de su incumbencia. Entonces, una 
de las dos opiniones diferentes prevalecen, o ambas serán admitidas. Pero 
debiera observarse especialmente que no se puede permitir ninguna diferencia en 
los principios fundamentales del Islam, ni en consideraciones, principios o 
normas que pueden provocar la formación de una nueva comunidad. Por ejemplo, 
será erróneo que un erudito o un jurista o un gobernante elaboren una opinión 
acerca de algún asunto (que Dios y su Mensajero no consideren básico) y 
declararán que es un principio fundamental del Islam y entonces denunciará a 
todos aquellos que difieren de él como extraviados, y entonces basándose en 
este, procediera a formar una nueva comunidad musulmana con sus propios 
seguidores y proclaramará: -"Esta es la verdadera comunidad musulmana", y todos 
los que están fuera de ella, están destinados al fuego del infierno. Por lo 
tanto, si eres musulmán, ven a unirte a ella, pues si no lo haces, no eres 
musulmán. Ese es el tipo de diferencia de opinión que el Corán condena. En 
cuanto al primer tipo de discrepancia, ocurrieron varios ejemplos durante el 
tiempo del Profeta.   
El Enviado de Dios, no sólo 
las permitió, sino que habló bien de ellas, aprobando esas manifestaciones como 
algo saludable que la gente inteligente de la comunidad estaba pensando e 
investigando.  
  
SUGESTIONES  
PARA EL ESTUDIO DEL CORÁN 
  
A continuación, nos 
referimos a algunas elementales gestiones para el estudio del Corán:  
 
Personas animadas por las 
más diferentes metas y propósitos tratan de informarse o de aprender a través 
del Corán la esencia del Islam. No es posible, por lo tanto, ofrecer una guía 
general que satisfaga a todos los propósitos. De todas maneras, a los que 
quieren comprenderlo y penetrarse en su Mensaje para la solución de los 
problemas humanos, ofrecerá algunas pautas que pueden ayudar a satisfacer sus 
necesidades y a soslayar sus dificultades.  
Es requisito esencial para 
el cabal conocimiento del Corán, considerarlo con una mente libre de ideas 
preconcebidas, objetiva e imparcial. Una mente lúcida libre de prejuicios puede, 
animada, de una sincera voluntad de conocimiento, comprender el Mensaje 
contenido en el Corán.   
Una lectura superficial 
sólo puede dar una idea incierta, superficial y errónea. El auténtico 
conocimiento exige una atención sostenida, consideraciones repetidas, 
consecuentes análisis y una meditación profunda y detenida. Sólo así se puede 
llegar a abarcar los insondables tesoros de¡ Corán. Sólo así la verdad irá 
surgiendo de las repetidas; "Entenderá el Sistema de Vida" que ordena el Islam. 
 
Y, cada interrogante, 
pacientemente se afanará en hallar la respuesta en sucesivas lecturas hechas con 
el afán de comprender el Corán.   
Poco a poco, de lo general 
a lo detallado, el espíritu irá descubriendo el Islam y desentrañarlo. Sólo así, 
podrá saber distinguir el Bien de¡ Mal, lo permitido y lo prohibido, lo 
recomendado y lo reprobado, para la perfección del hombre y para su salvación y 
bienaventuranza eternas.   
El Corán es un guiar de lo 
Alto, cuyo fin Ultimo es la perfección del Ser Humano, para que gane la 
Bienaventuranza eterna en el Más Allá. El Corán fue revelado al Profeta para 
exhortar a las gentes a la acción constructiva, dentro del marco de las normas 
de Dios para organizarse dentro de un Orden cuyas normas provienen del Creador 
del Universo.   
El Profeta Muhammad (la paz 
y bendiciones de Dios sean con él) dotado de excepcional bondad, generosidad, 
mansedumbre y carácter tan apacible para realizar su misión y llevar a cabo su 
prédica del Mensaje del Creador del Universo tuvo que luchar'*'para defender y 
salvaguardar a los fieles y a la comunidad islámica, de sus encarnizados 
enemigos que no cejaban en su empeño de aniquilarlos.   
Durante esa lucha sin 
cuartel -entre lo recto y lo equivocado, entre la verdad y la mentira, entre el 
Bien y el Mal que duró veintitrés años, el Corán y su Apóstol señalaban a los 
creyentes el sendero recto. Fue así como los musulmanes consiguieron hacer 
posible la vigencia de un Orden de Vida Islámica de acabada perfección. 
		    
  
 
  
												
												
												
												
												Nota del Traductor 
												 
La lucha o combate en árabe 
"Jihad" no es necesariamente el combate armado o guerra (Harb en árabe), como 
pretenden lo enemigos del Islam.   
"Jihad" representa la lucha 
para alcanzar la elevación y perfección o "Gran Jihad" (JIHAD AL-AKBAR) también 
la "lucha pequeña" o "Jihad Al-Azgar", con que el Profeta calificaba los 
enfrentamientos armados defensivos, con que se defendía la comunidad islámica.
 
Es preciso poner en relieve 
que "Jihad" el "Gran Jihad" o ("Jihad Al-Akbar), como lo calificaba el Profeta 
Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) consiste en "la lucha 
personal contra las propias inclinaciones interiores, combate moral en pro del 
respeto de las prescripciones coránicas, esfuerzo en favor de la prédica 
religiosa y de la vocación misionaria pacífica". Como observa, con claridad 
meridiana, Mercel Boisard en (L'Humanisme de 1'Islam): -"Jihad se fundamenta en 
el rechazo de la opresión y en la concepción dinámica de la justicia y la 
misericordia" ( ... ) "El combate más meritorio es aquel que se realiza contra 
sus propias pasiones; es restaurar el orden, el equilibrio y la justicia". ( ... 
) "Es la acción transformadora cuyo objetivo supremo es la paz" ( ... ) "Es en 
definitiva, el combate contra el caos y la injusticia generadores de violencia, 
y toda lucha que se distancia de esa dirección es violencia destructiva, 
vicisitud salvaje, frenesí animal" ( ... ) "En el Islam la agresión está 
prohibida, y toda hostilita desencadenada para dominar o imponer una concepción 
del mundo, o para apropiarse de tierras o bienes ajenos (tanto de personas como 
de naciones) está terminantemente prohibido" ( ... ) "Jihad (lucha) sólo puede 
ser defensiva en su iniciativa, decente en su desarrollo, y pacífica en sus 
fines y humanitaria en el tratamiento a los vencidos".   
Y el Corán es explícito al 
respecto cuando advierte en II-190:   
"Combatid por la causa de 
Dios a aquellos que os combaten; pero no seáis agresores"...   
De este versículo se 
infiere que la agresión está terminantemente prohibida.   
Para experimentar y 
comprender lo que sucedió durante la Revelación del Corán; para evaluar la 
singular trascendencia de los hechos que marcaron ese acontecer, es obvio que no 
se puede aprender esa realidad con un mero recitado de sus capítulos y 
versículos.   
Para ello, es necesario la 
aceptación y la actuación; es decir, vivir según las normas del Islam. Es 
preciso ser una conciencia despierta, activa y vigilante. Sólo así, el creyente 
podrá meditar y sentir lo que aconteció en La Meca, Taif, Habash..., y pasará 
por el fuego que representó Badr, Uhod, Hunain Tabuk, etc..., y sabrá que es un 
hipócrita, los de dos caras, los judíos en pocas palabras, todos los tipos de 
gentes mencionados en el Corán. Y ello, sin duda, es una experiencia digna de 
ser vivida. Mientras pasa a través de esta experiencia, encontrará versículos y 
suras revelados en estadios determinados para el Bien, beneficio o guía en esa 
precisa etapa de la Naciente Comunidad Islámica. De este modo, El Corán nos 
ofrecerá la posibilidad de penetrar su espíritu aún cuando no podamos 
desentrañar todo el significado de su léxico. La misma fórmula se aplica a sus 
mandatos, prescripciones, enseñanzas morales y referentes a la economía, cultura 
y todas las normas referentes a la vida humana y, como es evidente, todo este 
caudal de sabiduría y experiencias no pueden ser aprendido si no se ponen en 
práctica. Por ello, es obvio, que los individuos y las comunidades humanas que 
desechan la Norma de Vida Islámica, no pueden comprender su significado, ni 
penetrarse en su espíritu.  
Estas páginas son producto 
de mi esforzada búsqueda del conocimiento.   
Y el verdadero conocimiento 
pertenece a Dios. El Omnipotente.   
A Dios me he encomendado y 
en busca de Su guía a El me he remitido.   
Puesto que no es mi 
intención contemplar todos los problemas que pudieran surgir durante el estudio 
del Corán, no he tocado los temas referentes al estudio de algunos capítulos y 
versículos, que deseo tratar en "El Significado del Corán". Sólo me he referido 
a generalidades. Por consiguiente, el lector sólo podrá juzgar dichas cuestiones 
tan sólo después de haber leído "El Significado" en su totalidad. Entonces, me 
pondría a la disposición del lector para responder a cualquier tema que, a su 
juicio, precise ser esclarecido.  
		    
  
 
  
												
												
												
												
												INTRODUCCIÓN 
												 
Título: Esta sura o 
(capítulo) se intitula Al Fatihah por su contenido.   
Fatihah: Es lo que antecede 
al desarrollo de un tema o un libro. En otras palabras, Al Fatihah es un 
prefacio.   
Época de su Revelación: Es 
una de las primeras revelaciones que recibió el Profeta (la paz y las 
bendiciones de Dios sean con él). Se sabe por tradiciones auténticas que fue la 
primera sura completa que le fuera revelada a Muhammad. Anteriormente, sólo 
había recibido la revelación de algunos versículos o (aleyas) sueltas que 
formaban parte de "Al-Alaq", "Al-Muzzamil", "Al-Mud-DazZer", etc.  
Tema: Esta sura es una 
oración que Dios reveló para enseñarla a los creyentes que quisieran estudiar el 
Corán; si quieres beneficiarte sinceramente del Corán, ofrece esta oración al 
Señor del Universo.   
Esta sura o (prefacio) está 
destinada a crear en el alma del lector el profundo deseo de obtener la guía del 
señor del Universo, el único que puede acordarla. El Fatihah, nos enseña que lo 
mejor que un hombre puede pedir al Creador del Universo es ser guiado por el 
Camino Recto, estudiar el Corán con la disposición de un buscador de la verdad. 
		    
  
 
  
												
												
												
												
												FONÉTICA DE AL-FATIHAH 
												 
BISMI-L-LAHI-r-R,4HMANI-r-RAHIM 
 
AL-HAMDU LIL-LAHI RABBI-LALAMIN 
 
Ar-RAHMAI-r-RAHIM  
 
MALIKI YA UMI DIN  
 
IYACA NABUDU WA IYAKA 
NASTAIN   
INHDINA-s-SIRATA-L-MUSTAQUIM 
 
SIRATA-L-LADINA 
ANAMTA'ALAIHIM GHAIRI-L-MAGH`DUBIALAIHIM WALA-D-DAL-LIN  
   
AL-FATIHAH   
(revelado en Meca (Makkah) 
 
Versos: 7   
1. En el nombre de Dios, el 
Clemente, el Misericordioso   
2. Loado sea Dios, Creador 
del universo, 3. El Clemente, el Misericordioso,   
4. ¡Soberano del Día del 
Juicio!   
5. A Ti adoramos, y a Ti 
imploramos ayuda.   
6. Guíanos por el Sendero 
Recto,   
7. El Sendero de aquellos a 
quienes colmaste con Tu Gracia, y no el de los execrados ni el de los 
extraviados. 
   
1- La fe islámica exige que 
el ser humano empiece todos sus quehaceres invocando el nombre de Dios. Si esto 
se hace consciente y sinceramente, el creyente con gran probabilidad obtendrá 
tres buenos resultados o beneficios:  
	- 
	
	 Mantendrá el mal 
	alejado, porque el mismo nombre de Dios le impulsará a considerar si está 
	justificado asociar al Creador con un acto errado, pecaminoso o 
	malintencionado;   
	- 
	
	La simple mención del 
	nombre de Dios creará en él la actitud adecuada y le dirigirá en la recta 
	dirección;   
	- 
	
	Recibirá la ayuda y las 
	bendiciones de Dios y estará protegido, libre de las tentaciones de Satanás 
	(Al-Shahytán), pues Dios protege al ser humano cuando éste se ampara en El.
	  
 
2- Se ha afirmado en la 
introducción a esta sura que es una oración. Empieza dirigida con las alabanzas 
dirigidas a Dios a fin de enseñamos el modo correcto de implorar. No deberíamos 
manifestar nuestro ruego brusca y abruptamente sin una introducción adecuada. El 
modo correcto consiste en reconocer, primero, las excelencias y las gracias y la 
excelsitud de -Aquél a Quién dirigimos nuestra súplica.   
Por ello, comenzamos 
nuestra oración con una alabanza a Dios, pues El es la perfección de todas las 
excelencias y es nuestro Benefactor. Rendimos adoración a Dios para demostrar 
que reconocemos sinceramente Sus excelencias y le agradecemos con sus 
incontables mercedes.  
Nótese que no sólo la 
Alabanza es para Dios, sino también "la alabanza es solamente para Dios". Esta 
distinción es importantísima porque corta de raíz, la adoración de cualquier ser 
de su creación. Puesto que si ninguno de ellos es digno de alabanza, así tampoco 
ninguno de ellos es digno de adoración. Ningún hombre, ni ángel ni profeta, ni 
ningún objeto de Su Creación, ni nada considerado divinidad, ni estrella, ni 
ídolo, posee inherentemente una buena cualidad. Lo que dan y lo que poseen como 
cualidad les fue acordada por Dios. Por lo tanto, sólo el Creador de lo Creado 
merece devoción, adoración.   
3- La palabra árabe "Rab" 
que ha sido traducido como Señor, representa:   
a) Amo y Propietario. 
b) Sostenedor, Proveedor y 
Guardián.  
c) Soberano, Gobernante, 
Administrador y Organizador. Dios es el Señor del Universo en todos estos 
sentidos. 
4- Si bien, la palabra "Rahmán" 
es en sí misma una forma intensificada y denota los atributos de bondad y 
misericordia en su más alto grado, sin embargo esta palabra sigue siendo incapaz 
de expresar el ¡limitado alcance de estas cualidades de Dios. Por ello ha sido 
añadida otra palabra,` Rahim", de la misma raíz para suplir de algún modo esta 
deficiencia.   
¡Tus adoradores, Tus 
súbditos y Tus siervos, tenemos estas relaciones Contigo y solamente Contigo! y 
¡No hacemos a nadie más objeto de nuestra adoración en los tres sentidos! 
 
5) Después de decir que 
Dios es Clemente y Misericordioso se ha añadido inmediatamente que El es el 
Soberano del Día del Juicio de modo que las calidades de misericordia y bondad 
no puedan desviar a nadie y hacerle olvidar que un día todos tendrán que rendir 
cuenta de todos sus actos ante El. Por tanto, un musulmán siempre recuerda este 
hecho de que Dios no es sólo Misericordioso, sino que además es Justo. De 
cualquier modo el tiene total autorización para perdonar o castigar a quien le 
plazca, pues El tiene completo poder sobre las cosas. Así, pues, debiéramos 
tener plena convicción de que está absolutamente en Su poder el hacer nuestro 
fin dichoso o desgraciado.   
6) La palabra árabe «Ibadat» 
tiene tres sentidos:   
a) Adoración y devoción. 
 
b) Sumisión y obediencia. 
 
c) Sujeción y servidumbre. 
 
Aquí implica los tres, lo 
que equivale a decir: «Somos tus adoradores, Tus súbditos. Tus esclavos» y 
«tenemos estas relaciones Contigo y solamente Contigo» y «No hacemos a nadie más 
el objeto de nuestra adoración en los tres sentidos».   
7- Significa: "Pedimos tu 
ayuda porque sabemos que Tú eres el Señor del Universo, el Omnipotente, el Dueño 
de todo lo Creado. Por lo tanto nos volvemos a Ti en busca de ayuda para la 
satisfacción de nuestras necesidades".   
8- Es decir "Muéstranos el 
Sendero Recto que nos conduzca rectamente en cada paso de nuestra vida y 
libéranos de nuestros yerros y sus malas consecuencias y concédenos éxitos en el 
final".   
Esta es la súplica que el 
siervo hace a su Creador, cuando comienza el estudio del Corán. Implora la guía 
y la liberación de la duda y la incertidumbre que emanan de la falta de 
auténtico conocimiento. Implora al Señor que le dé el Recto modo de Vida 
apartándolo de los caminos tortuosos.   
9- El " Sendero Recto" que 
imploramos es el que siempre han seguido los seres humanos por El agraciados y 
siempre colmados con Sus favores y bendiciones.   
10 Esto demuestra que los 
realmente favorecidos son los que recibieron las bendiciones del Señor por su 
recto vivir, y no los que se desviaron e incurrieron en la ira de Dios, aunque 
aparentemente, puedan estar disfrutando de los bienes efímeros de la vida. 
 
Los "favores" acordados por 
Dios son las recompensas reales y permanentes que resultan del recto vivir y de 
la obtención del beneplácito de Dios, y no de las buenas cosas efímeras de vida 
mundanal que disfrutarnos incluso los tiranos, inicuos agresores y déspotas 
adoradores de riquezas y que siguen siendo disfrutados por fugaz tiempo por toda 
clase de malhechores y extraviados. 
  
(1) Suras 
Mecanas -capítulos revelados en la Meca.   
(2) Suras 
Medinensas -capítulos revelados en Medina. 
(3) 
Oración: Al salat en árabe. 
(4) Qari":lector 
en árabe. 
(5) Son 
los lectores o "Qurra- (plural de "Qari---) 
		    
  
  
		    
  
												
                                              
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