ABBAS IBN FIRNAS
		
		
		
		Sabio musulmán 
		andaluz, natural de Ronda (Málaga), que vivió en la segunda mitad del 
		siglo XI. Descubrió el proceso de fabricación del vidrio, el cual puso 
		en práctica en los hornos de Córdoba. 
		
		
		600 años antes de 
		Leonardo de Vinci, Abbas ibn Firnas ensayó una máquina voladora 
		individual. Con un par de alas y un traje cubierto de plumas se lanzó al 
		aire desde la Ruzafa cordobesa; se mantuvo largo rato y aterrizó, al 
		fin, con cierta violencia pero sin daños físicos.
		
		
		Fue el primero en 
		utilizar en toda la Península Ibérica las tablas astronómicas de Sinhind, 
		de origen indú, que más tarde resultarían básicas en el desarrollo de la 
		ciencia europea. Introdujo también la técnica para tallar el cristal y 
		construyó un reloj anafórico y la primera esfera armilar europea. El 
		reloj anafórico es una complicada máquina que utiliza agua como líquido 
		motor, a la que cierran o abren el paso una serie de válvulas y sirve 
		para dar la hora tanto de día como de noche. Las esferas armilares, por 
		su parte, se utilizaban para realizar cálculos y observaciones 
		astronómicas aproximadas, orientando los círculos del instrumento según 
		el plano de los círculos celestes. 
		
		
		Entre sus 
		contemporáneos, Ibn Firnas fue conocido como astrólogo, alquimista y 
		poeta. Pero, sobre todo, como sabio excéntrico, a causa de ideas como la 
		de construir un planetario en una sala de su propia casa que 
		representaba la bóveda celeste y ambientarlo todo con efectos sonoros y 
		visuales que simulaban los distintos agentes atmosféricos: la tormenta, 
		el rayo y el trueno. En realidad el rondeño, Ibn Firnas, fue el primer 
		científico andaluz destacado. Durante el Emirato, la época de Ibn Firnas, 
		comienza a despertar la ciencia y la tecnología en Al Andalus. Los 
		hechos más significativos son el uso del papel, la utilización de las 
		cifras árabes o numerales y la primera mención conocida de la brújula. 
		Paralelamente se introducen muchas plantas hasta entonces extrañas en el 
		mundo occidental: el azúcar, las espinacas, las berenjenas, las 
		alcachofas, la sandía, el albaricoque, el arroz, el limonero, etcétera.
		
		
		
		El gran historiador de 
		la ciencia, Georges Sarton, considera Al Andalus como el más importante 
		centro cultural del mundo en la Edad Media. De la dependencia científica 
		que tenían los cristianos y judíos de los musulmanes da cuenta la 
		siguiente advertencia del alfaquí sevillano Ibn Abdun, que dice en el 
		493 H (1.100 dC) : «No deben venderse a judíos ni a cristianos libros de 
		ciencia, salvo los que tratan de su ley porque después traducen los 
		libros científicos y se los atribuyen a los suyos y a sus obispos, 
		siendo así que se trata de obras musulmanas». 
		
		
		Abbas Ibn Firnas fue 
		el único que descifró el tratado de métrica árabe de Jalil. Se desconoce 
		la fecha de su nacimiento, aunque se sabe que murió en Córdoba en el 273 
		H (887 dC). 
		    
  
		    
  
												
                                              
		
		
		
		
		ABDULLAH IBN AHMAD 
		IBN AL BAYTAR 
		
		
		Médico y botánico, 
		llamado por Menéndez Pelayo el "Dioscórides español", es más conocido 
		como Ibn al Baytar. 
		
		
		Nació en Málaga en el 
		año 593 H (1.197 dC) y murió en Damasco en 646 H (1.248 dC), aunque 
		según otras fuentes su muerte ocurrió en el año 612 H (1.216 dC). 
		
		
		
		En el año 616 H (1.219 
		dC) abandonó su tierra natal, recorrió toda Andalucía y viajó a través 
		del norte de África, Arabia, Siria y Mesopotamia, donde continuó sus 
		investigaciones botánicas –dando a conocer más de 200 nuevas especies–, 
		estudió y enseñó. 
		
		
		Escribió importantes 
		obras, aunque su mérito se basa en su "Gran colección de medicamentos y 
		alimentos simples" –considerada como el mejor trabajo botánico de la 
		Edad Media–, en la que habla de medicamentos y comidas, y del modo de 
		confeccionarlos a partir de animales, plantas y minerales. Ordenó la 
		obra alfabéticamente, describiendo cada medicina y sus diversas 
		nomenclaturas, mencionando a aquellos de sus predecesores, desde 
		Diosórides a los autores árabes, corrigiendo con frecuencia las 
		equivocaciones de etos y señalando sus diferencias de opinión, que trató 
		de minimizar. La obra alcanzó gran popularidad, tanto en Oriente como en 
		Occidente, y fue resumida en capítulos para facilitar su empleo a los 
		médicos. 
		
		
		Entre sus discípulos 
		se halló Ibn Abu Usaybiah, autor de una autorizada historia de los 
		principales médicos. 
		    
  
		    
  
												
                                              
		
		
		
		
		ABU ABDULLAH IBN 
		IDRIS 
		
		
		Abu ‘Abdullah Muhammad 
		ibn Muhammad ibn ‘Abdullah ibn Idris, conocido como al Sharif al Idrisi, 
		nació en Ceuta en el año 493 H (1.100 dC) y murió en 566 H (1.171 dC). 
		Geógrafo eminente, estudió en Córdoba y en sus obras ofrece una muy 
		detallada descripción de la ciudad. Viajó por la Península, el norte de 
		Africa, Asia Menor, Egipto y Siria, ofreciéndonos pormenores de cada uno 
		de esos lugares que sólo pueden deberse a la observación directa. 
		
		
		
		Su fama de extendió 
		hasta la corte de Rogelio II, rey de Sicilia, quién, en su deseo de 
		verse rodeado de sabios y literatos, lo atrajo a su lado protegiéndolo y 
		convirtiéndose en su mecenas. Animado por el monarca se dedicó a la 
		descripción del mundo conocido en su tratado "Recreo de quien desea 
		recorrer el mundo". No obstante, su obra más importante es una geografía 
		descriptiva que se considera la mejor de toda la Edad Media. Además 
		realizó un mapamundi, terminado en 549 H (1.154 dC), de trazado preciso 
		y con incorporación, aún parcial, de coordenadas geográficas. 
		
		    
  
		    
  
												
                                              
		
		
		
		
		ABU ISHAQ AL BITRUSHI 
		(Alpetragius) 
		
		
		Abu Ishaq al Bitrushi, 
		conocido en Occidente como Alpetragius, publicó una teoría nueva 
		concerniente al movimiento de los astros y cuyo libro titulado "Kitab al 
		Hayah" o "Libro de la Forma" fue traducido al latín por Miguel Escoto en 
		614 H (1.217 dC); al hebreo por Moisés ben Tibbon en 656 H (1.259 dC) y 
		de nuevo al latín por Kalonymous ben David en 935 H (1.529 dC). 
		
		    
  
		    
  
												
                                              
		
		
		
		
		ABUL QASIM AL ZAHRAWI 
		(Abulcasis) 
		
		
		Abul Qasim al Zahrawi, 
		conocido en Occidente como Abulcasis, nació en Córdoba en el año 324 H 
		(936 dC), fue medico de la corte de Al Hakam II y excelente cirujano. Su 
		extraordinario prestigio y fama se basa en su "Kitab al Tasríf ", 
		enciclopedia médica y quirúrgica dividida en dos partes, a su vez 
		subdivididas en quince secciones. 
		
		
		En general, la obra 
		está basada en los conocimientos médicos de sus predecesores, sobre todo 
		Al Razi. Sin embargo, es de gran importancia la sección de cirugía, que 
		contiene numerosas ilustraciones de instrumental quirúrgico y está 
		dividida en tres libros: el primero que trata de la cauterización; el 
		segundo de cirugía, describiendo litotricias, amputaciones, cirugía 
		oftálmica y dental y curación de heridas; y el tercero sobre fracturas. 
		La obra está escrita con lucidez y fue traducida al latín por Gerardo de 
		Cremona, poniéndose de moda en Europa. 
		
		
		Otra obra es el "Liber 
		Servitoris", que describe la preparación de medicamentos a base de 
		plantas, minerales y animales. 
		
		
		Gracias a sus 
		múltiples viajes tuvo conocimiento de las técnicas quirúrgicas tanto 
		orientales, de la India, como las griegas occidentales que integró en su 
		propia experiencia personal para lograr técnicas nuevas: desde los 
		alucinógenos hasta la invención y empleo de nuevos instrumentos 
		quirúrgicos, tipos de sutura, descripción de enfermedades raras, etc.
		
		
		
		Abul Qasim al Zahrawi 
		murió en Córdoba el año 403 H (1.013 dC). 
		    
  
		    
  
												
                                              
		
		
		
		
		AHMAD HARRANI y 
		OMAR HARRANI 
		
		
		Los hermanos Harrani 
		–Ahmad y Omar– , emigraron a Oriente y estudiaron las obras de Galeno 
		con Thabit ibn Sinan y Thabit ibn Qurrah en Bagdad, y, a su vuelta a Al 
		Andalus en 352 H (963 dC). se convirtieron en los médicos preferidos de 
		Al Hakam II, que los alojó en las dependencias gubernamentales de 
		Madinat az Zahra. Además, el califa concedió su amistad a Ahmad y se lo 
		llevó a vivir a palacio, haciéndole responsable de un dispensario donde 
		se distribuía comida a las pobres y a los enfermos. 
		    
  
		    
  
												
                                              
		
		
		
		
		AHMAD IBN IYYAS
		
		
		
		Ahmad ibn Iyyas, que 
		vivió durante el reinado del emir Muhammad I (237 H / 852 dC – 272 H / 
		886 dC), se dice que fue el primer andaluz que alcanzó la fama en 
		medicina. Probablemente sirvió en la corte de Muhammad I, al mismo 
		tiempo que el médico Al Harrani, originario de Harrán, Mesopotamia, el 
		cual comenzó vendiendo un brebaje para el dolor de estómago que dio buen 
		resultado y le hizo famoso. También extrajo un medicamento de las 
		plantas de capuchinas (hurf), que vendió con otro nombre (Al thuffa).
		
		    
  
		    
  
												
                                              
		
		
		
		
		AHMAD IBN MUHAMMAD 
		ABU YAAFAR AL GAFIQI 
		
		
		Fue el historiador de 
		la medicina sirio Ibn Abi Usaybia quién le dedicó una especial atención 
		en su obra. Su figura se presenta como continuadora de la tradición más 
		pura de investigadores sobre medicamentos simples. La Farmacología , 
		que, partiendo desde Dioscórides y Galeno y a través de Hunayn ibn Ishaq 
		y su equipo de traductores, llega a Al Andalus de la mano del judío 
		Hasday ibn Shaprut, Ibn Yulyul, Ibn Samyun, Ibn Buklarish y otros, 
		encuentra su culminación en la obra de Abu Yaafar al Gafiqi. Es es, al 
		decir de Meyerhof, "le plus grand savant en pharmacologie et botanique 
		parmi les médecins du moyen age islamique". 
		
		
		Su "Kitab al adwiya al 
		mufrada" o Libro de medicamentos simples es un trabajo enciclopédico de 
		recopilación y complemento sólo posible gracias al trabajo desarrollado 
		en el campo de la Farmacología por los autores que le precedieron, tanto 
		en Oriente como en Occidente y tanto musulmanes como grecolatinos. Hasta 
		ahora no ha sido editado ni traducido, pero de él se encuentran 
		distintas copias manuscritas en Estambul, El Cairo, Rabat, Canadá y 
		Oxford, por lo que podría ser fácilmente reconstruido. Sabemos, a través 
		de distintas lecturas de la obra, que en ella Abu Yaafar, se declara 
		como uno de esos médicos que estima esencial el conocimiento directo de 
		los animales, plantas y minerales que constituyen los medicamentos 
		simples. 
		
		
		Sabemos, a juzgar por 
		sus apreciaciones, que además de su labor de estudioso fue un médico 
		experimentado en la práctica diaria con enfermos. Es característica 
		sobresaliente de su libro la calidad y cantidad de información 
		terapéutica y farmacológica que aporta y su honestidad es bien visible 
		al citar escrupulosamente en todo momento sus fuentes de información. al 
		Gafiqi cita a Dioscórides, Galeno. Pablo de Egina, Masaryawayh y 
		Bajisthu -uno de los médicos de Harun ar Rashid-, Hunayn ibn Ishaq, al 
		Kindi, Abu Hanífa ad Dinawarí, Ar Razi, Ibn al Yazzar, Ibn Yulyul, Ibn 
		Samyun, Ibn Wafid y otros muchos. 
		
		
		En cuanto a la 
		metodología, al Gafiqi, sigue básicamente el procedimiento de 
		Dioscórides y Galeno. En el manuscrito depositado en la Biblioteca 
		Bodleniana de Oxford, donde se recoge su "Libro de Medicamentos simples" 
		aparecen dos obras más atribuidas a él : "Libro de las fiebres y de los 
		tumores" y "Libro del rechazo de todos los daños que afectan al cuerpo". 
		La influencia de su obra fue enorme y como ejemplo baste señalar que Ibn 
		al Baytar, farmacólogo eminente de finales del siglo XII copia 
		literalmente en su "Gran colección de alimentos y medicamentos simples" 
		extensos pasajes de su obra. 
		    
  
		    
  
												
                                              
		
		
		
		
		AL ZARQALI 
		(Azarquiel) 
		
		
		Al Zarqali, o 
		Azarquiel nació en Toledo en el año 420 H (1.029 dC) Fue un destacado 
		astrónomo y matemático que, a raíz de la conquista de la ciudad por 
		Alfonso VI en 477 H (1.085 dC), se trasladó a Córdoba, donde murió en el 
		año 493 H (1.100 dC). Construyó excelentes instrumentos astronómicos, y 
		otros aparatos de precisión, y fue muy admirado por su amplio 
		conocimiento de esta ciencia. Said de Toledo, que escribió una obra de 
		astronomía, le describe como el mejor conocedor de los movimientos de 
		los astros, la observación astronómica, preparación de tablas y 
		construcción de instrumentos. 
		
		
		Hizo un reloj de agua 
		capaz de determinar la hora del día y de la noche, y los días de los 
		meses lunares: el reloj anafórico, lo cual le dio un gran prestigio y 
		acrecentamiento de su fama. Con referencia a dicho reloj existe una 
		descripción realizada por Al Zuhri y Al Maqqari, exponiendo los 
		siguientes detalles: «Lo que hay de sorprendente en Toledo, tanto que no 
		creemos que haya en todo el mundo habitado ciudad alguna que se le 
		iguale en esto, son dos recipientes de agua que fabricó Al Zarqali. 
		Cuentan que oyó hablar de cierto aparato que hay en la ciudad india de 
		Arín y se propuso construir un artificio parecido por el que supiera la 
		gente qué hora del día o de la noche era y pudiera conocer la edad de la 
		Luna. Para ello construyó grandes estanques en una casa, en las afueras 
		de Toledo, a orillas del Tajo, haciendo que se llenaran de agua o se 
		vaciaran según el crecimiento y menguante de la Luna». 
		
		
		
		Y continúan diciendo: 
		«Según nos han informado personas que vieron estas clepsidras 
		funcionaban así: en cuanto aparecía el novilunio, el agua empezaba a 
		afluir a los estanques por tuberías invisibles de tal modo que al 
		anochecer el día siguiente había la mitad de un séptimo justo de agua. 
		De este modo iba aumentando el agua en los estanques, así de día como de 
		noche, hasta que al fin de una semana estaban llenos hasta la mitad y la 
		semana siguiente se veían rebosar llenos del todo. Luego, a partir de la 
		decimoquinta noche del mes, la Luna empezaba a decrecer el agua del 
		estanque a razón de la mitad de un séptimo cada día, y el día vigésimo 
		noveno del mes quedaban vacíos del todo los estanques. Si durante este 
		ciclo de aumento y disminución del agua alguien extraía parte de ella, 
		aumentaba el flujo de las tuberías de abastecimiento de tal modo que no 
		se alteraba el ritmo del ciclo. Lo mismo ocurría si alguien aumentase el 
		caudal de los estanques, pues lo que sobraba salía inmediatamente».
		
		
		
		Su nombre se asocia, 
		asimismo, a las tablas toledanas, que se basaban en las enseñanzas del 
		Sindhind y en las obras de sus predecesores, principalmente de Al 
		Juwarizmi, aunque también añadió sus propias observaciones y estudios. 
		Su legado de astronomía fue enorme, como atestiguan sus numerosas obras, 
		entre las que se halla el "Libro de las Tablas" (Yadwal), en forma de 
		almanaque, que contenía diversas tablas: algunas determinando qué día 
		marca el comienzo de cada mes lunar copto, romano o persa; otras 
		describiendo la posición del Sol, la Luna y otros astros, y otras 
		prediciendo los eclipses de Luna y de Sol. 
		
		
		Otra de sus obras fue 
		"Suma referente al Movimiento del Sol", que recoge el fruto de 25 años 
		de observaciones para demostrar y medir el movimiento del apogeo solar 
		respecto a las estrellas, modo de determinar la posición del Sol 
		basándose en las tablas, la posición de los planetas, longitud y 
		latitud, y los eclipses de Luna y Sol. 
		
		
		También mejoró un tipo 
		de astrolabio llamado Al Safíhah, sobre el cual escribió un tratado que 
		fue traducido al romance por orden de Alfonso X el Sabio. Sus "Tablas 
		Astronómicas Toledanas", elaboradas hacia el año 740 H (1.340 dC), 
		fueron la base de la primera redacción de las "Tablas Alfonsíes", de 
		Alfonso X el Sabio, y se tradujeron al latín por Gerardo de Cremona (*).
		
		
		
		(*) Acerca de tales 
		materias y estudios de Astronomía, enumera el autor Anwar G. Chejne, en 
		su obra "Historia de España Musulmana" las siguientes puntualizaciones: 
		"Carra de Vaux, en Arnold y Guillaume, "Legacy of Islam", pág. 394: Los 
		árabes construyeron numerosos observatorios astronómicos e instrumentos 
		astronómicos tanto en Oriente como en España. A. Sayli, "The Observatory 
		in Islam and Its Place in the General History of the Observatory", 
		Ankara, 1960; H Michel, "Traité de l’Astrolabe", París, 1947. L.A.Mayer, 
		"Islamic Astrolabists and their Works", Génova, 1956; J.M. Millás 
		Vallicrosa, "Los primeros tratados de astrolabio en la España árabe".
		
		    
  
		    
  
												
                                              
		
		
		
		
		IBN ‘ABDUR RAHMAN 
		IBN SHUHAYD 
		
		
		Ibn ‘Abdur Rahman ibn 
		Shuhayd alcanzó la fama en medicina, y por su modo de curar las 
		enfermedades. Conocedor de los libros de Galeno, Aristóteles y otros 
		filósofos, fue experto en las disciplinas (ulum) de los remedios 
		sencillos, los cuales comprendió mejor que nadie en su época, y sobre 
		los que escribió un "libro importante", que no tuvo rival y que incluyó 
		las obras de Dioscórides y Galeno acerca de este tema, dando el nombre y 
		propiedades de cada medicina, sus posibilidades y limitaciones. 
		
		
		
		Afirmó que no eran 
		necesarias las medicinas si bastaba con la alimentación, pero, si fuesen 
		necesarias, deberían emplearse remedios simples, ya que los medicamentos 
		compuestos sería conveniente reservarlos para casos extremos, y se 
		administrarían en pequeñas dosis. 
		
		
		Su fama pareció 
		igualar a la de Abul Qasim al Zahrawi (Abulcasis). 
		    
  
		    
  
												
                                              
		
		
		
		
		IBN AL AFLAH
		
		
		
		Yabir ibn al Aflah 
		nació en Sevilla, y fue muy importante matemático y transmisor de toda 
		la ciencia matemática precedente. Contribuyó, asímismo, a la Astronomía 
		con la obra titulada "Kitab Al Hayah", que fue traducida al latín.
		
		
		
		Murió hacia el año 545 
		H (1.150 dC).  
		    
  
		    
  
												
                                              
		
		
		
		
		IBN AL KATTANI
		
		
		
		Ibn al Kattani, 
		prominente científico que sirvió a los Amiries de Córdoba y después se 
		trasladó a Zaragoza, fue profesor de ciencias y tuvo una gran cantidad 
		de alumnos, entre los que estuvo Ibn Hazm. Se le atribuyen muchas obras 
		de medicina. 
		
		
		Murió en el año 420 H 
		(1.029 dC.). 
		    
  
		    
  
												
                                              
		
		
		
		IBN MUAD 
		
		
		
		Ibn Muad, fue el más 
		importante de los científicos puros de Al Andalus, y ejerció como cadi 
		de Jaén. Cuando las tablas astronómicas y la aritmética eran usadas en 
		su forma más simple para establecer horóscopos y otras menudencias, él 
		es el autor del primer "Tratado de Trigonometría Esférica" conocido en 
		la época, en el cual se encuentran por primera vez teoremas como los del 
		seno, coseno, etc. 
		
		
		Debió morir hacia 471 
		H (1.079 dC). 
		    
  
		    
  
												
                                              
		
		
		
		
		MASLAMAH AL 
		MAYRITI 
		
		
		Maslamah ben Ahmad al 
		Mayriti nació en Madrid, y fue el principal expositor de las ciencias 
		naturales en Al Andalus. Fue llamado justamente "El Euclides de España", 
		y destacó en las matemáticas , la astronomía y ciencias afines, pudiendo 
		comparársele favorablemente con los eruditos orientales. Ibn Jaldun, en 
		su obra "Al Muqaddimah", vol. 3, pág. 116, y Said en su "Tabaqat", pág. 
		92, dicen de él lo que sigue: "Los practicantes más famosos de estas 
		ciencias fueron Yabir ibn Hayyan en Oriente, y el andalusí Maslamah ben 
		Ahmad al Mayriti y sus discípulos [...] Él fue el principal matemático 
		de su época en Al Andalus y con más conocimientos de astronomía que 
		nadie antes de él". 
		
		
		Escribió gran cantidad 
		de obras sobre matemáticas y astronomía, matemáticas mercantiles, un 
		comentario a la obra del matemático oriental Al Juwarizmi, el 
		astrolabio, y otros temas. Asimiló perfectamente el "Almagesto" de 
		Tolomeo, y su libro sobre las tablas astronómicas, según Ibn Hazm, no 
		tiene rival. No sólo tomó en consideración la obra de al Juwarizmi sobre 
		este tema, sino que la corrigió, enmendó y amplió. Entre sus cambios se 
		hallan la adición de nuevas tablas y la conversión del calendario persa 
		a las fechas árabes empleando la Hégira como punto de partida para el 
		cálculo. Llevó también a cabo la adaptación de las tablas astronómicas 
		más importantes en su momento, las del persa Al Juwarizmi, al meridiano 
		de Córdoba. Popularmente fue conocido por sus predicciones astrológicas. 
		De hecho, se convirtió en el consejero astrológico de Al Mansur (Almanzor), 
		al que señalaba la disposición de los astros, a favor o en contra, antes 
		de empezar una campaña. 
		
		
		Sus obras tuvieron una 
		gran influencia sobre la Europa cristiana en sus traducciones latinas 
		posteriores. 
		
		
		Además de ser un 
		importante matemático y astrónomo, se le atribuye el haber resumido una 
		gran cantidad de libros sobre magia, brujería y alquimia, el principal 
		de los cuales es su "Rutbat al hakim", acerca de la alquimia, y que se 
		puede comparar con los "Setenta Tratados" de Shabir Ibn Hayyan sobre 
		esta materia. Su "Kitab al gayah", mencionado con frecuencia por Ibn 
		Jaldun, trata de brujería y talismánica. Se dice que consideró la 
		alquimia y la brujería como resultado de la filosofía y la ciencia y que 
		arguyó que los que no las conociesen no alcanzarían los frutos de la 
		erudición y la filosofía 
		
		
		Al Mayriti dejó una 
		serie de discípulos que se interesaron por las matemáticas, la 
		astronomía y temas relacionados con ellas. Entre sus sucesores están Abu 
		Bakr ibn Bashrun (siglo XI), que escribió un tratado de alquimia, Abu 
		Muslim ibn Jaldun (m. 1.057 dC), Ibn al Samh (m. 1.035 dC), Ibn al 
		Saffar, al Kirmani (m. En 1.066 dC) y ‘Ali ibn Sulayman al Zahrawi (m. 
		1.036 dC). 
		
		
		Murió en Córdoba en el 
		año 398 H (1.008 de dC). 
		    
  
		    
  
												
                                              
		
		
		
		
		MUHAMMAD IBN 
		‘ABDUN 
		
		
		Muhammad ibn ‘Abdun 
		también marchó al Este en 347 H (959 dC), visitando Basrah y Egipto, 
		donde administró un hospital (bimaristan), y se hizo experto en 
		medicina. A su regreso a Al Andalus en 360 H (971 dC). sirvió a Al Hakam 
		II y escribió una obra modelo sobre fracturas. 
		    
  
		    
  
												
                                              
		
		
		
		
		MUHAMMAD IBN 
		QASSUM AL GAFIQI 
		
		
		La contribución de la 
		Gafiq andalusí, actual Belalcázar (Valle de los Pedroches en la 
		provincia de Córdoba), a la medicina occidental se hízo pública con la 
		traducción parcial francesa que Meyerhof hízo de la "Guía de Oculística" 
		de Muhammad ibn Qassum al Gafiqi, médico y oftalmólogo andaluz oriundo 
		de Gáfiq, que vivió durante el siglo XII y del que las fuentes árabes 
		han conservado pocos datos biográficos. Mucho se ha hablado de él, e 
		incluso la ciudad de Córdoba le dedicó en su día un monumento en una 
		popular plaza de dicha ciudad. 
		    
  
		    
  
												
                                              
		
		
		
		
		SAID IBN ABD 
		RABBIHI 
		
		
		Said ibn Abd Rabbihi, 
		sobrino del literato Ibn Abd Rabbihi, fue un médico poeta que compuso un 
		poema en rachaz sobre medicina, y al que se atribuye la invención de un 
		remedio especial para las fiebres. Murió en el año 339 H (951 dC)
		
		
		Biografia del Foro 
		Aben Humeya